Estados Unidos necesita a China para salvar la Amazonia
Joe Biden no ha conseguido convencer a Brasil para que frene la destrucci¨®n en el pulm¨®n sudamericano. China tiene la soluci¨®n
Estados Unidos, cuya credibilidad en el ¨¢rea ambiental estaba muy da?ada tras el mandato de Donald Trump, ha vuelto a la primera l¨ªnea de la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Es una buena noticia, porque el mundo est¨¢ todav¨ªa lejos de la senda necesaria para evitar que la temperatura global aumente por encima de los 1,5 grados cent¨ªgrados en la pr¨®xima d¨¦cada. Sin embargo, en la cumbre que comenz¨® este jueves qued¨® claro que, pese a los esfuerzos de Washington, el poder y la influencia de la Casa Blanca no son suficientes para resolver una ecuaci¨®n fundamental en el marco de este desaf¨ªo global: el futuro de la Amazonia.
El presidente brasile?o, Jair Bolsonaro, pese a escenificar un aparente giro en su pol¨ªtica sobre la mayor selva tropical del planeta, no ofreci¨® ning¨²n compromiso nuevo ni concreto. Prometi¨® eliminar la deforestaci¨®n ilegal para el a?o 2030, pero sin comprometerse a tomar acciones concretas y urgentes para revertir una aut¨¦ntica cat¨¢strofe ecol¨®gica en la regi¨®n. No hay dudas del porqu¨¦: el a?o que viene Bolsonaro luchar¨¢ por la reelecci¨®n y en su base electoral se encuentran aquellos que en Brasil defienden la expansi¨®n de la frontera agr¨ªcola, mineral y maderera sobre la selva. Eso es precisamente lo que Bolsonaro y su Gobierno han alentado.
Los datos son inapelables: en 2020, mientras casi todos los sectores de la econom¨ªa mundial se ralentizaban y el PIB global se contra¨ªa un 3,5%, el ritmo de la destrucci¨®n de las selvas tropicales aument¨® un 12%. Brasil, que registr¨® el a?o pasado el mayor ¨ªndice de deforestaci¨®n amaz¨®nica en m¨¢s de una d¨¦cada, lidera hoy las emisiones generadas por tala y quema. De gran ejemplo mundial de preservaci¨®n, Brasil es hoy el s¨¦ptimo mayor emisor de gases con efecto invernadero.
?Qu¨¦ puede hacer Biden para frenarlo? Ambos pa¨ªses llevan semanas negociando, pero Brasil quiere dinero para comprometerse a luchar contra la destrucci¨®n y Estados Unidos, por su parte, resultados concretos antes de desembolsar un centavo. Europa puede ¡ªy debe¡ª sumar esfuerzos con Biden para que Bolsonaro d¨¦ marcha atr¨¢s. Una opci¨®n es subir el tono y amenazar con embargos a productos brasile?os o bloquear la entrada de Brasil en la OCDE, as¨ª como congelar indefinidamente el acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur. Pero, como los datos reflejan, el poder de persuasi¨®n de Occidente, tradicionalmente un socio poderoso, ha menguado. China ha cambiado las reglas del juego. Me lo resumi¨® recientemente un ganadero y especulador de tierras imputado por provocar incendios ilegales en la Amazonia brasile?a: ¡°?Qu¨¦ nos importan ahora Estados Unidos y Europa si tenemos a los chinos que nos compran todo?¡±.
Pek¨ªn, pese a sus importantes compromisos de ayer en materia de reducci¨®n de emisiones por combusti¨®n de carb¨®n, no ha dicho hasta ahora ni una palabra sobre la destrucci¨®n de la Amazonia que provoca en buena parte la madera, el mineral de hierro y, sobre todo, la carne bovina y la soja que compra por valor de decenas de miles de millones de d¨®lares a Brasil. Sin embargo, es el pa¨ªs m¨¢s determinante e influyente. Con 104.000 millones de d¨®lares de comercio bilateral en 2020, China y Brasil tienen una de las relaciones comerciales m¨¢s importantes del mundo. Para comprender su magnitud, basta entender que este comercio es mayor que el que Brasil tiene con Estados Unidos y con Europa juntos. Y no solo eso: para Brasil, su relaci¨®n comercial con China es vital, pues las ventas de productos agropecuarios y minerales a China le reportan un super¨¢vit que en 2020 fue de 33.000 millones de d¨®lares. Un muro de contenci¨®n en forma de divisas que blinda al pa¨ªs de crisis financieras. En marzo, sin ir m¨¢s lejos, Brasil vendi¨® a China 5.000 millones de d¨®lares en productos agropecuarios. M¨¢s del 80% eran soja y carne bovina.
No todo lo que Brasil le vende a China procede de la Amazonia, pero la dependencia de esta frontera econ¨®mica y agr¨ªcola no cesa de aumentar, y el Brasil de Bolsonaro ha sido muy activo en promoverla por medio de infraestructuras que han permitido expandir las ¨¢reas de soja o las dehesas ganaderas, as¨ª como mejorar la eficiencia de la cadena de suministros. Se han asfaltado carreteras y promovido mejoras en la productividad con cr¨¦ditos baratos; tambi¨¦n se planean nuevas l¨ªneas de ferrocarriles para transportar m¨¢s producci¨®n. En 2020, por ejemplo, la cantidad de soja y ma¨ªz que Brasil export¨® por puertos fluviales amaz¨®nicos igualaron en cantidad a la que sali¨® por el sur y sudeste, tradicionalmente el coraz¨®n agroindustrial del pa¨ªs. Se trata de un hito, un cambio de rumbo, que refleja la importancia creciente de la Amazonia para la econom¨ªa del pa¨ªs y sus planes para apuntalarse como una superpotencia exportadora de alimentos.
Biden no puede permitir que la Amazonia, que ya ha perdido el 20% de su selva, sea objeto de un pillaje. Brasil puede seguir creciendo y su agricultura seguir prosperando sin provocar deforestaci¨®n. Por eso, si quiere demostrar que verdaderamente quiere liderar la batalla global contra el clima, el presidente de EE UU debe centrarse en convencer a China para que eleve el tono y amenace con frenar sus compras a Brasil si Bolsonaro no ataja la deforestaci¨®n. El clima de creciente confrontaci¨®n entre Pek¨ªn y Washington no debe ser un obst¨¢culo. Es momento de que la diplomacia haga su papel y las dos potencias mundiales sumen esfuerzos por un objetivo com¨²n. Europa, con Emmanuel Macron y Angela Merkel a la cabeza, pueden jugar tambi¨¦n un papel importante para convencer a Pek¨ªn de que es el momento de dar un paso al frente y unir fuerzas contra Bolsonaro. Espa?a, tercer mayor importador de soja brasile?a, tiene que actuar. En juego est¨¢ el futuro del planeta.
Heriberto Ara¨²jo es periodista. Ha escrito tres libros sobre China, el ¨²ltimo, La Imparable Conquista China (Cr¨ªtica, 2015), y en 2022 publicar¨¢ Masters of the Lost Land, una investigaci¨®n de tres a?os sobre la violencia y la deforestaci¨®n en el Amazonas brasile?o.
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