La paradoja de la pandemia
Los mismos j¨®venes que son inmunes a los efectos biol¨®gicos del coronavirus son las principales v¨ªctimas de sus efectos sociales
Los efectos de la pandemia sobre la estructura de edades resultan parad¨®jicos. La tasa de morbilidad y mortalidad se concentra en las personas mayores, sobre todo en pa¨ªses como el nuestro donde los servicios de atenci¨®n primaria y las residencias de ancianos han colapsado a causa de su infradotaci¨®n cr¨®nica. Pero el impacto social de la pandemia, en t¨¦rminos de empobrecimiento relativo y p¨¦rdida de oportunidades vitales, se concentra en la transici¨®n juvenil entre la emancipaci¨®n familiar y la integraci¨®n adulta. De ah¨ª la paradoja de que los mismos j¨®venes que son inmunes a los efectos biol¨®gicos del virus sean las principales v¨ªctimas de sus efectos sociales.
Esto se entiende mejor con la met¨¢fora de la pandemia como guerra contra el virus, pues en toda guerra, las principales v¨ªctimas son los j¨®venes que deben renunciar a su propia integraci¨®n social para dejarlo todo y partir al frente a jugarse la vida. Es lo que sucedi¨® en nuestra guerra civil, cuando cayeron en picado las tasas de empleo, nupcialidad y natalidad truncando el ciclo de vida de toda una generaci¨®n. Y lo mismo ha ocurrido ahora con la pandemia de la covid, que al estrangular la ense?anza superior y las oportunidades de empleo ha destruido los planes vitales de emancipaci¨®n familiar e integraci¨®n social de toda una generaci¨®n de j¨®venes, determinando en 2020 una ca¨ªda del 46% en la nupcialidad y del 6% en la natalidad. Y como sabemos por el efecto del abandono del empleo por la maternidad, causante de la brecha de g¨¦nero, estas quiebras de las carreras vitales de los j¨®venes son aut¨¦nticas bombas de relojer¨ªa que ejercen m¨²ltiples efectos retardados sobre el resto de su ciclo de vida. Un bloqueo de la emancipaci¨®n juvenil que amenaza con quebrar el metabolismo generacional.
En esto adem¨¢s llueve sobre mojado, pues los efectos sociales de la pandemia sobre los j¨®venes no s¨®lo se acumulan a los que ya sufrieron por la crisis del euro, de 2009 a 2013, sino que adem¨¢s afectan a una juventud como la espa?ola que ya ven¨ªa siendo desde la transici¨®n a la democracia la m¨¢s incapacitada de Europa para proceder con ¨¦xito a su emancipaci¨®n familiar y su integraci¨®n social. Basta para ello con analizar los datos europeos comparados del ?ndice de Desarrollo Juvenil, donde Espa?a siempre figura a la cola en materia de abandono escolar, empleo precario y dependencia familiar. Algo ahora agravado por los dos hachazos sufridos con la crisis del euro y la covid.
Con el problema a?adido de que esta discriminaci¨®n de la juventud no es denunciada como tal por ning¨²n partido ni por tanto reconocida y combatida por ning¨²n gobierno. En Espa?a no ha habido nunca pol¨ªtica juvenil digna de ese nombre, y por eso no hay rentas juveniles de inserci¨®n ni vivienda protegida en alquiler. Algo que debe reprocharse tanto al Partido Socialista, con tantos a?os gobernando, como al propio Podemos, que naci¨® precisamente como el partido de los j¨®venes, pero que nunca se ha dedicado a serlo, prefiriendo comportarse como adalid de los sindicatos y las guerras culturales.
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