Mario Aburto: pesadilla en la calle del infierno judicial
Tres decenios despu¨¦s de que abatiera al candidato, seguimos en las mismas tinieblas que aquel 23 de marzo en Lomas Taurinas. Teor¨ªas de lo que ocurri¨® sobran
Octubre es reconocido como el mes del terror. No por cuestiones hist¨®ricas (en ese caso, cada mes del a?o ser¨ªa candidato al t¨ªtulo, pues las atrocidades en el planeta no dejan de ocurrir), sino porque en el Occidente del mundo, en este caso, en Estados Unidos y su ¨¢rea de influencia, se celebra el Halloween. Y, del mismo modo que la Navidad, para los comercios, comienza a partir de agosto (vaya a su tienda departamental favorita y const¨¢telo), el Halloween arranca, para los entusiastas, el mism¨ªsimo 1 de octubre. Este es, pues, un mes de ver maratones de pel¨ªculas de terror. Cl¨¢sicos incuestionables y obras como Halloween y sus mil secuelas, y tambi¨¦n, y citar¨¦ los nombres que les pusieron en espa?ol, que son m¨¢s graciosos, Viernes 13, Chucky el mu?eco diab¨®lico o Pesadilla en la calle del infierno, con sus asesinos invencibles hasta la caricatura: Jason Voorhees, Chucky, Michael Myers, Freddy Krueger...
Como si quisiera unirse a esa cala?a de monstruos cruzados con botargas, ha reaparecido en los encabezados period¨ªsticos Mario Aburto Mart¨ªnez, asesino convicto hace 29 a?os por el asesinato en Tijuana, Baja California, del candidato del PRI a las elecciones presidenciales de 1994, Luis Donaldo Colosio. El pasado viernes se anunci¨® que las autoridades del Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Distrito decidieron amparar a Aburto y anular el juicio que lo conden¨® a 45 a?os de prisi¨®n. Aunque se puntualiz¨® que el veredicto seguir¨¢ siendo de culpabilidad, parece que el proceso tendr¨¢ que reponerse, pero con el castigo m¨¢ximo que la legislaci¨®n estatal de Baja California contemplaba en 1994 por un homicidio calificado como tal: 30 a?os. Y como Aburto ya cumpli¨® 29 de ellos tras las rejas, podr¨ªa quedar en libertad en marzo del a?o por venir.
Desde luego que en esta nueva cinta de terror quedan varios misterios pendientes de soluci¨®n. ?Por qu¨¦ se juzg¨® al tirador bajo el fuero federal y no el estatal, si no era aplicable en su caso? ?Y por qu¨¦ tard¨® la justicia casi seis lustros en percatarse de esta barbaridad? La explicaci¨®n es clara: el crimen aterr¨® al M¨¦xico de 1994 y el gobierno de aquel momento, que encabezaba el presidente Carlos Salinas de Gortari, quiso enfrentar los se?alamientos de conjurar en contra de Colosio endureciendo el castigo al agresor todo lo que se pudo. Y m¨¢s tarde, nadie se atrevi¨® a cuestionar el tema durante los a?os de ¡°fiscal¨ªas especiales¡± y carpetas de investigaci¨®n sin fin. Y a¨²n despu¨¦s operaron la inercia y el olvido. El caso Colosio dej¨® de ser crucial para el pa¨ªs hace much¨ªsimos a?os. Aunque, claro, nunca fue resuelto.
Porque, incluso a estas alturas, y luego de a?os de indagaciones, recreaciones, documentales, trascendidos y filtraciones, Aburto era lo ¨²nico firme que se ten¨ªa. Solo ¨¦l. Tres decenios despu¨¦s de que abatiera al candidato, seguimos en las mismas tinieblas que aquel 23 de marzo en Lomas Taurinas. Teor¨ªas de lo que ocurri¨® sobran, claro. Pero de comprobaciones andamos m¨¢s bien escasos. Colosio es nuestro Kennedy, con la diferencia de que ac¨¢ nadie mat¨® a Lee Harvey Oswald (Aburto, en este caso) antes de que hablara. No: tenemos a Aburto preso hace 29 a?os, pero nadie ha podido sacarle una versi¨®n comprensible de lo que sucedi¨®. Nadie. Pueden inferirse muchas cosas, pero saberse, en verdad, casi ninguna.
Si, en efecto, Aburto queda libre en marzo de 2024, ser¨¢ como esos finales de historias de horror en los que el monstruo queda impune. Y no, no hablo del homicida que, en todo caso, habr¨¢ cumplido su sentencia. Hablo del sistema pol¨ªtico que resolvi¨® sus diferencias a balazos, del sistema de seguridad que nunca pudo obtener la verdad y del sistema judicial que se dio cuenta tres decenios tarde que todo el proceso estaba mal. Una verdadera historia de terror.
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