La ira por los 10 a?os de Ayotzinapa se topa con el muro de Palacio Nacional
Miles de personas marchan en Ciudad de M¨¦xico contra la d¨¦cada de impunidad que ha rodeado la desaparici¨®n de los 43 estudiantes normalistas
La lluvia no se oye en el z¨®calo de Ciudad de M¨¦xico. Cae constante y repiquetea, pero no se escucha. Est¨¢ tapada por los gritos de justicia, por los pu?os en alto, por la herida que ruge: ¡°?Vivos se los llevaron, vivos los queremos!¡±. Miles de personas han marchado este jueves por los 10 a?os de la desaparici¨®n de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. La ira se ha ido fraguando durante una d¨¦cada sin respuestas. Entre la tristeza y la rabia, una sensaci¨®n impregna la protesta de este aniversario: el tiempo apremia. Faltan d¨ªas para que se acabe el sexenio de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, quien prometi¨® esclarecer el caso. La investigaci¨®n, encargada por el presidente, lleg¨® hasta que toc¨® al Ej¨¦rcito. De ah¨ª no pas¨® m¨¢s. Este jueves se ha deslizado un ¨²ltimo s¨ªmbolo: un Palacio Nacional que espera blindado, sordo, ante el reclamo de justicia.
La tarde de un 26 de septiembre de hace 10 a?os, decenas de estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa llegaban a Iguala, Guerrero. Buscaban hacerse con unos autobuses para ir a la marcha que conmemoraba la matanza de Tlatelolco, en Ciudad de M¨¦xico. Lo consiguieron, pero fueron interceptados cuando trataban de salir del pueblo por un enjambre mezclado de polic¨ªas y criminales. Cazados, acorralados, desaparecidos desde entonces. Una tarde de hace justo 10 a?os se vio por ¨²ltima vez a 43 alumnos humildes de M¨¦xico. Desde entonces, los buscan sus familias, los esconde el Estado.
¡°Aqu¨ª seguimos los necios de siempre porque nos asiste la raz¨®n¡±, ha dicho este jueves Hilda Legide?o, madre de Jos¨¦ Antonio, frente a Palacio Nacional, ¡°quisi¨¦ramos retirarnos, pero no podemos porque nos falta un hijo¡±. Como ella, Emiliano Navarrete, padre de Jos¨¦ ?ngel: ¡°Nuestros hijos fueron desaparecidos por el Estado. Nosotros seguiremos adelante porque el derecho a la verdad y a la justicia est¨¢ por encima de todo¡±. Tambi¨¦n Mario Gonz¨¢lez, padre de C¨¦sar Manuel: ¡°A estos 43 padres de familia no nos van a detener esos pedazos de bloque, si tenemos que brincarlos los vamos a brincar¡±, en referencia a los muros de concreto que el Gobierno hab¨ªa instalado en las calles aleda?as al Z¨®calo.
Esta ha sido la primera marcha desde que los familiares rompieron oficialmente el di¨¢logo con L¨®pez Obrador. Desde la tarima, las familias han cargado contra el presidente a quien acusan de haberlos traicionado por proteger al Ej¨¦rcito. ¡°Exigimos que los militares entreguen los folios donde est¨¢ la informaci¨®n faltante de lo que ocurri¨® esa noche¡±, ha insistido Hilda Legide?o. Por el camino al Z¨®calo, se repiten las pintadas recordando los 800 documentos que la Secretar¨ªa de Defensa Nacional ten¨ªa sobre el caso. Por el camino, se repiten los gritos: ¡°?Fue el Estado!¡±.
Las investigaciones han demostrado que todas las corporaciones de seguridad ¡ªmunicipal, estatal, federal y militar¡ª estuvieron presentes esa noche en Iguala. Que el Ej¨¦rcito ten¨ªa agentes de inteligencia en los dos principales escenarios de donde se llevaron a los muchachos, que estaban monitoreando en tiempo real a los criminales que se los llevaron, tambi¨¦n que se hab¨ªan infiltrado en la Normal Rural de Ayotzinapa. De los 142 procesados por el caso, hay alrededor de 60 polic¨ªas locales, 17 militares, tambi¨¦n el antiguo jefe de la polic¨ªa de Guerrero. Decenas de servidores p¨²blicos est¨¢n en la c¨¢rcel. Algunos, como los polic¨ªas de Iguala, Cocula y Huitzuco, por la participaci¨®n activa en la desaparici¨®n; otros, como los generales que comandaban los cuarteles militares de la zona, por su presunta colaboraci¨®n con el grupo criminal Guerreros Unidos.
Los investigadores asumen actualmente que, en colaboraci¨®n con las fuerzas de seguridad, Guerreros Unidos secuestr¨® a los muchachos, los separ¨® en grupos y los mat¨®. Que lo hicieron en diferentes lugares y que sus restos acabaron quemados, reducidos a peque?os fragmentos, que fueron deshechos en ¨¢cido. Que los asesinos repartieron lo que sobr¨® en diferentes lugares, minas abandonadas, barrancas, pozos. No hay certeza de qui¨¦n exactamente, dentro del entramado criminal y estatal, hizo qu¨¦. Tampoco d¨®nde qued¨® cada estudiante.
En esta d¨¦cada, solo se han encontrados trocitos de hueso de tres de los normalistas. El primero, de Alexander Mora, apareci¨® en el r¨ªo San Juan, como parte de la simulaci¨®n creada por el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto de que los 43 hab¨ªan sido quemados en el basurero de Cocula. Ya en la Administraci¨®n de L¨®pez Obrador, se encontr¨® como agujas en un pajar, en la barranca de la Carnicer¨ªa, a unos cientos de metros de los otros escenarios, unos trocitos que correspond¨ªan a Jhosivani Guerrero y Christian Rodr¨ªguez. Eso ha sido todo. Unos gramos frente a la ausencia.
Abel Garc¨ªa. Ad¨¢n Abraj¨¢n. Abelardo V¨¢zquez. Alexander Mora. Benjam¨ªn Ascencio. Antonio Santana. Bernardo Flores. Carlos Iv¨¢n Ram¨ªrez. Carlos Lorenzo Hern¨¢ndez. Christian Rodr¨ªguez. C¨¦sar Manuel Gonz¨¢lez. Cutberto Ortiz. Christian Col¨®n. Emiliano Gaspar. Doriam Gonz¨¢lez. Felipe Rosa. Everardo Rodr¨ªguez. Israel Caballero. Giovanni Galindes. Jhosivani Guerrero. Jes¨²s Jovany Rodr¨ªguez. Jorge ?lvarez. Jon¨¢s Trujillo. Jorge Antonio Tizapa. Jorge An¨ªbal Cruz. Jos¨¦ ?ngel Campos. Jorge Luis Gonz¨¢lez. Jos¨¦ Eduardo Bartolo. Jos¨¦ ?ngel Navarrete. Julio C¨¦sar L¨®pez. Jos¨¦ Luis Luna. Luis ?ngel Abarca. Leonel Castro. Magdaleno Rub¨¦n Lauro. Luis ?ngel Francisco. Marco Antonio G¨®mez. Marcial Pablo. Mauricio Ortega. Mart¨ªn Getsemany. Miguel ?ngel Mendoza. Miguel ?ngel Hern¨¢ndez. Sa¨²l Bruno. Detr¨¢s de cada nombre, un grito: ¡°?Presentaci¨®n con vida!¡±.
Este jueves, desde instancias internacionales como la ONU, la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) o el Equipo Argentino de Antropolog¨ªa Forense, a decenas de organizaciones de derechos humanos de todos los Estados de M¨¦xico, han reclamado a las autoridades del pa¨ªs esclarecer qu¨¦ ocurri¨® con los j¨®venes. El encargo no es menor. No lo logr¨® L¨®pez Obrador, quien en este aniversario ha llegado a decir: ¡°Hicimos todo por encontrar a los j¨®venes y a nadie se le protegi¨®. Quer¨ªamos saber todo, se complicaron las cosas, est¨¢n enredadas, complicadas por intereses, pero la verdad siempre se abre paso y la justicia tarda pero llega. Hay que seguir adelante. Eso es lo que puedo decir¡±.
La estafeta pasa ahora a Claudia Sheinbaum, a quien el presidente ya ha comprometido: ¡°La pr¨®xima presidenta es una mujer muy sensible y le va a dar continuidad a la investigaci¨®n¡±. Tambi¨¦n la han mencionado los familiares, los estudiantes: ¡°No descansaremos hasta saber qu¨¦ ocurri¨®, gobierne quien gobierne¡±.
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