Una primera l¨ªnea siempre cerca del coraz¨®n: lecciones de Magal¨ª Etchebarne en una escuela de Guadalajara
La escritora argentina, ganadora del premio internacional Ribera del Duero, presenta en un colegio p¨²blico su exitoso libro ¡®La vida por delante¡¯ como parte del programa de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara
![Magal¨ª Etchebarne](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/IKHIN2REY5EQDFS36IV24Z4NPE.jpg?auth=05bf8c7ee77cfa5f67d7b36ea9dc03b3a77a94c766df324dddbffdedd05e179c&width=414)
![Erika Rosete](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F35745b7a-ecaa-47dd-8c3e-58187139000a.png?auth=22b0db8e8f4aeb575ba56ca597a791709583784855337c73e541a5145d6d747f&width=100&height=100&smart=true)
Son los ¨²ltimos d¨ªas antes de las vacaciones en la Preparatoria 5 en la ciudad de Guadalajara, en el Estado de Jalisco, la casa de la Feria Internacional del Libro. La escuela, ubicada muy cerca de las instalaciones del evento literario m¨¢s grande de Hispanoam¨¦rica, luce a medio fuego. Los alumnos que quedan por sus pasillos preparan sus ¨²ltimas pruebas y los profesores van de una sala a otra, apresurados, dando instrucciones y cargando sus gruesas carpetas llenas de papeles. Al entrar en la escuela, Magal¨ª Etchebarne (Buenos Aires, 41 a?os) pregunta por la biblioteca y es acompa?ada al recinto, donde las salas reposan en tranquilidad y un peque?o espacio resalta por su color: una peque?a sala con un estante de libros ¨²nicamente de autoras mujeres.
![El grupo de danza folcl¨®rica de la preparatoria hace una presentaci¨®n para Magal¨ª Etchebarne.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5R52KRFELBEHFAHBENXAUGQZ6Q.jpg?auth=fb6e104406964672fe4cbc510249475d7ab276a173b86646dfcfc306411a31e5&width=414)
Es la ¨²ltima de las presentaciones de Etchebarne, que comenzaron el pasado 20 de marzo, cuando le comunicaron que hab¨ªa ganado la edici¨®n n¨²mero ocho del Premio literario Ribera del Duero, por su libro de cuentos La vida por delante (P¨¢ginas de espuma, 2024). Desde entonces hizo una larga gira en Espa?a, visitando una decena de ciudades en ese pa¨ªs y luego cruzando el Atl¨¢ntico para visitar Ecuador, Colombia o Estados Unidos y, finalmente, M¨¦xico. Es su primera vez en el pa¨ªs y asegura sentirse maravillada con todo lo que ha visto estos d¨ªas. ¡°Es la ¨²ltima presentaci¨®n en el a?o y creo que es el p¨²blico que me pone m¨¢s nerviosa, porque son muy j¨®venes y seguramente muy brillantes y exigentes¡±, dice, apenas le dan el micr¨®fono en un auditorio con alumnos que han ido a escucharla.
Unos momentos antes, tres estudiantes con trajes t¨ªpicos ¡ªcada una con el color de la bandera mexicana en sus vestidos: verde, blanco y rojo¡ª, y un joven con traje de charro han bailado ?Guadalajara, Guadalajara!, esa canci¨®n t¨ªpica mexicana que se baila y se zapatea en eventos institucionales y culturales de gran importancia y formalidad. Esta vez la representaci¨®n la ha preparado un grupo de alumnos de teatro en honor a Etchebarne. La profesora del taller literario Myriam Ch¨¢vez la recibe y la presenta a los asistentes. De fondo, un mural gigantesco sobre la reforma educativa de 1933, aquella que planeaba poner en marcha una educaci¨®n socialista en M¨¦xico, enmarca una de las paredes enteras del lugar. Etcherbarne saca de su bolso su tel¨¦fono celular y toma algunas fotograf¨ªas del baile. Se le ve emocionada y de los ojos le brota cierto brillo de emoci¨®n que su car¨¢cter tranquilo y discreto no disimulan m¨¢s.
¡®C¨®mo cocinar un lobo¡¯
En ese auditorio de la preparatoria n¨²mero 5 (que, adem¨¢s, este a?o cumple su 50 aniversario) Magal¨ª Etchebarne se sienta en un sill¨®n sobre el escenario y comienza a contar c¨®mo es que comenz¨® a interesarse en los libros. Dice que leer, para ella, es un acto espiritual y meditativo, y que comenz¨® a hacerlo desde muy peque?a porque su madre estaba suscrita a la colecci¨®n de libros C¨ªrculo de Lectores y llegaba a su casa un libro nuevo y distinto cada mes. Escrib¨ªa cartas, muchas cartas, algunas de ellas demasiado dram¨¢ticas, y comenz¨® a cultivar ese h¨¢bito para s¨ª misma. ¡°Leer, para m¨ª, es el acto m¨¢s rebelde y espiritual que podemos hacer¡±, dice.
![Magal¨ª Etchebarne, convive con los estudiantes de la escuela.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JRDFVEIHEBF5XOH5FNM42DFALE.jpg?auth=8deeaa4cb78a9167685f5a6df23e4ced7ec46d4743532754f8d5a9aed892f6e3&width=414)
Los estudiantes la escuchan, unos m¨¢s emocionados que otros. Al frente, un grupo de profesores mantienen su atenci¨®n en la charla, mientras califican y escriben los ¨²ltimos reportes pendientes. Algunas alumnas sentadas en las ¨²ltimas filas la miran emocionadas y apuntan cosas en hojas de papel. Etchebarne habla de su obra. Primero, Los mejores d¨ªas (2017) y luego, su libro de poemas C¨®mo cocinar un lobo (2023). En este se detiene, porque habla del luto, de la muerte del padre y de la madre, y de la casa familiar como otro de los afectos que tambi¨¦n se mueren. Entonces, confiesa: ¡°Me da verg¨¹enza decir que es poes¨ªa, porque no creo que yo sea una poeta, es un librito como un h¨ªbrido entre la poes¨ªa y prosa po¨¦tica que escrib¨ª a partir de la muerte de mis padres y la tarea con mi hermana de vaciar la casa familiar en donde hab¨ªa vivido toda mi vida¡±.
Etchebarne ha trabajado desde hace una d¨¦cada como editora, y entre tanto, ha alumbrado esos tres t¨ªtulos, entre otros textos que han sido publicados en antolog¨ªas de cuentos. Con La vida por delante, un libro de cuatro relatos con el que ha ganado el Premio Ribera del Duero, se ha ganado una valoraci¨®n positiva de miles de lectores y ha recibido cr¨ªticas optimistas y halagadoras. Al terminar su presentaci¨®n, algunas estudiantes le preguntan por sus influencias literarias o su proceso creativo, ella ha hecho un recorrido por su historia personal enmarcada por sus lecturas de Ernesto S¨¢bato, los cuentos de Jorge Luis Borges, Julio Cort¨¢zar, Hebe Uhart, Olivia Teroba o Lorrie Moore.
Una estudiante toma el micr¨®fono y le comparte lo mucho que se ha sentido identificada con ella, con su escritura po¨¦tica que no se atreve a reconocer completamente como poes¨ªa, o en la tarea de escribir por pura necesidad personal y emocional. Cuando a la autora le preguntan qu¨¦ es lo que un cuento debe tener para ser un gran cuento, ella responde: ¡°La primera l¨ªnea tiene que ser verdad. No necesariamente porque sea verdad o te haya pasado, pero s¨ª tiene que ser verdad para vos, tiene que estar cerca del coraz¨®n, tiene que ser algo en lo que crees, as¨ª sea algo incorrecto o peligroso¡±.
Etchebarne agradece todo el rato con una sonrisa t¨ªmida, pero con los ojos iluminados. Al final de la visita la invitan a conocer al director de la escuela, Jos¨¦ Manuel Jurado Parres, que le cuenta la historia de la escuela, y sobre el muralista mexicano Jos¨¦ Clemente Orozco; sobre su ceguera casi total y su condici¨®n de haber perdido un brazo, y, aun as¨ª, haber hecho los que ¨¦l considera los mejores murales en el pa¨ªs. Ella presta atenci¨®n y contrasta lo que escucha con su formaci¨®n acad¨¦mica en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Le rodean objetos y un ambiente de oficina mexicana, con sus diplomas en la pared y reconocimientos de calidad que ha recibido la instituci¨®n.
La autora sella el gesto con un peque?o texto escrito en un libro gigante, de hojas amarillentas. Es el libro de visitas honorarias, donde exsecretarios de cultura, personalidades del Gobierno del Estado, y otros, han firmado en sus p¨¢ginas. A la salida del colegio, Etchebarne luce todav¨ªa m¨¢s satisfecha y animada. En medio de un optimismo flamante, piensa en posibilidades de talleres y charlas que ella misma podr¨ªa dar a los alumnos de esa preparatoria. Quiere volver a M¨¦xico, y M¨¦xico, parece ser, tambi¨¦n la quiere de vuelta pronto.
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