La justicia mexicana frente a la pandemia
La protecci¨®n de los derechos sociales y econ¨®micos a trav¨¦s de tribunales que garanticen la satisfacci¨®n de las necesidades materiales b¨¢sicas de la persona es m¨¢s importante que nunca
La pandemia provocada por la covid-19 es la crisis global m¨¢s importante de nuestra historia reciente. En todo el mundo, las sociedades, gobiernos e instituciones han enfrentado retos in¨¦ditos: hemos visto econom¨ªas debilitadas, sistemas de salud p¨²blica rebasados, sistemas educativos paralizados, todo ello acompa?ado por una enorme carga de sufrimiento humano. Los poderes judiciales, que no pod¨ªan ser la excepci¨®n, han debido enfrentarse a un doble desaf¨ªo: por un lado, garantizar el acceso a los servicios de justicia sin poner en riesgo la salud del personal y del p¨²blico usuario, y por otro, proteger los derechos y las libertades de la ciudadan¨ªa en la emergencia sanitaria. El caso mexicano es notable en ambos rubros.
Para hacer frente a la emergencia sin detener un solo d¨ªa los servicios de justicia, el Poder Judicial Federal mexicano migr¨® desde el inicio de la pandemia a un sistema de justicia digital, con el que todos los asuntos que resuelven los tribunales federales pueden promoverse en l¨ªnea. Mediante el uso de una firma electr¨®nica, obtenida a trav¨¦s de una aplicaci¨®n m¨®vil, las personas pueden presentar demandas, interponer recursos, consultar expedientes e incluso comparecer a audiencias desde cualquier computadora o dispositivo m¨®vil. Esta transformaci¨®n exigi¨® de un esfuerzo institucional y humano sin precedentes ¡ªno menor para una judicatura que procesa m¨¢s de un mill¨®n de asuntos al a?o. El resultado es un modelo de justicia mucho m¨¢s ¨¢gil, eficiente, amigable con el entorno y vers¨¢til ante los desaf¨ªos del futuro.
Otro de los impactos de la pandemia ha sido en la naturaleza de los litigios suscitados con motivo de ella. En la mayor¨ªa de los tribunales del mundo, los casos planteados han tenido que ver con el respeto de las libertades frente a las medidas adoptadas por los gobiernos: estados de emergencia o excepci¨®n, restricciones en espacios p¨²blicos y privados, limitaciones a la movilidad dom¨¦stica e internacional, confinamiento obligatorio, entre otras. Su funci¨®n, en la mayor¨ªa de los casos, ha sido determinar si estas limitaciones a la libertad son proporcionales a la emergencia, y si respetan los l¨ªmites constitucionales exigibles en cada pa¨ªs.
El caso mexicano es diferente. Aunque dependiendo de la gravedad del momento se han cerrado escuelas y establecimientos como restaurantes, oficinas, cines, teatros, gimnasios, etc¨¦tera, la indicaci¨®n de quedarse en casa ha sido una exhortaci¨®n, frente a lo cual la sociedad mexicana mayoritariamente ha actuado con madurez c¨ªvica, cumpliendo con las determinaciones sanitarias y entendiendo que su finalidad ha sido proteger la salud y la vida de todos. No existi¨® confinamiento obligatorio, no hubo toques de queda, ni se decret¨® un estado de excepci¨®n.
Por ello, a diferencia de lo que ocurri¨® en otros pa¨ªses, en M¨¦xico los litigios no se centraron en defender las libertades frente a las medidas sanitarias, sino en garantizar que las personas contaran con las condiciones materiales b¨¢sicas para enfrentar la pandemia sin poner en riesgo su seguridad. No se trat¨® de frenar restricciones gubernamentales, sino de velar porque personal m¨¦dico, adultos mayores, madres de familia, comunidades ind¨ªgenas, ni?as y ni?os, entre otros sectores, pudieran transitar la pandemia con lo m¨ªnimo indispensable en t¨¦rminos de salud y bienestar. M¨¢s que analizarse los l¨ªmites al Estado, jueces y juezas se han pronunciado sobre las obligaciones que le son exigibles a la luz de los derechos sociales que nuestra Constituci¨®n consagra.
Sin duda, en Am¨¦rica Latina la pandemia ha sido un acelerador de la desigualdad. La pobreza, la p¨¦rdida de empleos, la falta de acceso a servicios p¨²blicos de calidad, y el riesgo latente de contraer el coronavirus todav¨ªa laceran la regi¨®n. Por ello, la protecci¨®n de los derechos sociales y econ¨®micos a trav¨¦s de tribunales que garanticen la satisfacci¨®n de las necesidades materiales b¨¢sicas de la persona es m¨¢s importante que nunca.
En M¨¦xico, los jueces federales se han mantenido a la altura de las circunstancias, a pesar de un marcado ambiente de polarizaci¨®n pol¨ªtica, en el que los distintos sectores de la opini¨®n p¨²blica buscan capturar a los juzgadores tach¨¢ndolos de sumisi¨®n y de falta de independencia cuando no resuelven conforme a sus intereses. La labor de los juzgadores federales durante la pandemia ha sido muestra de que Poder Judicial mexicano est¨¢ viviendo una de las etapas de mayor fuerza e independencia de su historia. M¨¢s all¨¢ de los se?alamientos que ponen en entredicho esa su autonom¨ªa, contamos con una justicia federal comprometida con los derechos y con dar efectividad a nuestra constituci¨®n, a golpe de sentencias.
Arturo Zald¨ªvar es presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n y del Consejo de la Judicatura Federal
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