Yo me libro
Hoy siento que me libro de la estulticia oficial, del fango gubernamental, del sinsentido de creer que el Estado es cosa ajena al Gobierno
Que nos vean con un libro en la mano. Que nos vean leyendo y que vean lo que somos. Que lee por placer el pobre y el rico, la enfermera y el mec¨¢nico y que se lee para saber. Que nos vean con un libro para no olvidar y para imaginar. Que nos lean con inteligencia y no burocracia, que somos de votos y no bots, que somos devotos y heterodoxos. Que se lea cada p¨¢rrafo que cae por su propio peso o por sus err¨¢ticas erratas y que se lea qui¨¦n es autoritario y quienes son las v¨ªctimas de todos los d¨ªas. Llevo a?os repitiendo que lo ¨²nico que nos salva como personas, pa¨ªs y planeta est¨¢ en los libros, en la lectura de los tres principales credos del mundo que fincan su fe en la palabra escrita, que si una ley no est¨¢ escrita no tenemos por qu¨¦ obedecer a quien intenta inventarla como norma y que los amores incluso contrariados se vuelven humo si no hay palabras en tinta de coraz¨®n. Llevo tanto tiempo repiti¨¦ndolo que hoy siento que me libro de la estulticia oficial, del fango gubernamental, del sinsentido de creer que el Estado es cosa ajena al Gobierno y que el alto honor de representar a M¨¦xico en el extranjero no merma ni clausura la opini¨®n personal, la capacidad de raciocinio o la b¨²squeda del sentido com¨²n. Pens¨¢ndolo bien, hoy me libro.
El s¨¢bado pasado fui cesado como ministro para Asuntos Culturales de la Embajada de M¨¦xico en Espa?a. Lo inform¨® por tel¨¦fono el director ejecutivo de la diplomacia cultural de la Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores de M¨¦xico, pero al escribir estas l¨ªneas a¨²n no llega ning¨²n documento oficial que exponga el cese de mi contrato y las razones de mi despido no han sido expuestas, salvo en insinuaciones, versiones, correcciones y aberraciones varias. En una primera instancia, el director de la diplomacia cultural me acus¨® de ¡°comportamientos graves y poco dignos de una conducta institucional¡± y luego, edit¨® la palabra ¡°graves¡± y horas despu¨¦s, abiertamente recurri¨® a la calumnia irracional: el citado funcionario publica lo que titul¨® como ¡°Avance¡± para aludir a una comida a la que asist¨ª hace unas semanas en Ciudad de M¨¦xico. Afirma que en esa comida me refer¨ª en ¡°t¨¦rminos ofensivos y mis¨®ginos¡± de la se?ora embajadora, quien hasta el d¨ªa de hoy ¨Cy pendiente de que me indiquen a qui¨¦n entrego mis responsabilidades¡ªes mi jefa. Me enter¨¦ del malogrado avance junto con la se?ora embajadora (a quien el director ejecutivo cambi¨® su nombre entre otras desgracias de su p¨¦sima redacci¨®n) y ambos no pod¨ªamos creer el abuso y la injusticia de arrastrar a su persona y figura como parapeto o pretexto para intentar justificar una decisi¨®n que ¨Cdicho por ¨¦l mismo¡ªse refiere a una conversaci¨®n privada, de sobremesa con tres de mis mejores amigos y nuestras esposas, donde lo que ¡°est¨¢ documentado¡± (seg¨²n parece querer revelar) son otros asuntos, muy ajenos a la embajadora, a las mujeres, a la igualdad de g¨¦nero y a m¨ª mismo¡ pero eso es otro tema que insinuar¨¦ m¨¢s adelante.
Con todo, el desesperado avance artero revela una nebulosa improvisada e inc¨®moda, pues no responde ni clarifica el marasmo de interpretaciones varias que se le han asignado a mi despido. Quiere aclarar sin hacerlo que la incomodidad que genera lo que escribo y publico pudo haber afectado seriamente a uno o m¨¢s funcionarios p¨²bicos y que efectivamente, hay muchas veladas maneras de obstruir la opini¨®n p¨²blica, la libertad de expresi¨®n y s¨ª ¨Clo sab¨ªamos desde el principio¡ªla voz del escritor vuelto funcionario p¨²blico debe modularse y autocensurarse no solo para la alineaci¨®n c¨ªvica. Mea culpa: en un rid¨ªculo af¨¢n por estar a la altura de grandes intelectuales que han honrado el Servicio Exterior Mexicano, trabaj¨¦ por rescatar no solo a la Biblioteca Octavio Paz de Madrid, sino al propio Instituto Cultural de M¨¦xico en Espa?a que pr¨¢cticamente hab¨ªa sido ya amortajado al filo de mi llegada.
Perdonen el p¨¢rrafo, pero es necesario informar p¨²blicamente que el milagro con el que sobrevive dicho instituto de la Embajada de M¨¦xico en Espa?a se debe al esfuerzo encomiable, al trabajo infatigable y al verdadero amor por servir a M¨¦xico del diplom¨¢tico Jaime Vi?a, la vocaci¨®n art¨ªstica y cultural de Manuela Lema y M¨®nica Sotos, as¨ª como la tit¨¢nica labor de todos los d¨ªas de Eloy Barajas, bibliotecario y encargado de toda literatura que se presenta, ventila y lee en dicho instituto. Todo ello sin que al d¨ªa de hoy recibamos el presupuesto correspondiente al a?o en curso, perge?ando ahorros de partidas pasadas e incluso, poniendo de nuestra parta, am¨¦n de la verg¨¹enza con la que seguimos pidiendo pr¨®rrogas a por lo menos una instituci¨®n espa?ola a quien quedamos a deber euros el a?o pasado. Cierro el p¨¢rrafo con el mismo alivio, raz¨®n de m¨¢s para sentir que me libro.
Abanderado involuntariamente por el rid¨ªculo de un cese de facto que se encharca con baba burocr¨¢tica y bots con mentiras, me honra defender lo que escribo, la cr¨ªtica en general y la libre expresi¨®n de las ideas¡ pues de veras se me acusa por supuestos dichos en la sobremesa que sostuve ante mi mujer y mis mejores amigos y amigas tengo pruebas escritas donde consta que yo no dije ni insin¨²e lo que ahora quieren poner en mi boca y s¨ª, por el peligroso contrario, constancia legal de que en esa mesa estuvo un advenedizo inc¨®modo que, a la postre, dio muestras de una latente psicopat¨ªa y nefanda obsesi¨®n contra mi persona: durante no pocos d¨ªas ese individuo me acos¨®, intimid¨® y amenaz¨® con el invento de haberme grabado (lo cual es delito federal y no creo que la Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores quiera justificar mi despido con ese fundamento ilegal). Por supuesto que yo no dije eso y quienes me conocen ya huelen la mentira poderosa para confundir, emborronar y en ¨²ltima instancia ocultar lo siguiente:
Intent¨¦ informar a mis superiores de las amenazas e injurias que inundaban mi tel¨¦fono con mensajes ofensivos que ofend¨ªan ¨Cno a la embajadora O?ate¡ªsino al canciller Marcelo Ebrard. Eso es lo que est¨¢ documentado y obra en mi defensa como muestra de que intent¨¦ denunciar y seguir el debido proceso contra el individuo acosador (tambi¨¦n acusado por otros muchos motivos), a la saz¨®n funcionario menor de la Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores y miembro del Servicio Exterior Mexicano y por lo visto, queriendo mejor cortar por lo sano, el doctor Enrique M¨¢rquez tom¨® unilateralmente la decisi¨®n de cesarme, sin consulta alguna a la propia embajadora O?ate y sin referirle de antemano que la mencionar¨ªa como justificaci¨®n de una decisi¨®n arbitraria que enreda al intentar explicarla y sin considerar todas las posibles interpretaciones, explicaciones y elucubraciones.
Lo dicho: yo me libro. S¨¦ lo que dije en una y otras muchas sobremesas. Parafraseando a Jorge Ibarg¨¹engoitia: ¡°?Mis¨®gino, yo?...¡±. M¨¢s bien consta contra Otro la misoginia, el alcoholismo y el autoritarismo acomodaticio de los cuales siento que hoy me libro para poder leer por placer sin afectar a nadie, en silencio o voz alta y para poder escribir en absoluta libertad¡ y exhortar con estas l¨ªneas a que nos vean a todos con un libro en mano, que nos lean como somos, lo que llevamos tatuado en la piel de la memoria y todo lo que imaginamos. Libr¨¦monos todos de quienes ofenden a los libros y leamos lo que se nos pegue la gana para aliviarnos de tanta sangre derramada, tanto desahucio, mentira y abuso.
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