Reinventar el pa¨ªs cada seis a?os
En M¨¦xico se tira el dinero como si este abundara. Se hacen trenes que no est¨¢n conectados a redes ferroviarias, refiner¨ªas sin sentido y aeropuertos que no incrementan la capacidad de vuelos del pa¨ªs

?Qu¨¦ habr¨¢ pensado el entonces presidente Enrique Pe?a Nieto cuando decidi¨® la construcci¨®n del tren entre la Ciudad de M¨¦xico y Toluca? ?En qu¨¦ momento se consider¨® como infraestructura prioritaria un tren entre dos ciudades separadas por 80 kil¨®metros ya conectadas por diversas v¨ªas? La construcci¨®n del tren interurbano tomar¨ªa tres a?os y tendr¨ªa un presupuesto de 38.500 millones de pesos. La obra empez¨® sin tener completo el trazado de las v¨ªas y las estaciones que tendr¨ªa el tren tampoco eran claras. Siete a?os despu¨¦s y con un costo de m¨¢s del doble del estimado, el tren sigue en obra.
Por el contrario, la construcci¨®n de un aeropuerto con la posibilidad de cambiar la capacidad del pa¨ªs en t¨¦rminos comerciales, tur¨ªsticos y log¨ªsticos en un plazo relativamente corto, fue cancelada por el siguiente Gobierno tirando a la basura, de forma pr¨¢cticamente literal, miles de millones de pesos.
Hoy se construyen una refiner¨ªa en un lugar que se inunda, un aeropuerto con viabilidad m¨¢s que incierta y un tren que en el mejor de los casos podr¨¢ ser una atracci¨®n tur¨ªstica no necesariamente rentable.
Se escucha continuamente, ya casi como mantra o como pretexto, que los recursos siempre son escasos. As¨ª nos lo ense?an en nuestras casas y en los primeros cursos de econom¨ªa nos lo demuestran con ecuaciones. Cuando se habla de incrementar los recursos destinados a la inversi¨®n p¨²blica hasta alcanzar el 5% del PIB ¡ªque hoy ronda 2.4%¡ª se explica que no hay recursos. La perpetua analog¨ªa de la cobija presupuestaria. No hay dinero para todo. O pagamos pensiones o construimos puertos. Jalar la cobija de un lado, dejar¨¢ necesariamente a otro descobijado. ¡°Es que en M¨¦xico la recaudaci¨®n es baj¨ªsima, es m¨¢s, la OCDE nos lo demuestra siempre¡±. Y entonces, tristemente, acabamos viendo a la inversi¨®n p¨²blica en infraestructura como algo opcional, algo que se har¨¢ en alg¨²n momento futuro, cuando haya recursos. Y el discurso es el mismo a?o con a?o: los recursos son escasos.
Sin embargo, vemos que en M¨¦xico se tira el dinero como si este abundara. Se hacen trenes que no est¨¢n conectados a redes ferroviarias, refiner¨ªas sin sentido y aeropuertos que no incrementan la capacidad de vuelos del pa¨ªs. Desafortunadamente esto trasciende administraciones y gobiernos. Se construyen carreteras y caminos mal hechos que hay que rehacer nada m¨¢s inaugurados. ?Recuerdan la Autopista del Sol que fue cerrada pr¨¢cticamente al d¨ªa siguiente de ser inaugurada con bombo y platillo? Nada habla m¨¢s del derroche que tirar el dinero en proyectos sin planear.
Cualquiera supondr¨ªa que M¨¦xico, un pa¨ªs con 127 millones de habitantes y una econom¨ªa entre las 15 mayores del mundo, que adem¨¢s tiene una inmensa necesidad de desarrollo y de empleos de calidad, contar¨ªa con un plan que contuviera un portafolio de proyectos de infraestructura en orden de prioridad y con evaluaciones econ¨®micas, sociales y financieras listas. Para nadie ser¨¢ sorpresa que ese plan no exista.
La visi¨®n del pa¨ªs que se tiene est¨¢ en funci¨®n del gobernante en turno. Si el presidente quiere su tren a Toluca, aqu¨ª lo tiene se?or. Si no le gusta el aeropuerto, pues lo cancelamos, total, qu¨¦ m¨¢s da tirar 300.000 millones de pesos en el pa¨ªs de la (no)abundancia. Que nos gusta m¨¢s un tren para ver las pir¨¢mides mayas, pues hagamos el tren aunque no hayan sido validados los estudios de rentabilidad. Poco importar¨¢ que los constructores de refiner¨ªas del mundo nos digan que no se puede hacer una obra como la que queremos con nuestro presupuesto de 8.000 millones de d¨®lares ni en el tiempo que pensamos tenerla, pues que la haga Pemex, al fin que la empresa no tiene suficientes problemas financieros.
No debemos reinventar el pa¨ªs cada seis a?os. Hay que pensar hacia adelante, hay que tener cierta visi¨®n del futuro que queremos y empezar a trabajar para lograrlo. Porque lo contrario es resignarnos a heredarle a nuestros hijos un M¨¦xico con trenes sin concluir o sin pasajeros, con terminales a¨¦reas o saturadas o subutilizadas, o ¡ªen pleno debate de cambio clim¨¢tico¡ªrefiner¨ªas para un futuro que no debe ser f¨®sil.
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