Las familias de los 43 estudiantes de Ayotzinapa abandonan la mesa de di¨¢logo de L¨®pez Obrador
Seis a?os y 30 reuniones despu¨¦s, el colectivo principal de madres y padres de los 43 rechaza futuros encuentros, ante la falta de resultados de la investigaci¨®n y el choque irresuelto por los documentos militares
El grueso de las familias de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa ha dicho basta. Despu¨¦s de casi seis a?os y 30 reuniones con el Gobierno y el presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, el colectivo ha declinado participar en m¨¢s encuentros de aqu¨ª a que acabe el sexenio, el 30 de septiembre. El choque frontal sobre la entrega de documentos de espionaje militar, que las familias reclaman y el Gobierno desconoce, el estancamiento de las extradiciones pendientes y el rechazo a profundizar en l¨ªneas de investigaci¨®n que apunten al primer escalaf¨®n del Gobierno pasado, han acabado por romper el hilo.
Era un hilo muy fino, en todo caso, enlace que respond¨ªa m¨¢s a la voluntad de las familias y el Gobierno, que a posibilidades verdaderas de avanzar. Las familias pensaban que, mientras siguieran en la mesa, mientras continuara la interlocuci¨®n, el Gobierno se sentir¨ªa presionado, obligado a seguir con las pesquisas. El Gobierno asum¨ªa que una ruptura unilateral, decidida por su lado, ser¨ªa un desastre en materia de imagen. As¨ª, el bal¨®n segu¨ªa corriendo, despacio, por inercia. Hasta hoy. Queda para el recuerdo el ¨¦xito de los primeros a?os, con el hallazgo de huesos de dos de los 43, y la cat¨¢strofe posterior, marcada por la salida de buena parte de los equipos de investigaci¨®n y la cerraz¨®n del Ej¨¦rcito a entregar informaci¨®n, postura apoyada desde el Gobierno.
¡°No vemos condiciones de m¨¢s reuniones, porque nada m¨¢s son confrontaciones¡±, ha dicho Vidulfo Rosales, abogado que ha acompa?ado al colectivo principal de familiares estos casi 10 a?os, desde el ataque contra los estudiantes, la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014. ¡°No tiene caso estar viniendo a confrontarnos, cuando no hay resultados. Y el presidente ha dicho, ¡®bueno, si ustedes no quieren, no nos reunamos. Si hay algo relevante, les avisaremos¡¯. Ha dicho eso y que en septiembre mandar¨¢ su ¨²ltimo reporte¡±, ha a?adido el abogado.
¡°Este gobierno no alcanz¨® a darnos verdad y justicia. Hoy en d¨ªa no hay dato objetivo de qu¨¦ paso con ellos, donde est¨¢n. Hubo hip¨®tesis importantes, hasta el a?o 2021, esta idea de que los estudiantes fueron fragmentados en distintos grupos y llevados a distintos lugares¡±, ha seguido Rosales. ¡°Solo se ha tenido ¨¦xito en uno, en la barranca de la carnicer¨ªa¡±, ha a?adido, en referencia al paraje donde los investigadores encontraron restos de Christian Rodr¨ªguez y Jhosivani Guerrero, entre 2019 y 2021.
El abogado ha continuado. ¡°Eso fue en 2021, pero de all¨¢ para ac¨¢ no ha pasado nada. Hubo avances importantes. Pero cuando tocamos las fibras sensibles del Ej¨¦rcito mexicano ya no se pudo avanzar. Hubo un quiebre, una crisis en el di¨¢logo¡±. Rosales se ha referido ah¨ª al gran elefante en la habitaci¨®n, una historia que inici¨® en octubre de 2021, cuando la sociedad descubr¨ªa que el Ej¨¦rcito hab¨ªa monitoreado, en tiempo real, los mensajes de integrantes de la red criminal de Iguala, lugar del ataque, al menos durante la embestida y los d¨ªas posteriores. En uno de esos intercambios, hecho p¨²blico entonces, dos de los criminales hablaban de un grupo de 17 estudiantes, retenidos en una ¡°cueva¡±, el mismo d¨ªa del ataque.
Pese a las exigencias de las familias, que pensaban que el Ej¨¦rcito deb¨ªa tener otros intercambios parecidos guardados en sus archivos, la Secretar¨ªa de la Defensa apenas ha abierto la mano con algunos documentos m¨¢s, poco importantes para la investigaci¨®n. En ese tira y afloja, el presidente L¨®pez Obrador acab¨® por dar la raz¨®n al Ej¨¦rcito, postura que puso la relaci¨®n entre las partes al borde del precipicio. La salida de interlocutores v¨¢lidos para las familias, caso del primer responsable de la comisi¨®n presidencial que ha investigado el caso estos a?os, Alejandro Encinas, apuntal¨® la ca¨ªda final.
Es el peor de los finales imaginados para un caso se?alado como paradigm¨¢tico por el propio Gobierno, ejemplo de todo lo que est¨¢ mal en el pa¨ªs, de la connivencia entre autoridades y criminales, de su trabajo conjunto, de la incapacidad ¨Ccuando no algo peor¨C de fiscal¨ªas y Fuerzas Armadas de separarse del crimen y enfrentarlo. O peor a¨²n, de actuar con apego a la ley, m¨¢s all¨¢ de intereses pol¨ªticos o negocios, de ser independientes. Salvo sorpresa, aqu¨ª concluye la investigaci¨®n m¨¢s importante del Gobierno de L¨®pez Obrador.
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