Coraz¨®n de Ni?o
He sido honrado con el reconocimiento Coraz¨®n de Ni?o. Inesperado, mas no inmerecido, porque en el fondo yo nunca he dejado de ser ni?o y me dedico a leer, escribir y dibujar desde mi infancia
La Fundaci¨®n Ildefonso V¨¢zquez Santos me ha honrado con el inesperado Reconocimiento Coraz¨®n de Ni?o en un cartel de lujo que comparto orgullosamente al lado de la periodista y cronista ejemplar Cristina Pacheco y el exitos¨ªsimo empresario regiomontano Gustavo M. de la Garza Ortega. En mi caso, repito que es inesperado mas no inmerecido: porque en el fondo yo nunca he dejado de ser ni?o y me dedico a leer, escribir y dibujar desde mi infancia en dos idiomas. Adem¨¢s, parece que desde siempre he de vivir 24 horas entre libros; incluso, a pesar de par¨¦ntesis burocr¨¢ticos que solo provocaron tropiezos y dolores de cabeza. Superado el trance de mi desempleo o desahucio diplom¨¢tico (en gran medida debido al delirium de un demente que lo ¨²nico que tuvo de diplom¨¢tico fue ser dips¨®mano) trabajo desde hace un a?o con un coro de arc¨¢ngeles que rescataron de la amnesia a la librer¨ªa m¨¢s antigua de Madrid llamada P¨¦rgamo¡ suficientes m¨¦ritos para recibir sin verg¨¹enza este reconocimiento entra?able, encarnado en una pesad¨ªsima figura soplada en cristal de Murano nada menos que por el ¨²ltimo disc¨ªpulo vivo de Joan Mir¨®. La pieza policromada representa a un mu?eco maravilloso de dos caras ¡ªla feliz y la inevitable tristeza¡ªcon un sano coraz¨®n que sostiene en la mano.
Hace exactamente un mes consta que cumpl¨ª ya un a?o m¨¢s que 60 de edad, la v¨ªspera de un concierto maravilloso del grupo Zuaraz y a la vuelta de otra intervenci¨®n en las cavidades de mi coraz¨®n casi de vidrio. Una vez m¨¢s se me ha concedido resucitar con una ilusi¨®n inveros¨ªmil, con una renovada esperanza, con la misma m¨²sica de mis hijos y otra vuelta a M¨¦xico no solo para presentar una novela nueva, sino abrazar a mi madre y mi hermana infalibles, mi t¨ªa Lola y toda la familia que llevo en el coraz¨®n del coraz¨®n que nunca me han tenido que operar: all¨ª donde siguen los amigos de veras y las sombras de escritores ya impalpables.
Hace un mes se disolvi¨® un co¨¢gulo expulsado por la aorta y se resta?¨® una peque?a herida que parec¨ªa ventana (quiz¨¢ huella de qui¨¦nsabequ¨¦ amor contrariado) y ya de paso, los cardi¨®logos a quienes ahora debo parte de la nueva vida tuvieron a bien soltar una descarga el¨¦ctrica y milim¨¦trica aunque potente entre dos ventr¨ªculos que provocaban una provocadora arritmia card¨ªaca.
Coraz¨®n de Ni?o es por y para Santiago y Sebasti¨¢n que ya son hombres y, por ende, para sus musas. Coraz¨®n de Ni?o y Ni?a por mis sobrinos y la sobrina que ya lleva una nueva vida en el vientre, pero tambi¨¦n por los ni?os y ni?as que fueron mis abuelos y mis propios padres y por el ni?o que se volvi¨® hombre bueno y honesto, muriendo con el coraz¨®n como un libro abierto que le da nombre a la Fundaci¨®n que hoy me eleva el alma.
Este premio tambi¨¦n es para abono del ¨ªntimo deseo de florecer amando nuevamente el silencio de una mirada, el misterio de palabras ignotas y la promesa de un abrazo que ahora s¨ª sea interminable, pero sobre todo Coraz¨®n de Ni?o lo dedico a una y todas las ni?as Ucrania asediadas por la invasi¨®n oprobiosa de bombardeos irracionales; lo entrego humildemente a los m¨¢rtires ni?os de la franja de Gaza y a las ni?as que so?aban en o cerca de un kibutz en Israel; es decir que lo deposito como quien quisiera adoptar aqu¨ª mismo --en este p¨¢rrafo¡ªa todos los infantes ajenos a las infanter¨ªas de guerra, a todos los cr¨ªos y criaturas, las caritas empolvadas por la p¨®lvora y ensangrentadas con la desatada estulticia de la ira de los adultos, el encono tras fervor fanatizado de religiones enrevesadas.
Este premio es para los ni?os de Acapulco que hasta hace unas horas mov¨ªan la pancita para propina de los turistas chilangos o gringos y para las ni?as guerreras guerrerenses que ayudaban a sus padres a partir cocos con machete, vender empanaditas de su estatura y en fin, para a todos los ni?os y ni?as ¨Cabsolutamente todos los ni?os y ni?as del mundo¡ªque merecen heredar de una vez por todas (en vida o como almas invisibles) un mundo mucho mejor que ¨¦ste¡ este pinche mundo que se limpia un poco y parece mejor cuando cierro los p¨¢rpados y percibo la m¨²sica de millones de risitas, el rumor de travesuras, el brillo en la pupila de quienes empiezan a deletrear al viejo mundo con sus primeras lecturas.
Por eso, Coraz¨®n de Ni?o llegar¨¢ pronto a la vitrina de la librer¨ªa P¨¦rgamo donde pretendo seguir leyendo cuentos para la creciente cofrad¨ªa de ni?os y ni?as que me leen al escucharme, as¨ª como para sonrisa de los abuelos entra?ables, mis amigos infalibles, los mejores escritores vivos y dizque muertos que pueblan los estantes de ese santuario donde no pienso dejar de seguir en el intento de escribir novelas y cuentos, por supuesto aquilatando y contagiando la inapelable bondad y riqueza de Leer por Placer, contra la necia estulticia de doctrinarios trasnochados que insisten en pervertir a ni?os o adultos incautos desde sus ma?aneras primeras letras con adoctrinamientos obligatorios o insinuados, cuadriculando ideol¨®gicamente como quien intenta restringir el infinito p¨¢ramo de las nubes o podar las flores blancas que campanillean en silencio tan lejos del horror o terror del mundo. Que lo entienda Marx (Carlos), Marx (Groucho) y el otro Marx miliciano moreno y despistado o bien pr¨®fugo melanc¨®lico de las mazmorras de Corea del Norte.
Coraz¨®n de Ni?o para todas las ni?as heridas por metralla inconcebible y para el ni?o desenterrado de un edificio en ruinas cuyo llanto y palabras nadie es capaz de diferenciar entre idiomas supuestamente incompatibles, sobre geograf¨ªas compartidas entre ajenos impostados, imantados ambos y cada bando a la Santa Tierra ecum¨¦nica que deber¨ªa ser perfectamente plural, sea cruz, estrella o media luna el sagrado pergamino donde escriban su Fe.
Este premio espera la resurrecci¨®n de una de las bah¨ªas m¨¢s hermosas del mundo para renacimiento de todos los ni?os y ni?as ¨Cadultos y ancianos¡ªcomo ejemplo y aliento tropical para todo M¨¦xico y el mundo, para cada regi¨®n nevada y los p¨¢ramos de calor intenso, para todos los colores y todas las palabras en varios o todos los idiomas y para que la infinita ni?ez que jam¨¢s deben olvidar incluso los ancianos y para que nunca dejemos sin vuelo las p¨¢ginas que nos salvan, los p¨¢rrafos que nos ilusionan, el verso que te sabe a chocolate, la miel de cada s¨ªlaba lenta¡ todo eso que me regala ¨Cs¨ªstole y di¨¢stole¡ªel imbatible m¨²sculo fortalecido de mi Coraz¨®n de Ni?o.
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