Despu¨¦s de las ayudas directas, formaci¨®n
Debemos poner en marcha un plan ambicioso para reciclar a los expulsados del mercado laboral que, por su baja formaci¨®n, estar¨ªan condenados a ser desempleados de larga duraci¨®n
La recuperaci¨®n se retrasa. Los indicadores apuntan a una reca¨ªda de la actividad econ¨®mica en el primer trimestre del a?o, que seguir¨ªa al estancamiento sufrido ya en el ¨²ltimo trimestre de 2020. El Banco de Espa?a en su escenario central d...
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La recuperaci¨®n se retrasa. Los indicadores apuntan a una reca¨ªda de la actividad econ¨®mica en el primer trimestre del a?o, que seguir¨ªa al estancamiento sufrido ya en el ¨²ltimo trimestre de 2020. El Banco de Espa?a en su escenario central de previsiones apunta a un descenso del PIB del 0,4%, cifra id¨¦ntica a la esperada de media por los analistas privados agrupados en el Panel de previsiones de Funcas. Entre los datos m¨¢s preocupantes se encuentra el fuerte deterioro del empleo en el sector de la hosteler¨ªa en febrero, que sufri¨® el peor resultado desde los meses del confinamiento, con una intensa reducci¨®n en el n¨²mero de afiliados y un fuerte incremento del n¨²mero de trabajadores en situaci¨®n de ERTE. A esto se une la destrucci¨®n de empresas en el sector que se vive ya desde noviembre, y que asciende a 15.000. En otras ramas, como el ocio, los ¨²ltimos datos de empleo han sido igualmente preocupantes. Por otra parte, los resultados de la Central de Balances de 2020 publicada por el Banco de Espa?a reflejan un significativo aumento de las empresas con rentabilidad negativa y un deterioro de su posici¨®n financiera.
El programa de ayudas directas aprobado por el Gobierno debe servir para mitigar la destrucci¨®n de tejido empresarial en estos sectores m¨¢s directamente afectados por la crisis. Sin embargo, los datos mencionados anteriormente sugieren que una parte de las empresas de estos sectores puede haber llegado ya a un punto de no retorno, sin posibilidades de hacer frente en el futuro a las deudas contra¨ªdas, y por tanto insolventes y condenadas a desaparecer.
Cabr¨ªa distinguir, dentro de los sectores m¨¢s afectados por esta crisis, entre, por una parte, las empresas que dependen fundamentalmente de clientes nacionales, y por otra, las que dependen del turismo internacional. Posiblemente la situaci¨®n de las primeras sea, en general, algo menos asfixiante que la de las segundas, y tambi¨¦n es posible que recuperen antes su actividad, en cuanto se levanten todas las restricciones a la actividad y a la movilidad. El enorme volumen de ahorro acumulado a lo largo de toda la pandemia nos permite mantener un cauteloso optimismo en cuanto a una recuperaci¨®n r¨¢pida de la demanda nacional, y por tanto, a la vuelta a algo cercano a la normalidad en dicho segmento, aunque no sabemos hasta qu¨¦ punto, ya que pueden producirse cambios permanentes en las costumbres y patrones de consumo. El turismo internacional tardar¨¢ m¨¢s tiempo en regresar a niveles previos a la pandemia, puede incluso que varios a?os, de modo que aqu¨ª es mayor el riesgo de destrucci¨®n de empresas y de empleo.
En cualquiera de los dos casos, la p¨¦rdida de tejido empresarial y de empleos va a ser inevitable. De hecho, a pesar de que se espera un crecimiento del PIB este a?o, todas las previsiones apuntan a un aumento de la tasa de desempleo, debido al afloramiento de ese paro que ahora permanece oculto bajo los ERTE ¨Csolo en el sector de la hosteler¨ªa hab¨ªa en febrero 500.000 trabajadores en esta situaci¨®n¨C.
La cuesti¨®n es c¨®mo afrontar los efectos de esos cierres empresariales. Debemos empezar a pensar en cu¨¢l va a ser el siguiente paso de la pol¨ªtica econ¨®mica. El objetivo deber¨ªa ser la puesta en marcha de un plan ambicioso de formaci¨®n para reciclar a las personas expulsadas del mercado laboral, que dado su bajo nivel de formaci¨®n medio, estar¨ªan condenadas en gran medida a convertirse en desempleados de larga duraci¨®n. Es de destacar el hecho de que el 94% de las personas que en el cuarto trimestre de 2020 hab¨ªan perdido su empleo, es decir 590.000, ten¨ªan un nivel de formaci¨®n inferior al de secundaria completa, la quinta parte de los cuales eran mayores de 45 a?os. Se tratar¨ªa, en definitiva, de afrontar una de las grandes carencias de nuestro sistema, que es la relativa a las pol¨ªticas activas de empleo y la formaci¨®n de los desempleados.
Las inversiones dentro del programa Next Generation de la UE pueden ofrecer, adem¨¢s de fondos para poner en marcha dicho plan, una alternativa de futuro a esos trabajadores. As¨ª, la formaci¨®n deber¨ªa tener en cuenta preferentemente las demandas que van a generar, tanto dichas inversiones directamente durante la ejecuci¨®n de las mismas, como la nueva econom¨ªa hacia la que nos dirigimos basada en la descarbonizaci¨®n y la digitalizaci¨®n.
Evidentemente, esto no es suficiente para transformar estructuralmente nuestra econom¨ªa dependiente del turismo en una econom¨ªa orientada hacia sectores de alto contenido tecnol¨®gico. Esa es una tarea de largo plazo, que requiere, como ya se ha repetido en numerosas ocasiones, otras reformas importantes. Pero lo interesante es que los fondos europeos, junto con un buen plan de formaci¨®n, nos ofrecen la oportunidad de evitar que un amplio grupo de trabajadores perjudicados por esta crisis queden excluidos definitivamente del sistema, como siempre ha sucedido despu¨¦s de cada crisis.
Mar¨ªa Jes¨²s Fern¨¢ndez es economista s¨¦nior de la Fundaci¨®n de Cajas de Ahorros (Funcas).