Brazo tieso
Duele que unos r¨ªgidos brazos tiesos rompieron la nariz y tres costillas de dos amigos entra?ables de luenga vocaci¨®n socialista
Un fresco quiz¨¢ venido del Norte de Espa?a provoc¨® un inesperado giro en el clima emocional de Madrid. No hubo alteraci¨®n en la taquicardia de acaloramiento en las discusiones de sobremesa ni g¨¦lidas heladas contundentes, pero s¨ª una crispaci¨®n m¨¢s en la irracional polarizaci¨®n de bandos y contrabandos pol¨ªticos. Horas despu¨¦s de un lamentable atentado a mano armada y en plena cara del fundador de un partido de ultraderecha que se hace llamar Vox y horas despu¨¦s de que se anunciara el acuerdo de una posible amnist¨ªa para los pr¨®fugos independentistas catalanes, semanas despu¨¦s de que el propio gobierno en funciones de Espa?a negara esa posibilidad jur¨ªdica que apela a una necesaria reforma constitucional¡ horas despu¨¦s ¨Crepito-de esos dos vientos se arremolinaron protestas en Valencia, Barcelona y en las calles de Madrid cercanas a la sede del Partido Socialista Obrero Espa?ol. No se protest¨® al pie de los leones del Congreso ni en las inmediaciones de palacios del gobierno que encabeza el PSOE, sino en las cercan¨ªas a la sede de un partido pol¨ªtico, a pesar de que entre los cr¨ªticos y gritos figurasen parlamentarios jurados.
Para el extranjero en Espa?a llama la atenci¨®n el galimat¨ªas etimol¨®gico que separa a la noci¨®n de Estado con el ejercicio de Gobierno; para un mexicano es lo mismo uno y otro, pero tradicionalmente en la Pen¨ªnsula emanada de la valiosa Transici¨®n que logr¨® el puente de la Dictadura hacia la Democracia una cosa virtualmente inamovible es el Estado, la bandera, el himno sin letra y la Corona que preside y otra muy diferente y cambiante es el Gobierno que se ha alternado entre partidos dependientes del voto popular y de la convivencia parlamentaria. Dicho lo cual, al extranjero en Madrid se le presenta un enrevesado momento en la vida pol¨ªtica de una Espa?a que parece olvidar la Transici¨®n y obviar (por unas horas) al Parlamento de la conversaci¨®n y el di¨¢logo, de la legislaci¨®n y su debate.
Dicho lo anterior, estas l¨ªneas lamentan profundamente haber escuchado en boca de cientos de fan¨¢ticos el Cara al Sol del rancio franquismo que parec¨ªa cantinela superada. Es lamentable y doloroso ver a cientos de engre¨ªdos fascistas trasnochados volver a extender el brazo derecho en un ¨¢ngulo recto dirigido directamente al horizonte del pret¨¦rito m¨¢s doloroso de Espa?a, el mapa en blanco y negro de los bombardeos y fusilamientos, represi¨®n e intolerancia, am¨¦n de clonarse con la pose favorita de dementes como Benito Mussolini o lun¨¢ticos de bigotito ¨¤ la Adolfo Hitler. No abogo aqu¨ª por el pu?o cerrado de los confundidos sobrevivientes de Stalin, sino lamento el tufo facha de quienes se infiltran y envenenan el leg¨ªtimo derecho a manifestarse de quienes se oponen a la posible Ley de Amnist¨ªa que permitir¨ªa la nueva investidura de un Gobierno que ¨Cal parecer es la ¨²nica alternativa- a la vocinglera y alarmante compatibilidad de ciudadanos con apasionados militantes del brazo extendido.
Desconozco si la reliquia del brazo de Santa Teresa sea r¨ªgido o intolerante a toda forma del pecado, pero el brazo extendido de los fascistas huele mal. Recuerda la escuadra de lo rid¨ªculo e irracional, simula clonar un poder¨ªo como de Hollywood ¨¤ la Antigua Roma y agita vientos irascibles de intolerancia, xenofobia y supremacismo que empa?an el verdadero rostro de Espa?a. El brazo tieso y extendido no carga infantes sino forma y conforma infanter¨ªas de guerra; el brazo extendido y tieso no habla sino grita, confunde contundentemente sobre las almas incautas.
Sobre todos los dolores, duele que unos r¨ªgidos brazos tiesos rompieron la nariz y tres costillas de dos amigos entra?ables de luenga vocaci¨®n socialista, adem¨¢s cr¨ªticos y opositores a los err¨¢ticos vaivenes de negaci¨®n gubernamental de lo que a la postre se vuelve afirmativo. Se ganaron los golpes por haber subrayado ante la baba intolerante de unos colmillos esteparios que la bandera de Espa?a no es pa?o exclusivo de las derechas, sino l¨¢baro de uni¨®n y convivencia de todas las Espa?as posibles. As¨ª como a¨²n no clamo el retorno de la franja morada, tampoco veo raz¨®n para ondear a gritos la guirnalda de la negra ¨¢guila bic¨¦fala que suele envolver como brazalete de sv¨¢stica que usan como vitola los brazos tiesos.
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