Fundamentos y pretensiones de la reforma judicial
Tal como est¨¢n planteados, los cambios no generar¨¢n cambio alguno en la justicia ordinaria; tampoco en la vida de quienes cotidianamente tienen que someterse a ella
A lo largo de estos d¨ªas y seguramente de los que correr¨¢n en los pr¨®ximos meses, se habla y hablar¨¢ de la reforma judicial. Ello es y ser¨¢ as¨ª porque el tema se ha constituido en el eje de asuntos que poco tienen que ver con la justicia, m¨¢s all¨¢, desde luego, de la pegajosa ret¨®rica con la que el asunto busca ser comprendido. La reforma judicial es el eje en torno al cual se est¨¢ discutiendo la salida de L¨®pez Obrador y de lo que ¨¦l considera su fuerza; la transici¨®n al poder de Claudia Sheinbaum y el modo como intenta llegar al 1¡ã de octubre; tambi¨¦n, las maneras en las que los seguidores y cortesanos de uno y otra pretenden acomodarse en los vaivenes propios de un tiempo en el que uno no se ha ido y la otra no ha llegado.
Tal como est¨¢ planteada, la reforma judicial no generar¨¢ cambio alguno en la justicia ordinaria; tampoco en la vida de quienes cotidianamente tienen que someterse a ella. La misma es un tr¨¢gico juego de poder entre las facciones componentes de la organizaci¨®n matricial de la que todos parten. Lo que le suceda al justiciable com¨²n no importa en la visi¨®n, estructura y consecuencias de este juego. Lo relevante es la acumulaci¨®n ¡ªorg¨¢nica, funcional y personal¡ª del poder para ejercerlo con plenitud frente a los adversarios, sean estos propios o extra?os. Lo primordial es constituir una organizaci¨®n de leales ¡ªo al menos de favorables¡ª para evitar la persecuci¨®n o los reclamos por lo ya realizado. No vaya a ser que a los jueces nombrados por otros se les ocurra darles cauce a las denuncias abiertas o por abrir respecto de hechos sancionables por corrupci¨®n, extorsi¨®n o violencias. No vaya a ser que alg¨²n juez piense que es necesario investigar lo sucedido en los a?os recientes para afectar a quienes piensan irse o quedarse en su gloria y con su paz.
El pa¨ªs enfrenta una de sus mayores crisis de inseguridad en sus poco m¨¢s de doscientos a?os de vida independiente. Las cifras oficiales de personas muertas, desaparecidas, extorsionadas, levantadas, vejadas o lastimadas de muchas otras maneras son grandes y, por ello, inocultables. La tasa de impunidad no ha bajado en el sexenio lopezobradorista. La estrategia de seguridad ¡ªcualquiera que sea¡ª no arroja resultados. Frente a todos estos d¨¦ficits o fracasos, el gobierno que sale ha inventado un enemigo para justificarse a s¨ª mismo y ante los dem¨¢s. Son los juzgadores federales ¡ªse dice y nos dicen¡ª los que han impedido la implementaci¨®n de la estrategia que, de haberse realizado, le hubiera dado a M¨¦xico paz y prosperidad. Son los juzgadores federales ¡ªse dice y nos dicen¡ª quienes, por sus intereses ego¨ªstas, sus v¨ªnculos con el statu quo o, m¨¢s recientemente, por su falta de sensibilidad pol¨ªtica, han impedido la realizaci¨®n de un proyecto pol¨ªtico que, de haberse desarrollado, hubiera dado a los mexicanos la grandeza que hist¨®ricamente les corresponde.
En las narraciones justificatorias que constituyen las propuestas de control judicial no hay, ni se esperaba que hubiera, ninguna autocr¨ªtica. La b¨²squeda de control que se trata de montar sobre la ret¨®rica de la divisi¨®n de poderes, la democracia o la independencia judicial, impide reconocer los propios errores y omisiones. En esto no hay nada extra?o si se entiende lo que el proyecto de cambio busca controlar, para as¨ª evitar futuros da?os o sobresaltos. En la racionalidad pol¨ªtica que los salientes buscan constituir ¡ªya veremos los entrantes¡ª, no hay nada extra?o o novedoso en lo que proponen para lograrlo. Ya ser¨¢ cosa de cada cual creerse o no lo que escucha.
Lo que s¨ª llama la atenci¨®n de las propuestas es la pobreza de lo planteado respecto de la justicia en general y de la condici¨®n de los justiciables a los que se pretende apoyar. No hay nada en la iniciativa a discusi¨®n que ayude a mejorar la condici¨®n cotidiana de quienes est¨¢n sometidos a la violencia y a la inseguridad provocada por ¨¦ste y por los anteriores gobiernos, o que ¨¦ste y los anteriores gobiernos no han sido capaces de remediar. ?De verdad no se les ocurri¨® a los proponentes de la reforma nada mejor para resolver los problemas de inseguridad p¨²blica e impunidad que elegir a los juzgadores nacionales y crear un extra?o tribunal para disciplinarlos bajo el nebuloso concepto del inter¨¦s p¨²blico?
Las limitaciones de la iniciativa muestran sus verdaderas intenciones y alcances; el uso de la votaci¨®n popular para lograr que los controladores y los controlados partan de una y la misma base de legitimaci¨®n para que unos y otros caminen bajo el mismo signo, para que unos y otros no puedan reprocharse nada por provenir de un mismo origen.
@JRCossio
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