Lo que callan sobre el Poder Judicial
Al discutir la reforma a sus fideicomisos, la Suprema Corte y Morena contaron verdades a medias
Los diputados de Morena aprobaron eliminar 13 fideicomisos del Poder Judicial. El planteamiento ha despertado un apasionado debate. Hay dos bandos. Por un lado, Morena, que argumenta que los fideicomisos deben desaparecer, pues solo sirven para mantener los gastos superfluos y desmedidos. Por el otro, el Poder Judicial y sus aliados, quienes dicen que eliminar los fideicomisos limitar¨¢ el acceso a la justicia y destruir¨¢ la divisi¨®n de poderes.
En este ensayo argumento que ambas posturas son hiperb¨®licas y no reflejan la realidad. El Poder Judicial s¨ª podr¨ªa deshacerse de algunos de sus fideicomisos y recortar prerrogativas excesivas sin que ello supusiera destruirse o afectar a sus trabajadores. Morena tambi¨¦n podr¨ªa ceder y permitir la existencia de ciertos fideicomisos bien regulados y transparentes.
La discusi¨®n actual es entre dos bandos igualmente militantes, cuyas intransigentes posturas terminar¨¢n afectando a la democracia mexicana. Me explico.
Mentiras de un lado
La postura de Morena oculta tres verdades.
Primero, no es verdad que todos los fideicomisos sean dinero que sustenta privilegios superfluos. Dentro de las prestaciones que cubren estos fideicomisos se encuentran los recursos que se destinan a proveer de seguridad a ministros, jueces y magistrados. En un pa¨ªs con los niveles de violencia de M¨¦xico, tener autos blindados y escoltas para juzgadores es una necesidad, no un privilegio.
Segundo, tampoco es cierto que todos los recursos de los fideicomisos sean dinero p¨²blico. Por ejemplo, dentro de los fideicomisos que se pretenden extinguir se encuentra el destinado al ¡°mantenimiento de casas habitaci¨®n¡± cuyos recursos no son p¨²blicos, sino aportaciones privadas que realizan los jueces y magistrados desde su n¨®mina. El dinero sirve para mantener las casas que ocupan ministros y magistrados cuando, por motivos laborales, cambian de lugar de residencia.
Tercero, no es verdad que la extinci¨®n de fideicomisos supone un uso m¨¢s virtuoso de los recursos. De ser aprobada la reforma de Morena, el dinero de los fideicomisos ser¨ªa enviado a la Tesorer¨ªa de la Federaci¨®n. Esto implica la posibilidad de que, como sucedi¨® con la extinci¨®n de 109 fideicomisos en 2020, los recursos terminen siendo utilizados en lo que el gobierno federal se?ale.
Mentiras del otro lado
Sin embargo, no solo Morena miente. Los defensores a ultranza del Poder Judicial tambi¨¦n lo hacen cuando dicen que eliminar los fideicomisos supone su destrucci¨®n y un grave atentado contra las prestaciones de sus trabajadores.
La realidad es distinta en tres aspectos:
Primero, la gran mayor¨ªa de los recursos de los fideicomisos no se utilizan. Como identific¨® la Auditor¨ªa Superior de la Federaci¨®n (ASF) al analizar 12 fideicomisos en 2018, durante 10 a?os el Poder Judicial solo ha usado el 4,9% del dinero ah¨ª disponible.
Esto se debe a que el Poder Judicial ha creado un efectivo mecanismo de ¡°guardaditos¡±. Seg¨²n report¨® la ASF, cuando la SHCP no gasta todo el dinero que la Federaci¨®n le otorga para su gasto ordinario, guarda una parte en los fideicomisos.
La intenci¨®n, dicen, es poder usar ese dinero para gastos no ordinarios, como construcci¨®n e infraestructura. Pero la realidad es que, como mostr¨® la ASF en la auditor¨ªa 2018-0-03100-19-0003-2019, el Poder Judicial no lo utiliza para eso. La mayor¨ªa de las veces emplean el presupuesto ordinario para dejar los fideicomisos gorditos. As¨ª, en 10 a?os, el presupuesto de los fideicomisos del Poder Judicial se ha cuadruplicado.
Segundo, la abismal mayor¨ªa de las prestaciones m¨¦dicas del personal judicial y de las pensiones complementarias de los magistrados y jueces se pagan con el presupuesto ordinario, no con los fideicomisos.
Como document¨® el periodista Zedryk Raziel para el portal Animal Pol¨ªtico, en 2018, ¨²nico a?o para el que tuvo datos, la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n (SCJN) pag¨® todas sus prestaciones m¨¦dicas utilizando solo el 0,002% del dinero del fideicomiso. Por su parte, el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) pag¨® el 95% de sus pensiones sin necesidad del fideicomiso. De hecho, del fideicomiso solo se ejercieron 16 millones de pesos, de un total de 3.000 millones de pesos que ten¨ªa disponibles.
Tercero, la falta de transparencia del Poder Judicial y sus gastos desmedidos s¨ª son una leg¨ªtima preocupaci¨®n.
El Poder Judicial federal s¨ª es demasiado caro. Como mostr¨® el trabajo de la acad¨¦mica Ana Laura Magaloni, los ministros, magistrados, jueces y secretarios tienen remuneraciones superiores a las de sus pares en Latinoam¨¦rica. A eso se agregan excelsas prerrogativas que incluyen m¨²ltiples autos blindados, equipos de lujo, traslados y comidas de primera. Adem¨¢s de las prestaciones de ley, hay ¡°compensaciones garantizadas y bonos de apoyo¡± por 3.000 millones de pesos, seguros de vida, separaci¨®n y gastos m¨¦dicos por otros tres millones de pesos, y ¡°compensaciones de apoyo¡± por 4.000 millones de pesos.
A ello hay que agregar gastos aparentemente mundanos, pero que calan en un pa¨ªs con tanta pobreza como M¨¦xico. Aspectos como que el Poder Judicial hace una fiesta del D¨ªa de la Madre que cuesta 24 millones de pesos, una del D¨ªa del Padre que cuesta 26 millones, o que gasta 90 millones de pesos anuales en anteojos. Hay abusos que duelen. Las togas que usan los ministros, por ejemplo, cuestan 23.000 pesos cada una y son elaboradas por el mismo proveedor desde hace 28 a?os. Un coto privado del que alguien se beneficia.
El Poder Judicial tampoco es probo en su transparencia. Es frecuente que la informaci¨®n que comparten en la Plataforma Nacional de Transparencia est¨¦ incompleta, vieja o en formatos que no son accesibles o comprensibles para el p¨²blico, como ha mostrado el trabajo de Hugo Concha Cant¨² del Instituto de Investigaciones Jur¨ªdicas de la UNAM. A diferencia del Poder Legislativo y Ejecutivo, que han sido impulsados a ser m¨¢s transparentes y puestos en la mira p¨²blica, ¡°el Poder Judicial ha quedado mucho tiempo en la sombra (¡) siempre ha sido el poder m¨¢s alejado de los ciudadanos¡± en palabras de la actual decana de la escuela de gobierno del ITESM, Edna Jaime.
Por si lo anterior fuera poco, el Poder Judicial tiene un problema severo de nepotismo. M¨¢s de la mitad de jueces y magistrados han logrado que sus esposas, hijos, cu?ados u otros integrantes de su familia figuren en la n¨®mina, seg¨²n ha mostrado la investigaci¨®n de Julio R¨ªos-Figueroa del ITAM. Hasta el momento no se ha logrado reformar la carrera judicial para impedir que esto siga pasando.
El fondo
Todos los abusos del Poder Judicial, sin embargo, han quedado silenciados. La discusi¨®n p¨²blica se ha convertido en una batalla de dos facciones polarizadas con verdades parciales que evitan llegar al fondo.
La pregunta esencial del debate es si tener fideicomisos y prerrogativas excesivas contribuye con la independencia del Poder Judicial. En lo personal, yo pienso que no.
El fideicomiso no es la raz¨®n de existencia de la independencia del Poder Judicial, si as¨ª lo fuera podr¨ªamos concluir que todo el financiamiento del Poder Judicial debiera provenir de fideicomisos, en vez del presupuesto ordinario, como actualmente sucede. Los fideicomisos son una parte menor de su gasto y salvo contadas excepciones, no representan una proporci¨®n significativa de las prestaciones de sus trabajadores. En realidad, las prestaciones del Poder Judicial y su presupuesto est¨¢n protegidos por la ley y su presupuesto ordinario, no por sus fideicomisos.
La independencia del Poder Judicial no puede, ni debe ser condicionada a tener beneficios excesivos. En los a?os noventa se pens¨® que dar alt¨ªsimos salarios y prestaciones reducir¨ªa la corrupci¨®n de juzgadores, pero hoy tenemos m¨²ltiples casos que desmienten esta postura. Lo que se necesita no son fideicomisos, ni chefs y camionetas blindadas, sino un sistema robusto de responsabilidades.
Debo confesar que, en la discusi¨®n sobre el Poder Judicial, yo s¨ª esperaba que Morena tuviera una posici¨®n parcial, politizada y sesgada. Son un partido pol¨ªtico. De quienes no lo esperaba era de la abogac¨ªa y la SCJN.
Los puntos de vista de la SCJN est¨¢n te?idos por sus propios intereses. La abogac¨ªa, en muchos casos relacionada de forma directa o indirecta con el Poder Judicial, ha dominado gran parte de las discusiones, e inundado la discusi¨®n p¨²blica con pocos matices. Tal parece que tomaron bando y que han olvidado que, en este debate, el Poder Judicial no solo es juez, tambi¨¦n es parte.
Hay tarea por hacer. Ambas facciones en disputa deben abrirse al debate. Habr¨¢ m¨¢s discusi¨®n sobre el tema y seguro llegar¨¢ hasta la SCJN. El Poder Judicial puede y debe reformar sus fideicomisos. Morena no debe desaparecerlos todos de tajo. Los matices existen.
No nos confundamos. Si el Poder Judicial termina afectado y debilitado, ser¨¢ por culpa de la intransigencia de ambas facciones.
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