El final del t¨²nel

Ha empezado la recuperaci¨®n. La salud p¨²blica y la econom¨ªa ofrecen los primeros datos incontestables de esta nueva fase. Espa?a est¨¢ venciendo lo peor de la crisis sanitaria producida por el coronavirus; y tambi¨¦n empieza a doblar el cabo de la grave par¨¢lisis en la actividad productiva detonada por la pandemia. Hay motivos para un prudente optimismo; ninguno para relajarse o subestimar la magnitud de los desaf¨ªos que quedan por delante para que la recuperaci¨®n sea s¨®lida e inclusiva.

En t¨¦rminos sanitarios, el fuerte avance del programa de vacunaci¨®n ha propiciado un evidente cambio de marea. Se ha administrado ya un n¨²mero de dosis equivalente a casi la mitad de la poblaci¨®n espa?ola, y el ritmo ha avanzado hasta superar las 600.000 inyecciones diarias. Sobre esta base, la incidencia del contagio retrocede y el nivel de fallecimientos se reduce a considerable velocidad. La ocupaci¨®n de las camas en las UCI se contrae por debajo de un, m¨¢s manejable, 20%. Este cuadro general, sin embargo, esconde enormes diferencias territoriales. Madrid registra una incidencia de 256 por 100.000 habitantes en los ¨²ltimos 14 d¨ªas y un 37% de ocupaci¨®n UCI; la Comunidad Valenciana, 31 (incidencia) y 3% (UCI).

La econom¨ªa sigue una trayectoria paralela a la de la salud p¨²blica. Tras trimestres muy duros, el empleo efectivo se recuper¨® con fuerza en abril, con 134.000 afiliados m¨¢s. Mejoran los indicadores de confianza y de producci¨®n industrial e incluso resucitan paulatinamente las reservas hoteleras. Instituciones como la Comisi¨®n Europea han revisado al alza la previsi¨®n de crecimiento para Espa?a. La senda de mejora es indiscutible, pero es todav¨ªa una recuperaci¨®n incipiente, desigual, balbuceante: por territorios, sectores de actividad y colectivos sociales.

En este contexto, puede destacarse un doble reto: a corto, y a medio plazo. A corto plazo hay que consolidar al m¨¢ximo la mejora del cuadro sanitario en las pr¨®ximas semanas para propiciar un eficaz aprovechamiento de la temporada veraniega, con la enorme fuerza tractora que el turismo ejerce en la econom¨ªa espa?ola. Muy desafortunadamente Espa?a ha quedado fuera de la lista brit¨¢nica de los pa¨ªses para los que no es necesaria cuarentena al regreso. Un esfuerzo de contenci¨®n ahora facilitar¨¢ condiciones incitantes para el turismo internacional en el lapso de junio a septiembre. Lamentablemente no parece que todos los dirigentes territoriales est¨¦n bien enfocados en alcanzar ese objetivo.

A medio plazo queda por delante una enorme tarea ejecutiva y legislativa para garantizar la eficacia de las inversiones de los fondos europeos y una general reforma del tejido socioecon¨®mico dirigida a promover mayor productividad y mayor cohesi¨®n social. Hay que vencer la precariedad end¨¦mica que afecta sobre todo a j¨®venes y mujeres.

Salvo imprevistos, la recuperaci¨®n adoptar¨¢ pronto un ritmo considerable. Pero el rebote del PIB no podr¨¢ ser la ¨²nica herramienta de medici¨®n. Aumento de la productividad y de la innovaci¨®n por un lado, y reducci¨®n de precariedad y desigualdad por el otro ser¨¢n tambi¨¦n instrumentos de juicio. Como ha se?alado esta semana el Banco de Espa?a, la pandemia ha agravado los problemas estructurales de este pa¨ªs. Para superarlos, son necesarias reformas estructurales con vocaci¨®n de permanencia.