El inquietante veto del PP al juez De Prada
El rechazo de los populares al magistrado del ¡®caso G¨¹rtel¡¯ env¨ªa un nefasto mensaje institucional
Las negociaciones entre populares y socialistas para la renovaci¨®n de los vocales del Consejo General del Poder Judicial han vuelto a estancarse. Las favorables se?ales que daban ambos interlocutores hace unos d¨ªas sobre su buena disposici¨®n para acabar con una anomal¨ªa que lleva prolong¨¢ndose m¨¢s de dos a?os se han esfumado ante el veto que ha puesto el partido conservador a dos nombres por entender que se trata de perfiles pr¨®ximos a Unidas Podemos. Forma parte de la l¨®gica de cualquier negociaci¨®n que no haya una sinton¨ªa sobre los candidatos propuestos y que algunos de ellos no prosperen, pero los argumentos utilizados para evitar que salgan adelante no pueden responder a una l¨®gica de politizaci¨®n descarnada del poder judicial y es importante que, en la discusi¨®n sobre sus aptitudes, la capacitaci¨®n t¨¦cnica de los sometidos a consideraci¨®n ocupe un peso relevante.
Por eso resulta una p¨¦sima se?al que el PP se haya cerrado en banda a aceptar al juez Jos¨¦ Ricardo de Prada, uno de los autores de la sentencia del caso G¨¹rtel. La responsabilidad de los partidos pol¨ªticos a la hora de elegir a los vocales del Poder Judicial no puede estar contaminada por la sospecha de que se excluye a un candidato porque las decisiones que tom¨® en su carrera afectaron a alguna de las fuerzas que participan en esa tarea. El PP afirma simplemente que se propone excluir a Podemos de la negociaci¨®n, pero De Prada fue propuesto por los socialistas ya en 2018, y aceptado entonces por la formaci¨®n conservadora. Quedan as¨ª una argumentaci¨®n hip¨®crita y un intenso aroma de penalizaci¨®n por bajos c¨¢lculos partidistas que no deber¨ªan tener lugar en un proceso de estas caracter¨ªsticas. El gesto proyecta una nueva y alarmante sombra sobre la separaci¨®n de poderes. El mensaje viene a decir que si alg¨²n juez falla contra un partido, ese partido podr¨¢ luego obstaculizar su carrera pese a su alto grado de cualificaci¨®n profesional. Se trata de una actitud muy da?ina para el funcionamiento de las instituciones, en la medida en que revela un inaceptable uso de las mismas como arma de castigo.
La Constituci¨®n establece que una parte de los vocales del Consejo sean elegidos por el Parlamento entre profesionales de reconocida competencia y amplia experiencia. De Prada tiene una larga, acreditada y solvente trayectoria en la Audiencia Nacional. Adem¨¢s, su prestigio internacional es muy notable, y lo llev¨® a formar parte como juez en el tribunal de cr¨ªmenes de guerra de Sarajevo y en el tribunal de apelaci¨®n en el caso contra Radovan Karadzic. Nadie discute que se trata de un magistrado comprometido con valores progresistas, pero eso no merma su capacidad de cumplir escrupulosamente y con independencia de juicio su cometido como vocal del Consejo. Otra consideraci¨®n pueden tener reticencias ante candidatos que hayan sido representantes de partidos; pero por meros valores de un signo u otro, no puede ser.
La posici¨®n abanderada ahora por el PP revela graves contradicciones: al mismo tiempo que defiende despolitizar la justicia y asegura querer pasar de p¨¢gina de conductas corruptas del pasado de su partido, Pablo Casado veta al juez que tuvo un destacado protagonismo en la primera sentencia del caso G¨¹rtel. Si quiere dejar el pasado atr¨¢s, un buen paso ser¨ªa valorar sin prejuicios la trayectoria de De Prada. Si quiere que la justicia sea independiente, mejor no establecer antecedentes como este.
EDITORIAL | Sarkozy: la justicia act¨²a en Francia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.