Comeperros y pelagatos
En la delirante espiral de su demencia, el demonio anaranjado no tiene fondo y su desesperaci¨®n deambula cada vez m¨¢s hondo en el estercolero de la estupidez
En un alarde de demencia senil, Donald Trump confundi¨® el muy gringo consumo de hot-dogs con la inmensa mentira de que la comunidad haitiana de Springfield, Ohio, se anda comiendo los perros con todo y pelos, los gatos con y sin u?as e incluso los gansos y patitos de los parques p¨²blicos. Ha tiempo hubo delirios que aseguraban que el men¨² de los chinos en Madrid se extra¨ªa del estanque del Parque de El Retiro y esa xenofobia se basaba en el credo ¨¤ la Torrente y lo de Trump se apuntala fielmente en ¡°haberlo visto en la Televisi¨®n¡±. Si a esas nos vamos, yo vi no pocos episodios de El chavo del 8 en la pantalla chica y no busco dormir en un barril.
En la delirante espiral de su demencia, el demonio anaranjado no tiene fondo y su desesperaci¨®n deambula cada vez m¨¢s hondo en el estercolero de la estupidez, secundado por el desquiciado y pusil¨¢nime pati?o que eligi¨® como candidato a la vicepresidencia imposible. En esa circunstancia la mesura e inteligencia de una mujer admirable lo va destazando mentira a mentira con solo responderle con la raz¨®n en la saliva, contener las ganas de insultarlo y poner en evidencia inapelable el racismo, machismo, fascismo y autoritarismo de la improvisaci¨®n que ondea bajo el simulacro amarillo de su cabellera nefasta.
En un mismo d¨ªa el supuesto senado de la otrora Rep¨²blica Mexicana no se qued¨® atr¨¢s en el vodevil de Norteam¨¦rica y ofreci¨® una desquiciada danza de pelagatos, chapulines y saltmbanquis. El espectador qued¨® expuesto a la mirada hipn¨®tica de un cocain¨®mano pederasta ahora reverenciado inexplicablemente por la confusa obesidad de una feminista ventajista y dem¨¢s demagogos que celebran emocionadamente el clima o la onda de lograr los votos para una reforma forzada sin importar el supuesto sustento de su aprobaci¨®n y aqu¨ª entra el gran fauno de la falibiidad: la inadmisible justificaci¨®n de que el fin merece todos los medios en la aceptaci¨®n ejecutiva de que no tiene importancia alguna si el voto que se necesitaba para una caprichosa reforma provenga de un cochupo y transa con delincuentes, que hacerse eco de la voz de un capo narcotraficante preso avala el empe?o de minimizar la violencia entre c¨¢rteles del crimen organizado (por dem¨¢s vistos como nebulosa amarillista de la prensa que le es ajena) o el bello retru¨¦cano de justificar el asesinato del poder judicial de la federaci¨®n en aras de abatir el nepotismo el mismo d¨ªa en que anuncio la incorporaci¨®n de mi hijo a las filas del partido ahora hegem¨®nico con el que habr¨¦ de extender mi flora y fauna pa?lo que dure el siglo o sigilo cobijado por un inmenso manto color verde olivo.
A nombre de todos los perros que mantienen el precio de equilibrio, saz¨®n y debidas bacterias en casi todos los puestos de tacos de suadero lejos de Ohio y en nombre de los gatitos que a menudo se entregan enga?osamente como liebres y por todas las garzas, gansos y patitos que se degustan con Fanta de naranja (pa?que sepan ¨¤ la orange) propongo que Trump y su Vance sean expuestos a una degustaci¨®n suculenta y obigatoria de mexican¨ªsimos insectos varios y que en el balc¨®n del Palacio Nacional de M¨¦xico se incorporen al tradicional Grito de Independencia los nombres de los traidores, los apodos de los nuevos improvisados y el silencio contundente de los m¨¢s de 200.000 muertos que son m¨¢s que cifra con la que termina el primer sexenio lamentable de tanto pelagato mexicano.
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