Morenista fif¨ª

Varios datos apuntan a que en M¨¦xico las clases bajas son el votante por excelencia de Morena. En los estados del sur del pa¨ªs Morena ha arrasado. Las alcald¨ªas m¨¢s vulnerables de la Ciudad de M¨¦xico son las ¨²nicas que contin¨²an siendo gobernadas por la izquierda. Y en la consulta de revocaci¨®n de mandato organizada por Morena, el votante m¨¢s fiel provino de los municipios m¨¢s pobres.

En realidad, si bien es cierto que las clases bajas suelen darle su voto con mayor frecuencia a Morena, eso no quita que no exista un voto morenista entre las clases alta y medias-altas. El morenista fif¨ª.

El morenista fif¨ª no es tan raro. De acuerdo con el Latinobar¨®metro, entre las personas que reportan votar y pertenecer a las clases altas y medias-altas, el 37% lo hace por Morena. El porcentaje es menor que entre las clases bajas (46%), pero no por mucho. Adem¨¢s, seg¨²n la misma encuesta, el 52% reporta ser de izquierda.

Esto no era as¨ª antes. En 2018, solo el 25% del electorado autoidentificado como clase alta o media-alta vot¨® por Morena. Adem¨¢s, solo el 32% se identificaba como izquierda.

En gran medida, el apoyo a Morena por parte de las clases altas y medias-altas se deton¨® cuando L¨®pez Obrador apareci¨® en la boleta presidencial. Antes de ello, en 2017, el voto de las clases altas y medias-altas por Morena era casi nulo. En ese tiempo, las clases altas y medias-altas votaban mayoritariamente por el PAN o el PRI, ambos conjuntando el 45% del voto.

Esto no significa que a las clases altas y medias-altas les guste L¨®pez Obrador. A L¨®pez Obrador lo detestan. El 58% desaprueba su labor. Adem¨¢s, hay una desaprobaci¨®n creciente pues en 2020, entre las clases altas y medias-altas, solo el 40% desaprobaba la labor del presidente.

As¨ª, lo que parece estar sucediendo es algo contraintuitivo. Aunque emocionalmente las personas de las clases altas y medias-altas reprueban a L¨®pez Obrador, cada vez parecen votar m¨¢s por Morena.

Me parece que detr¨¢s de este fen¨®meno hay razones muy utilitarias. Sin duda, una parte del morenismo fif¨ª proviene de un gusto de las ¨¦lites por apoyar al partido gobernante. Una especie de ideolog¨ªa acomodaticia que probablemente se ha detonado m¨¢s, ahora que cada vez se observa como m¨¢s evidente que Morena tendr¨¢ un sexenio m¨¢s.

Las clases altas y medias-altas sol¨ªan ser menos acomodaticias antes. De 2011 a 2020, cuando expl¨ªcitamente se les preguntaba si prefer¨ªan votar por el partido gobernante o el opositor, siempre se decantaban por favorecer a los ¨²ltimos. Sin embargo, a partir de 2023, el apoyo por oposici¨®n o Gobierno se ha nivelado con pr¨¢cticamente la misma cantidad de respondientes diciendo que prefieren votar por Gobierno que por oposici¨®n. Este es un cambio que no hab¨ªamos observado antes. La inevitabilidad del triunfo de Morena puede estar detr¨¢s de ello.

Morena le ofrece mucho a las clases altas y medias-altas. Es un partido que propone continuidad, un Gobierno austero, y que se ha mostrado reticente a subir los impuestos o el gasto p¨²blico de manera desmedida.

Adem¨¢s, la popularidad de Morena entre las clases bajas asegura estabilidad social. Aunque L¨®pez Obrador no es su favorito, las clases altas y medias-altas saben que el presidente les es funcional, pues su partido ha fungido como una v¨¢lvula de presi¨®n que ha modulado el descontento producido por la pandemia, la inflaci¨®n, los aumentos en los flujos migratorios, e incluso ha alejado los reflectores de la violencia criminal que no cesa.

Aun as¨ª, no me parece que todo el apoyo a Morena de este sector provenga de consideraciones utilitarias. Hay tambi¨¦n un reconocimiento de las clases altas de que las desigualdades del pa¨ªs eran insostenibles. Antes de la victoria de Morena de 2018, el 81% de las clases altas y medias-altas reconoc¨ªan que la distribuci¨®n de la riqueza en M¨¦xico era injusta. Un dato bastante similar a las clases bajas, donde el 84% lo cre¨ªa.

El problema es que, para las clases altas y medias-altas, el sexenio de L¨®pez Obrador ha sido una excusa para pretender que los problemas de redistribuci¨®n del pa¨ªs ya se arreglaron. A cinco a?os de sexenio, con datos de 2023, las clases altas y medias-altas sienten que ya todo se mejor¨® bastante y solo el 57% sigue creyendo que la distribuci¨®n de la riqueza es injusta. En general, la sensaci¨®n es que se distribuye lo justo, se paga bien y todo de maravilla.

Esto es rid¨ªculo porque, si bien es verdad que la pobreza ha disminuido durante el sexenio, M¨¦xico contin¨²a siendo uno de los pa¨ªses m¨¢s desiguales del mundo. Entre las clases bajas, por supuesto, la percepci¨®n de que existe una distribuci¨®n injusta de la riqueza no ha cambiado.

Por una u otra raz¨®n, los mexicanos de dinero le est¨¢n dando una oportunidad a Morena. El estridentismo opositor que se hace sentir en medios es a todas luces minoritario, incluso entre las clases altas de M¨¦xico. Hay empresarios y gente de dinero que se siente bien con Morena. El partido parece resolverles la estabilidad, al tiempo que los hace sentir menos culpables.

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