Los semaforistas
Su n¨²mero aumenta en relaci¨®n directa a la ineptitud de los gobiernos para generar empleos; pertenecen al universo sin: sin futuro, sin educaci¨®n, sin seguridad social. En M¨¦xico nos retratan
He escrito dos veces acerca de las personas cuyas vidas giran en torno a los sem¨¢foros y las he mencionado otras tantas. En Latinoam¨¦rica los semaforistas son parte de la realidad. En otras naciones, ricas o menos insanas que las nuestras por denominarlas de alguna forma, tambi¨¦n los hay: en menor n¨²mero, menos enfermos, menos deshumanizados y con menos ni?os y ni?as, ya sea a cuestas de la madre, nunca del padre. Una de las manos de la progenitora, nunca las dos, debe estar libre y extenderse en busca de limosna. Sin la mano estirada, la supervivencia del d¨ªa o del siguiente queda en entredicho.
D¨¦cadas atr¨¢s su n¨²mero, variedad y desgracias eran menores. El ser humano deshumanizado no perdona. Muestra de ello son los semaforistas y, como siempre, la realidad. Richard Feynman, galardonado con el Premio Nobel de F¨ªsica, estudioso de la ciencia y de sus recovecos resume a la perfecci¨®n lo hasta aqu¨ª escrito: ¡°Requiere m¨¢s talento imaginar lo que existe que lo que no existe¡±. Los habitantes de los sem¨¢foros sumidos en un sinn¨²mero de realidades humillantes reflejan su tragedia y la inoperancia de la execrable masa pol¨ªtica latinoamericana y mundial.
Los diccionarios de la lengua espa?ola deber¨ªan incluir en sus definiciones la palabra semaforista. En noviembre de 2023, el Diccionario de la Lengua Espa?ola agreg¨® 4.381 t¨¦rminos que inclu¨ªan novedades, enmiendas y modificaciones. Sexting, implantolog¨ªa, machirulo y teconociencia son algunos ejemplos. Me adjudico la siguiente definici¨®n, la cual debe ser corregida, modificada o bien enterrada en el pante¨®n de lo in¨²til. Si bien retomo algunas ideas viejas, la aqu¨ª expuesta es nueva. La historia cambia, los semaforistas en 2024 no son los de veinte a?os atr¨¢s ni lo ser¨¢n los de 2034. La realidad filos¨®fica de Feynman es contundente: ¡°Requiere m¨¢s talento imaginar lo que existe que lo que no existe¡±. Trump, Ham¨¢s, Netanyahu, Morena, decapitados, Ir¨¢n, desaparecidos y un largu¨ªsimo etc¨¦tera forman el subsuelo de la realidad actual. En estas lides, la palabra etc¨¦tera es espacio bienhechor, infinito, necesario.
Semaforistas: ¡°Grupo de seres humanos, la mayor¨ªa mujeres, acompa?adas y responsables de ni?os peque?os, enfermos en sillas de ruedas a menudo con sondas vesicales, ind¨ªgenas con vestimentas diversas, venezolanos con sendos letreros en busca de ayuda, malabaristas, quincea?eras con beb¨¦s a cuestas y un gran conglomerado de desempleados que sobreviven de d¨¢divas¡±. Agrego a la definici¨®n, ya larga, otras condiciones: con el tiempo, los semaforistas han intentado vender productos diferentes; portan letreros diversos acerca de su realidad; no hay ning¨²n censo acerca de ellos; carecen de cualquier tipo de seguridad social; ninguna entidad pol¨ªtica habla de ellos; trabajan en su casa sem¨¢foro varias horas al d¨ªa. ?D¨®nde y qu¨¦ comen?, ?cu¨¢nto tiempo les toma llegar a su chamba y cu¨¢nto en regresar?, ?d¨®nde defecan?, ?los extorsiona la polic¨ªa?, ?cu¨¢ntos son explotados por otras personas? Su n¨²mero aumenta en relaci¨®n directa a la ineptitud de los gobiernos para generar empleos; pertenecen al universo sin: sin futuro, sin educaci¨®n, sin seguridad social, etc¨¦tera. Son invisibles: no tienen credencial del INE, ni del IMSS, ni del ISSSTE, ni de la UNAM, ni de etc¨¦tera.
En M¨¦xico, los semforistas nos retratan. Un d¨ªa despu¨¦s de la publicaci¨®n de estas diatribas habr¨¢ m¨¢s semaforistas. Los colores y las siglas de algunos partidos han cambiado. Nuevos movimientos pol¨ªticos anuncian futuros promisorios. Los habitantes de los sem¨¢foros no se han beneficiado. Siguen aguardando. Son como Vladimiro y Estrag¨®n, los personajes de Samuel Beckett, que en vano buscan a Godot. Lo esperan y despu¨¦s de esperarlo, siguen aguardando. No pierden la esperanza de que Godot modifique su destino. As¨ª nuestros semaforistas.
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