Lo m¨¢s importante de la ley del clima
La Ley de Cambio Clim¨¢tico ser¨¢ un ¨¦xito si presupuestos, iniciativas legislativas, estrategias empresariales o planes de investigaci¨®n incorporan la transici¨®n ecol¨®gica
Cuando se plante¨® por primera vez que Espa?a tuviera una Ley de Cambio Clim¨¢tico, el mundo era otro. De esto hace m¨¢s de una d¨¦cada y al Acuerdo de Par¨ªs le quedaban unos a?os para ser aprobado. La Uni¨®n Europea empezaba a entender que el cambio clim¨¢tico era algo importante, pero apenas intu¨ªa el reto. Obama mostraba sensibilidad, pero su industria y sus ¨¦lites financieras ni imaginaban la dimensi¨®n del desaf¨ªo. Los pa¨ªses de la OPEP miraban hacia otro lado. Y China... ?qu¨¦ dice China de esto?, se preguntaba en los pasillos de las cumbres del clima.
Una d¨¦cada despu¨¦s, la UE ha entendido que modernizar la econom¨ªa es digitalizarla y reverdecerla. Biden ha decidido convertirse en un nuevo l¨ªder de la transici¨®n ecol¨®gica, anunciando inversiones millonarias y solicitando la reincorporaci¨®n al Acuerdo de Par¨ªs. China planifica la reconversi¨®n hacia las energ¨ªas renovables, y no hay fondo de inversi¨®n de cierta magnitud que no apele a las empresas para que incorporen el riesgo de cambio clim¨¢tico en sus previsiones y transiten de la econom¨ªa marr¨®n a la verde.
Si escuchamos lo que dice la ciencia, todos estos planes son insuficientes. No tienen ni la ambici¨®n ni la velocidad que ser¨ªa deseable para acelerar la Gran Transici¨®n. Sin embargo, en conjunto, tienen dos virtudes: dibujar un camino sin retorno y permear a todos los sectores.
Algo parecido ocurre con la ley espa?ola. Mientras el resultado de la negociaci¨®n ha sabido a poco a las organizaciones ecologistas y a varios grupos de la oposici¨®n, el Gobierno lo defiende como el m¨¢ximo posible. Ha sido precisamente esta misma tensi¨®n la que ha ayudado a avanzar, y seguir¨¢ empujando e imprimiendo velocidad y ambici¨®n a la transici¨®n. Pero no es esto, en mi opini¨®n, lo m¨¢s importante. Las cifras habr¨¢n de ser revisadas a la luz de los acontecimientos y el mejor conocimiento disponible.
Lo m¨¢s importante es que la ley consiga que nada ni nadie quede al margen. Si no hay presupuesto p¨²blico ni privado, ni iniciativa legislativa, estrategia empresarial, iniciativa financiera o plan de investigaci¨®n que lo pueda obviar, su ¨¦xito ser¨¢ rotundo y no habr¨¢ marcha atr¨¢s. Es muy posible que cuando esto ocurra ya no sea suficiente, y habr¨¢ que revisar los objetivos para alinearlos con los retos del momento, pero para entonces ya no habr¨¢ marcha atr¨¢s ni nadie podr¨¢ mirar para otro lado.
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