El poder de Bukele
El presidente de El Salvador debe ejercer con responsabilidad el liderazgo tras lograr en las urnas tambi¨¦n el control del Parlamento
La contundente victoria de Nayib Bukele en las elecciones legislativas de El Salvador ha dejado en manos del presidente y su partido, Nuevas Ideas, la llave de las instituciones. El margen del triunfo no tiene precedentes desde el fin de la guerra y la llegada de la democracia en el pa¨ªs centroamericano, hace casi treinta a?os. El mandatario controlar¨¢ la Asamblea a trav¨¦s de su formaci¨®n, que logr¨® dos tercios de los esca?os, y no necesitar¨¢ negociar con sus adversarios. Si la ¨²ltima fase del escrutinio confirma estos datos, Bukele podr¨¢ tomar de forma unilateral decisiones como el nombramiento del fiscal general o renovar una tercera parte de la Corte Suprema.
Los salvadore?os optaron por ampliar el poder del presidente y entregarle una autonom¨ªa pr¨¢cticamente sin contrapesos. Su voluntad se expres¨® dentro de los cauces democr¨¢ticos y merece respeto, pero los resultados son al mismo tiempo el s¨ªntoma de un horizonte preocupante. En primer lugar, se produjo un desmoronamiento de los partidos tradicionales, de la izquierda del Frente Farabundo Mart¨ª a la derecha de la Alianza Nacional Republicana. El voto representa un castigo a las formaciones del establishment, percibidas como las responsables de los elevados ¨ªndices de desigualdad y corrupci¨®n del pa¨ªs.
El descontento ya aup¨® a Bukele al poder en 2019. Desde entonces, este pol¨ªtico de 39 a?os ha aumentado su popularidad haciendo bandera de su mano dura contra las pandillas. Ha convertido el estilo de Gobierno en una telecracia, ejecutando ¨®rdenes y despidos desde las redes sociales. Su estrategia de lucha contra las maras y la criminalidad ha reducido las estad¨ªsticas, pero le ha costado cr¨ªticas de organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos. A estas se?ales se a?ade el hecho de que el proyecto pol¨ªtico del presidente carece de antecedentes en el pa¨ªs, lo que complica hacer previsiones sobre sus pr¨®ximos pasos. Lo cierto es que a partir de ahora apenas tendr¨¢ contrapoderes en las instituciones y esta circunstancia le obliga a actuar con mayor responsabilidad y apego a las reglas del juego de una democracia.
El acoso a medios de comunicaci¨®n cr¨ªticos refleja, por ejemplo, un comportamiento muy preocupante. Pero, quiz¨¢, el principal temor de la oposici¨®n despu¨¦s de las elecciones del domingo es la puesta en marcha de una Constituyente para tratar de extender su mandato, que est¨¢ fijado en cinco a?os. En definitiva, las urnas han confirmado el empuje de Bukele y su formaci¨®n, y est¨¢ en sus manos demostrar si es un l¨ªder lo suficientemente maduro para administrar tanto poder sin caer en una deriva autoritaria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.