La dolorosa resaca del banco malo
El estallido de la burbuja inmobiliaria sigue golpeando a los contribuyentes espa?oles
Eurostat obligar¨¢ a Espa?a a reclasificar el banco malo y situarlo dentro de las cuentas p¨²blicas. La Sociedad de Gesti¨®n de Activos Procedentes de la Reestructuraci¨®n Bancaria (Sareb) se constituy¨® con un 55% de capital privado y un 45% de la Administraci¨®n. Pero la acumulaci¨®n de p¨¦rdidas lo ha dejado sin capital y ya solo queda una deuda que tiene garant¨ªa del Estado. En total, unos 35.000 millones que engrosar¨¢n la deuda p¨²blica, elev¨¢ndola hasta el 120% del PIB. La factura del rescate sigue aflorando a?os m¨¢s tarde. La nueva losa se suma a los 42.561 millones que ya se han perdido en ayudas al sistema financiero, seg¨²n c¨¢lculos del Banco de Espa?a. El entonces ministro Luis de Guindos dijo que la crisis bancaria no le costar¨ªa un euro al contribuyente. Nada m¨¢s lejos de la realidad.
Sin embargo, en un juicio de perspectiva, no puede obviarse que las cajas rescatadas ten¨ªan entonces muchos activos t¨®xicos en suelo, vivienda y pr¨¦stamo promotor. De no haberse atajado el problema, habr¨ªan quebrado, poniendo en peligro los dep¨®sitos de los ciudadanos. La idea del banco malo era encapsular estos activos dudosos en una entidad aparte para venderlos m¨¢s adelante conforme mejorase el mercado minimizando las p¨¦rdidas. Era una patada hacia adelante que evitaba un endeudamiento mayor en un momento complicado para las finanzas p¨²blicas como 2012. ?Se podr¨ªa haber hecho que la Sareb no registrase p¨¦rdidas? S¨ª. A cambio de estos activos, las cajas recibieron unos bonos que son la deuda que ahora se traslada al Estado. Hubiese bastado con poner unos precios m¨¢s ajustados (el descuento medio de los activos traspasados fue del 60%) y pagarle con menos bonos a las cajas. Pero el Banco de Espa?a nunca quiso reconocer un agujero mayor. Y entonces se tendr¨ªa que haber ayudado a las entidades con m¨¢s dinero y se habr¨ªa tenido que pedir un mayor rescate a Bruselas. En aquel momento no hab¨ªa otra opci¨®n. Quiz¨¢s un error fue empezar a vender los mejores activos cuando el mercado no hab¨ªa repuntado mucho todav¨ªa. Otro fue un derivado para cubrirse del riesgo de subidas de tipos que finalmente ha supuesto 3.000 millones de p¨¦rdidas (pero la coyuntura en la que se decidi¨® era turbulenta y hab¨ªa razones para temer altos intereses). Otro problema ha sido que al principio se confi¨® en las inmobiliarias de la banca para vender los activos, pero estas l¨®gicamente siempre colocaban primero su producto.
Lo importante ahora es asegurarse una gesti¨®n eficiente para que se sigan vendiendo activos y reduciendo esos 35.000 millones de deuda. Solo cuando se cierre el banco se conocer¨¢ el verdadero alcance de la factura. En paralelo, en cuanto haya remitido la crisis pand¨¦mica, Espa?a deber¨¢ abordar con decisi¨®n una reducci¨®n de su deuda p¨²blica, que enfila un rumbo muy preocupante.
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