Caz¨®n que no es caz¨®n y pez conejo por robalo: un fraude para los mexicanos y una amenaza para el mar
Un an¨¢lisis de centenares de muestras de ADN en restaurantes y pescader¨ªas arroja que m¨¢s del 10% de ellas proven¨ªa de 13 especies amenazadas. Sobreexplotaci¨®n de especies y la pesca ilegal, un peligro para la biodiversidad
?Sab¨ªa que la venta de un pescado bajo el nombre de otro es un enga?o bastante com¨²n en el mercado mexicano? ?Qu¨¦ podr¨ªa haber comido en m¨¢s de una ocasi¨®n gato por liebre? Seg¨²n concluy¨® una investigaci¨®n realizada por la organizaci¨®n Oceana en el 2023, una de cada tres especies analizadas en el noroeste del pa¨ªs pasaron por otras desde que fueron capturadas en los mares nacionales hasta que llegaron a un plato.
Como arroj¨® el estudio, que analiz¨® centenares de muestras de ADN en restaurantes y pescader¨ªas en Sonora y Sinaloa ¨Dlos Estados pesqueros ma?s relevantes a nivel nacional¨D, m¨¢s del 10% de ellas proven¨ªa de 13 especies amenazadas y 8 a punto de estarlo. Entre algunos ejemplos, el pez conejo fue vendido como r¨®balo y tantas especies de tibur¨®n en estado vulnerable como caz¨®n: vergonzoso fraude para los consumidores y una amenaza para las arcas de la naturaleza.
Con un acervo de casi 100.000 especies mar¨ªtimas, a la biodiversidad de los oc¨¦anos de M¨¦xico le acechan dos garras expoliadoras: la sobreexplotaci¨®n de especies y la pesca ilegal. Actividad que, como estima un informe reciente, constituir¨ªa bastante m¨¢s del 40% del total, la cifra calculada por la Comisi¨®n Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca). Seg¨²n advierten los datos de Oceana, si las acciones para combatir la pesca ilegal atienden menos del 1% del problema, la estad¨ªstica del hurto de los mares alcanzar¨ªa un n¨²mero mucho m¨¢s elevado. ?C¨®mo estimar una cifra aproximada si la vigilancia es ineficiente y las acciones de los organismos reguladores tan insuficientes?
De acuerdo con el reporte Pesca ilegal en M¨¦xico: Soluciones desde la Pol¨ªtica Pesquera, publicado a principios de abril, en este sexenio cayeron hasta en un 75% las retenciones de producto por pesca ilegal, tambi¨¦n las personas detenidas por esta actividad, que disminuyeron hasta en un 95%. Una falta de inspecci¨®n estatal que no solo afecta a la seguridad mar¨ªtima del pa¨ªs sino a la riqueza de los oc¨¦anos mexicanos, sobreexplotados en un 70%. Esta extracci¨®n ha puesto en la cuerda floja a muchas especies marinas sin protecci¨®n, como el huachinango, el marlin azul, el totoaba, casi una decena de tiburones o el mero rojo, con m¨¢s de 18 a?os en declive en el Golfo de M¨¦xico. A pesar de que la curva de sus poblaciones no se recupera, ninguna normativa ha favorecido que este pescado habitual en los men¨²s y supermercados desaparezca de la oferta gastron¨®mica.
Distintos actores del sector llevan tiempo advirtiendo que amenazas de este tipo a la biodiversidad y estafas a las consumidores podr¨ªan evitarse si saliera adelante una normativa de trazabilidad que permita rastrear el pescado desde que cae en las redes hasta que se sirve en la mesa, contribuyendo a asegurar una pesca sostenible y una veda rigurosa a la sobreexplotaci¨®n de recursos. Con esta ley, propuesta e impulsada desde hace a?os pero atascada en la burocracia, se atender¨ªa la regulaci¨®n de la pesca a lo largo de toda la cadena de valor, logrando no solo un control sobre el mercado nacional sino sobre todo el producto que sale fuera.
Mientras M¨¦xico exporta anualmente 123.000 toneladas de pescados y mariscos, su poblaci¨®n no ingiere cantidades altas de productos del mar. A pesar de que el pa¨ªs posee uno de los litorales m¨¢s extensos del mundo y se sit¨²a entre los 15 que m¨¢s capturan pescados y mariscos, un estudio realizado por investigadores de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) expuso que, si la media mundial de este consumo en 2020 ascendi¨® a 20,2 kilogramos per capita, la mexicana no super¨® los 12.
Otro dilema lo originan aquellas especies muy apreciadas a nivel internacional, pero que apenas llegan a los paladares nacionales, como sucede con el erizo rojo, la langosta del Pac¨ªfico y otras en grave amenaza. Entre ellas, el abul¨®n o el pepino de mar, cuya sobreexplotaci¨®n a manos del mercado asi¨¢tico y el infrenable tr¨¢fico ilegal de especies han generado una grave crisis socioambiental en la costa sureste.
Se estima que m¨¢s del 80% de la captura de ciertos productos exclusivos como los anteriores son destinados a la exportaci¨®n, constituyendo en algunos casos pr¨¢cticamente el 100% de su pesca. ¡°De forma que lo que se queda ac¨¢ se vuelve econ¨®micamente prohibitivo para la poblaci¨®n¡±, desvela Alfonso Medell¨ªn Ortiz, ocean¨®logo de Yucat¨¢n y asesor en recursos marinos para diversas instituciones p¨²blicas y privadas. ¡°Una lata de 200 gramos de abul¨®n del Pac¨ªfico, por ejemplo, puede costar m¨¢s de 1200 pesos¡±, detalla el especialista. Seg¨²n denuncia, mucha de esta actividad ilegal termina permeando en el comercio regular: ¡°Y al ser especies de muy alto valor monetario el impacto es enorme. Por ejemplo, la captura ilegal de abul¨®n se calcula en un 0,5%. Un porcentaje que parece muy bajo pero que, si se contextualiza en valor y beneficios, apenas 30 kilos de abul¨®n en el mercado ilegal se traducen en millones de d¨®lares¡±.
Tales irregularidades originan otro dilema: que algunos de los alimentos m¨¢s exquisitos se destinen a pa¨ªses como Estados Unidos, Jap¨®n o Espa?a cuando en la inmensa mayor¨ªa de restaurantes mexicanos se repiten los mismos pescados y mariscos, los que comparten men¨² con filetes de muy baja calidad provenientes de China. ¡°?Tenemos una importaci¨®n de basa y tilapia que da terror!¡±, advierte el ocean¨®logo, para quien, si bien existen diversas leyes que regulan la actividad pesquera en M¨¦xico, las acciones para mejorar la situaci¨®n del sector est¨¢n lejos de ser suficientes. ¡°Deber¨ªa haber un mayor refuerzo de los instrumentos existentes, como el registro de Sistema de Informaci¨®n de Pesca y Acuacultura (Sipesca), que actualmente favorece el lavado de mucha (si no es que toda) de la captura ilegal¡±, alerta.
Ante la inacci¨®n gubernamental, organizaciones ambientalistas como Oceana exigen medidas contundentes y mecanismos robustos para detectar si los productos marinos son de procedencia legal, si el pescado que acaba en los platos fue capturado en ¨¦poca de veda o no. Proponen, tambi¨¦n, la creaci¨®n de m¨¢s redes de refugios pesqueros, espacios naturales que ejerzan como herramientas de manejo de especies gestionados con la participaci¨®n e incidencia de las organizaciones de la sociedad civil y de los pescadores, los m¨¢s afectados por la actividad irregular en los mares. Las cifras que estos arrojan resultan un llamado de urgencia a proteger la biodiversidad y gestionar de forma mucho m¨¢s eficiente los recursos marinos a trav¨¦s de la incorporaci¨®n de pol¨ªticas para combatir la sobreexplotaci¨®n de especies y la pesca ilegal. Una que depreda los bienes del oc¨¦ano y desequilibra los precios justos en el mercado, que atenta contra la soberan¨ªa alimentaria y que, en ¨²ltima instancia, ?acaso no convierte a los mexicanos en consumidores de segunda en su propio pa¨ªs?
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