No es pa¨ªs para j¨®venes
La brecha generacional sigue creciendo y no hay inter¨¦s electoral en ayudar a la generaci¨®n que peor lo est¨¢ pasando con la crisis, que podr¨ªa irse de Espa?a
Las campa?as electorales ruidosas y la volatilidad informativa pueden hacernos olvidar que la covid-19 ha tenido unos costes econ¨®micos y sociales devastadores para los j¨®venes. Desde el comienzo de la pandemia, la atenci¨®n mayoritaria hacia ellos se centr¨® en su comportamiento; el an¨¢lisis de estos costes pas¨® casi inadvertido. Ahora, gracias a un nuevo informe del Banco de Espa?a, tenemos una buena foto de la dureza con la que la crisis est¨¢ tratando a los menores de 30 a?os.
Por lo general, la gente joven ha sido acusada de irresponsable y ego¨ªsta durante la pandemia. No es que no hayan existido esos comportamientos, pero quedarnos ah¨ª es insuficiente e injusto. El Banco de Espa?a nos acerca a una realidad menos anecd¨®tica y m¨¢s importante.
El informe dice que el porcentaje de menores de 30 a?os sin ingresos ha pasado del 30% antes de la covid al 35% en diciembre de 2020. Esto coincide con la encuesta de 40dB publicada en El PA?S que se?alaba que dos de cada tres j¨®venes de entre 24 y 39 a?os afirman haber visto reducido sus ingresos durante la pandemia; es la franja de edad con mayor impacto. La ca¨ªda es inversamente proporcional a la mortalidad a causa de la pandemia; dicho de otra manera, los que est¨¢n pagando la factura del distanciamiento social son quienes menos lo necesitan.
Adem¨¢s, Espa?a es el pa¨ªs de la UE con mayor desempleo juvenil, un 40%; casi la mitad de los menores de 25 a?os que quieren trabajar no encuentran empleo. El porcentaje ha crecido durante la pandemia y, previsiblemente, seguir¨¢ aumentando, porque nuestro mercado laboral hace que los j¨®venes accedan con contratos temporales y precarios. Por tanto, cuando viene una crisis son los primeros en ser despedidos. Por otro lado, los que han acabado de estudiar este a?o o los que estaban con un contrato de pr¨¢cticas han visto como se les cerraba cualquier oportunidad de encontrar un trabajo.
Todos somos susceptibles de contagiarnos con el virus, pero su severidad var¨ªa notablemente. La media de edad de los fallecidos por coronavirus en Espa?a supera los 80 a?os. Por tanto, el necesario esfuerzo que estamos haciendo para detener el avance de la pandemia beneficia particularmente al grupo m¨¢s vulnerable, los mayores. Es evidente que los j¨®venes deben asumir el distanciamiento f¨ªsico para salvar la vida de sus padres y abuelos. Del mismo modo, tambi¨¦n deber¨ªa resultar obvia la necesidad de un nuevo pacto intergeneracional para compensarles por el precio que est¨¢n pagando. Antes de la pandemia ese pacto ya estaba roto; ahora, la radiograf¨ªa revela una brecha m¨¢s profunda, m¨¢s dif¨ªcil de reparar.
El Gobierno no s¨®lo no ha hecho nada para evitar esta brecha, sino que ha tomado medidas que la agrandan. En particular, ha decidido que las pensiones se actualicen con el IPC previsto, pero sin compensaci¨®n si el IPC es menor de lo previsto. As¨ª, en 2020, un a?o en el que el pastel a repartir ha perdido m¨¢s de una d¨¦cima parte (un 10,8%), los pensionistas han ganado en t¨¦rminos reales un 1,1%. En estas condiciones, pagar las pensiones requerir¨¢ elevar en 8 puntos porcentuales hasta 2050 las cotizaciones a la Seguriad Social, lo que aumentar¨¢ el coste del empleo. Es decir, la medida dificultar¨¢ la creaci¨®n de puestos de trabajo; justo lo contrario de lo que necesitan los j¨®venes.
La iron¨ªa es que el fondo de recuperaci¨®n que hemos puesto en marcha desde las instituciones europeas se llama Next Generation UE porque est¨¢ pensado para la pr¨®xima generaci¨®n, para lograr una econom¨ªa m¨¢s s¨®lida en la que los j¨®venes puedan tener acceso a un empleo de calidad y en la que se proteja el medio ambiente. Esos j¨®venes tendr¨¢n que pagar la deuda que hoy estamos generando. Lo l¨®gico es que invirtamos en su futuro. Por eso, resulta sorprendente que el Gobierno decidiese en los presupuestos gastarse el equivalente a m¨¢s de la mitad de la ayuda directa que vendr¨¢ del NextGen entre 2020 y 2026 en subir los salarios de pensionistas y funcionarios.
Hay una explicaci¨®n a todo esto, pero es dura de admitir. No se hacen inversiones en futuro porque hay m¨¢s preocupaci¨®n por ganar las pr¨®ximas elecciones que por el bienestar de los espa?oles dentro de una d¨¦cada. Por eso se prefiere invertir en los pensionistas, que son m¨¢s y votan m¨¢s. Un an¨¢lisis de Sociom¨¦trica del estudio postelectoral del CIS de las generales de abril de 2019 revel¨® que la edad media del votante del PSOE es de 56 a?os, solo por detr¨¢s de la del PP, con 59 a?os. Incluso el partido con el elector m¨¢s joven, Podemos, tiene un votante con una edad media de 46 a?os.
Espa?a no puede permitirse seguir ignorando la enorme brecha generacional. Si el pa¨ªs no les acomoda, los j¨®venes pueden votar con los pies e irse a lugares menos inh¨®spitos. Ah¨ª s¨ª que nuestro estado del bienestar entrar¨ªa en barrena. Necesitamos altura de miras. Est¨¢ en juego nuestro futuro.
Luis Garicano es el jefe de la delegaci¨®n de Ciudadanos en el Parlamento europeo, y vicepresidente y portavoz econ¨®mico de Renew Europe.
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