El fentanilo, las deportaciones y los aranceles centran la estrategia de M¨¦xico ante su segundo ¡®asalto¡¯ contra Trump
El Gobierno de Sheinbaum plantea una nueva t¨¢ctica diplom¨¢tica con Estados Unidos para hacer frente a los embates del nuevo presidente en materia econ¨®mica, migratoria y de seguridad
Desde la victoria de Donald Trump, se trabaja contrarreloj en el edificio de la Embajada de M¨¦xico en la Avenida Pensilvania de Washington. La legaci¨®n ¨Dla m¨¢s grande de cualquier pa¨ªs, no ya en Estados Unidos, sino en el mundo¨D llevaba meses prepar¨¢ndose para una eventualidad que acab¨® materializ¨¢ndose: el regreso a la Casa Blanca de alguien que salt¨® en 2015 a la arena pol¨ªtica proponiendo completar la construcci¨®n de un muro entre ambos pa¨ªses y definiendo a los migrantes que ¡°manda¡± el vecino del Sur como ¡°violadores¡±. Cumplidos los peores augurios por segunda vez, no hay tiempo que perder camino de la toma de posesi¨®n de Trump el 20 de enero, primer d¨ªa de su regreso al Despacho Oval.
No es una jornada cualquiera: el presidente electo bas¨® buena parte de su campa?a en las promesas (o amenazas) de lo que har¨¢ durante esas horas inaugurales al tim¨®n de la primera potencia mundial. Las principales afectan directamente a M¨¦xico. Por ejemplo, la deportaci¨®n masiva de migrantes irregulares o el aumento de aranceles al principal socio comercial.
¡°Necesitamos una nueva estrategia; Trump nos obliga a un acercamiento distinto a Estados Unidos a todos los niveles¡±, explica un alto funcionario de la embajada mexicana en Washington, que aclara que a¨²n no han mantenido contactos oficiales con el nuevo Gobierno: ¡°No hay que olvidar que hay una Administraci¨®n [la de Joe Biden] con la que a¨²n tenemos compromisos, y con la que hay que seguir hablando¡±.
Esa estrategia, fruto de un trabajo que la citada fuente diplom¨¢tica define como ¡°sistem¨¢tico¡±, empez¨® por identificar los tres terrenos de juego en los que se decidir¨¢ el futuro de las relaciones entre vecinos: el migratorio, el arancelario y el de seguridad, con especial atenci¨®n a la contenci¨®n del tr¨¢fico de fentanilo, droga que penetra por la frontera Sur y que mat¨® a unos 70.000 estadounidenses en 2023.
C¨®mo prepararse para la anunciada expulsi¨®n de, potencialmente, millones de personas, es una prioridad para el embajador en Washington, Esteban Moctezuma, al que le faltan d¨ªas, tal vez semanas, para que llegue su probable relevo, salvo que la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, opte por mantenerlo en el puesto. Las preguntas m¨¢s urgentes en ese ¨¢mbito son: ?Qu¨¦ hacer con los ciudadanos mexicanos deportados? ?Hasta qu¨¦ punto se van a asumir a los expulsados de otros pa¨ªses? ?Y c¨®mo piensan manejar las autoridades los flujos migratorios de sur a norte?
Para alinear posturas, el canciller, Juan Ram¨®n de la Fuente, ha intensificado sus reuniones con los 53 consulados que tiene M¨¦xico repartidos por todo el pa¨ªs. ¡°Hay planes de aumentar y adaptar el personal de esos consulados a niveles propios de emergencia para asegurar la protecci¨®n de los derechos de los migrantes en todas las etapas¡±, advierten desde la Embajada. ¡°No se trata de nada m¨¢s que de hacer que se cumplan las garant¨ªas que existen en la ley estadounidense¡±.
Sobre el n¨²mero de los que pueden acabar saliendo, es dif¨ªcil ser precisos. Trump ha prometido que ser¨¢n millones, ¡°cueste el dinero que cueste¡±. Hay dos precedentes que pueden ayudar con los c¨¢lculos: la Operaci¨®n Espalda Mojada, que, en tiempos del presidente Eisenhower, acab¨® en los cincuenta con el destierro de 1,3 millones de mexicanos, y los a?os de Barack Obama, que se acab¨® ganando el sobrenombre de Deportador en Jefe porque en sus dos administraciones salieron unos tres millones de personas.
Andrew Selee, director del Migration Policy Institute, con sede en Washington, vaticina que esta vez ser¨¢ distinta tambi¨¦n en eso. Antes, aclara el experto, la exigencia era contener los flujos migratorios desde Centroam¨¦rica y Sudam¨¦rica. ¡°La promesa de la deportaci¨®n masiva¡±, advierte Selee, ¡°pone el foco¡± en los al menos cinco millones de mexicanos indocumentados. ¡°Lo cual eleva la presi¨®n sobre Sheinbaum, porque esta vez va sobre sus propios ciudadanos. La prioridad deber¨ªa ser el grupo m¨¢s vulnerable: quienes llevan a?os o d¨¦cadas viviendo en Estados Unidos¡±, a?ade.
En el frente econ¨®mico, la estrategia diplom¨¢tica plantea una resistencia en dos niveles: parar o mitigar el golpe inmediato de la subida de los aranceles y proteger el Tratado entre M¨¦xico, Estados Unidos y Canad¨¢ (TMEC), cuya revisi¨®n est¨¢ prevista para 2026.
La primera escaramuza arancelaria lleg¨® a finales de noviembre, cuando Trump lanz¨® un ultim¨¢tum a sus principales socios comerciales, Canad¨¢ y M¨¦xico, a los que amenaz¨® con tarifas del 25% a las importaciones. En el caso del vecino del Sur, lig¨® esa amenaza a la demostraci¨®n de que se est¨¢ haciendo lo suficiente para resolver los problemas de la frontera y del narco, lo cual complica los t¨¦rminos de la discusi¨®n, seg¨²n Ildefonso Guajardo, exsecretario de Econom¨ªa mexicano y antiguo negociador en jefe del TMEC. Guajardo considera que su pa¨ªs cometi¨® el ¡°error¡± de alimentar esa confusi¨®n cuando cedi¨® en materia migratoria en 2019 ante el amago de una guerra comercial con Estados Unidos: ¡°Eso le dio la sensaci¨®n [a Trump] de que funciona mezclar amenazas. Hay que corregirlo¡±.
Confundir los temas le dio buenos resultados en la primera vuelta y todo indica que volver¨¢ a hacerlo ahora, seg¨²n el internacionalista Mauricio Meschoulam, que adivina otra estrategia en Trump 2.0: tomar Norteam¨¦rica como un gran campo de pruebas para mandar un mensaje de dureza al resto del mundo. ¡°?l busca, primero, diferenciarse de Biden¡±, afirma este acad¨¦mico de la Universidad Iberoamericana. ¡°Pero tambi¨¦n quiere probar que va a cumplir con las amenazas que lanz¨® en m¨ªtines y entrevistas¡±.
Cu¨¢nta credibilidad conviene otorgar a esas bravatas divide a los expertos. Hay quien duda de que pueda deportar a millones de personas o imponer severos aranceles sin que los precios se desboquen y quien, como Meschoulam, aconseja no olvidar que Trump ¡°se mueve muy bien en el conflicto¡± y que es alguien cuya particular relaci¨®n con la verdad le ha permitido en el pasado, como cuando prometi¨® completar el muro, decir algo muchas veces para que los suyos acabaran creyendo que lo hab¨ªa hecho. De momento, en la Embajada prefieren tomarse esas amenazas ¡°100% en serio¡±, y trabajar en consecuencia: ¡°de lo contrario, nos podemos encontrar el 20 de enero sin estar preparados¡±.
En el cap¨ªtulo del narcotr¨¢fico, el temor es que se atreva a ir tan lejos como desear¨ªa la parte del movimiento MAGA que propone ataques militares selectivos en territorio mexicano para descabezar al narco. ¡°Adem¨¢s de absolutamente inaceptable y contrario al derecho internacional, supondr¨ªa un retroceso de d¨¦cadas en la relaci¨®n bilateral¡±, opina Ger¨®nimo Guti¨¦rrez, que fue embajador en Washington al principio de la primera presidencia de Trump. ¡°?Es posible? S¨ª, lo es. ?Muy probable? No lo creo, pero tambi¨¦n creo que las opciones de que algo as¨ª suceda, por bajas que sean, nunca han sido tan altas¡±.
El exembajador destaca que si Trump llega esta vez ¡°con m¨¢s m¨¦todo y disciplina¡±, M¨¦xico tambi¨¦n cuenta con la experiencia de haber lidiado con su volc¨¢nica personalidad durante cuatro a?os. En una encuesta reciente encargada por EL PA?S, un 81% de sus compatriotas ve¨ªa a Sheinbaum tan bien (41%) o mejor capacitada (37%) que su antecesor, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, para manejar las relaciones con Washington. En su primera llamada con Trump, este qued¨® sorprendido, seg¨²n reconocen en su entorno, por el dominio del ingl¨¦s de su hom¨®loga, fruto de sus a?os en la Universidad de Berkeley. Algunos de los nombramientos de Sheinbaum parecen ir en la l¨ªnea de apostar por personas conocedoras de las particularidades del vecino del norte, como De la Fuente o Marcelo Ebrard.
Cosa distinta es el manejo de lo que tendr¨¢n enfrente. Quienes trabajaron en la legaci¨®n diplom¨¢tica durante el primer Trump recuerdan sus modos impredecibles, los cambios sobre la marcha, la dificultad para dar con el interlocutor adecuado y la alargada sombra del yerno de oro, Jared Kushner, con conocidos v¨ªnculos con empresarios mexicanos. ¡°Nada te asegura que hables con el Secretario de Estado, que en otro pa¨ªs ser¨ªa suficiente para asegurarte una relaci¨®n estable, y que luego Trump no venga, y tuitee otra cosa¡±, se?ala la fuente diplom¨¢tica.
A Guti¨¦rrez no le preocupa tanto el qui¨¦n, sino el c¨®mo: el exembajador observa en las primeras se?ales de la estrategia mexicana la tentaci¨®n de una actuaci¨®n ¡°juiciosa¡± pero insuficiente. ¡°Una pol¨ªtica exterior demasiado formalista no va a dar resultados. Con el presidente electo hace falta mantener la cabeza fr¨ªa, pero tambi¨¦n reflejos y arrojo. Y llevar la iniciativa¡±, considera. En otras palabras, lograr un equilibrio ciertamente dif¨ªcil: evitar encontrarse con Trump en el barro, superficie que domina mejor que nadie, y al mismo tiempo no quedarse en las alturas, dejando al descubierto el flanco de los golpes bajos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.