El Fiscal inc¨®modo y el dilema del presidente
La permanencia en el m¨¢ximo puesto de la procuraci¨®n de justicia de un personaje con la reputaci¨®n destruida produce un da?o incalculable a un gobierno que desea hacer las cosas de manera diferente
El presidente no querr¨ªa sacrificar al Fiscal General de la Rep¨²blica que ¨¦l mismo propuso. Una y otra vez ha expresado que Alejandro Gertz Manero es un hombre merecedor de su confianza. Pero tras el fallo de la Suprema Corte que desnuda la persecuci¨®n judicial ejercida en contra de los exfamiliares sujetos a la acusaci¨®n del propio Gertz, parecer¨ªa que el resto de la opini¨®n p¨²blica no comparte tan generosa apreciaci¨®n del personaje. Me pregunto, incluso, si en su fuero interno Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador a¨²n la mantiene. Este martes, ante preguntas insistentes reiter¨® ese aparente apoyo. ¡°Yo tengo confianza en el fiscal¡±, dijo escuetamente, pero acompa?¨® la frase de otra que en cierta manera la contradice: ¡°¡ y tengo confianza en el presidente de la Suprema Corte de Justicia y en otros ministros. Ahora actuaron muy bien en este caso y as¨ª espero que sigan actuando todas las autoridades¡±. Sobra decir que el caso que aplaude el presidente es la resoluci¨®n de los ministros tomada por unanimidad, gracias a la cual se exhiben las irregularidades que dan cuenta de un montaje judicial y un abuso de poder encaminado a beneficiar a Gertz Manero en sus empe?os para encarcelar a sus demandados.
M¨¢s revelador es el planteamiento que hizo AMLO al ofrecer protecci¨®n por parte de la Segob a las v¨ªctimas, Laura Mor¨¢n y Alejandra Cuevas. ?Protecci¨®n contra qu¨¦? Eso no lo dijo el presidente, pero es obvio que no puede ser otra que protegerlas en contra de alguna represalia de parte de su fiscal. Impl¨ªcitamente el propio L¨®pez Obrador estar¨ªa reconociendo que no conf¨ªa en que la obsesi¨®n de Gertz Manero se limite a los conductos legales.
A estas alturas el resto de la sociedad conf¨ªa a¨²n menos. Hace mucho que una votaci¨®n de la Suprema Corte no arrojaba un voto un¨¢nime trat¨¢ndose de un tema relevante. Pero las violaciones al proceso fueron tan absurdas que no admit¨ªan dudas. Para castigar a estas mujeres hubo que recurrir a la invenci¨®n de un delito que no existe y los ministerios p¨²blicos que se negaron a otorgar una orden de aprehensi¨®n improcedente, a su vez fueron obligados a renunciar y debieron huir para no terminar en la c¨¢rcel. En suma, una afrenta vergonzosa para el sistema judicial en su conjunto.
En circunstancias normales, cualquier funcionario habr¨ªa renunciado ante la evidente imposibilidad de seguir ejerciendo sus funciones con el m¨ªnimo de credibilidad que estas exigen. Por desgracia, la l¨ªnea de conducta mostrada por Gertz Manero corresponde a alguien que suele operar m¨¢s en funci¨®n de sus intereses, filias y fobias que por un predicamento ¨¦tico o incluso legal. La obligaci¨®n moral o lealtad hacia la corriente que lo instal¨® en la Fiscal¨ªa, tendr¨ªa que llevarlo a la conclusi¨®n de que manteni¨¦ndose en su puesto da?a al propio presidente. Pero me temo que los impulsos honorables de Gertz no son su fuerte. Su comportamiento con respecto a las rencillas familiares, por no hablar de otros temas controversiales en los que se ha visto envuelto, as¨ª lo sugieren.
Siendo as¨ª, todos los caminos conducen a Palacio. Si lo ¨²nico que sostiene a Gertz es la voluntad del presidente, habr¨ªa que preguntar: ?quiere L¨®pez Obrador mantener a un fiscal que ya no es funcional al discurso de un gobierno comprometido con la justicia? Porque, no nos enga?emos, pese a la cacareada autonom¨ªa de poderes, bastar¨ªa una conversaci¨®n privada en Palacio para que fuera insostenible la posici¨®n del Fiscal o, en su defecto, un extra?amiento a trav¨¦s del Senado, dominado por el partido oficial.
La polarizaci¨®n que tan buenos dividendos ha generado en t¨¦rminos de apoyo popular, en ocasiones se vuelve en contra de los intereses del presidente. En situaciones como esta, suele asumir que toda rectificaci¨®n que pueda ser festinada por sus rivales equivale a una derrota pol¨ªtica. L¨®pez Obrador podr¨ªa asumir que precipitar la salida de un funcionario que ¨¦l propuso, y al que apoy¨® reiteradamente, mostrar¨ªa una vulnerabilidad indeseable. Quiz¨¢. Pero el costo de retenerlo supone una derrota pol¨ªtica de mayor magnitud. La permanencia en el m¨¢ximo puesto de la procuraci¨®n de justicia de un personaje con la reputaci¨®n destruida produce un da?o incalculable a un gobierno que desea hacer las cosas de manera diferente.
Independientemente de que los actos de la Fiscal¨ªa estar¨¢n comprometidos por la eterna sospecha de que incurre en agendas personales, impulsos vengativos y pr¨¢cticas legales dudosas, la imagen misma del presidente y su compromiso con la tarea del combate a la corrupci¨®n quedar¨¢n en entredicho.
L¨®pez Obrador puede apostar a la posibilidad de que este esc¨¢ndalo sea dejado atr¨¢s, pero el inevitable protagonismo de una instituci¨®n como la fiscal¨ªa har¨¢ de Gertz Manero un elefante rosa imposible de invisibilizar. Tomar distancia personal, como parece haber decidido AMLO, no funciona en este caso, porque para tirios y troyanos resulta evidente que el fiscal sigue en el puesto gracias al apoyo que le otorga el soberano, pese a las irregularidades cometidas.
El combate a la corrupci¨®n por parte de la 4T nunca ser¨¢ veros¨ªmil mientras las leyes se cumplan en los bueyes de mi compadre, pero no en los propios. En la medida en que se solapen casos como este y carezca de consecuencias, quedan comprometidas las buenas intenciones del obradorismo en materia de limpieza de la administraci¨®n p¨²blica. Y eso es una derrota pol¨ªtica m¨¢s grande que aquella que supone rectificar a tiempo. En eso no hay verg¨¹enza alguna.
Por el contrario, creo que la situaci¨®n le ofrece a AMLO la posibilidad de mostrarse como un jefe de Estado dispuesto a barrer las propias escaleras desde arriba y no solo hablar de ello. El presidente no es culpable de los errores que pueda cometer un colaborador o un aliado, pero s¨ª es responsable de mantener en el poder a alguien que ha traicionado la confianza que le hab¨ªa depositado.
En suma, el obradorismo afronta un momento decisivo para mostrar que no son lo mismo. Lo que sucedi¨® con Gertz abolla la confianza de los que lo creen y nutre el criticismo de los que afirman lo contrario. Ahora AMLO tiene la palabra para abonar en un sentido u otro.
Un ¨²ltimo comentario. No podemos dejar de lado el costo pol¨ªtico que la decisi¨®n de la Corte tiene para la Fiscal¨ªa de la Ciudad de M¨¦xico y los jueces capitalinos. Si hay un autor intelectual del probable delito, tambi¨¦n hay un autor material. El desprop¨®sito jur¨ªdico con el que se finc¨® la acusaci¨®n por parte de la fiscal¨ªa capitalina y posteriormente la condena por parte de un juzgado local, arrojan enormes dudas sobre la imparcialidad de estas instancias y la manera en que podr¨ªan haber cedido a una presi¨®n. La Fiscal de la ciudad, Ernestina Godoy, se ha ganado a pulso la reputaci¨®n de ser una mujer valiente y honesta, pero tal reputaci¨®n ha salido raspada. Entend¨ªamos que en Ernestina Godoy hab¨ªa material para convertirse en la fiscal federal que el pa¨ªs necesita. Le quedan dos a?os para mostrar que tales presunciones no eran equivocadas.
@jorgezepedap
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.