Botellones
La juventud siempre ha sido un esc¨¢ndalo, la madurez un aburrimiento y la vejez una humillaci¨®n
La juventud siempre ha sido un esc¨¢ndalo, la madurez un aburrimiento y la vejez una humillaci¨®n. Los que esperaban que de la pandemia sali¨¦semos ¨Dsi es que salimos...¨D transformados en otra cosa, van listos. Por lo visto este verano, los j¨®venes han decidido arrasar el prudente confinamiento rompiendo puertas y ventanas: con el lema feminista s¨®lo coinciden en lo de borrachos (sin duda su parte m¨¢s interesante), pero ni quieren estar solos sino acompa?ados por muchos ni desde luego les apetece volver a casa. Un periodista me llam¨® para preguntarme si los botellones juveniles me parec¨ªan un esc¨¢ndalo antisocial. Trat¨¦ de recordar: a los 20 a?os no fui ni casto, ni abstemio, ni obediente. Y si ahora recuperase de milagro aquella subversiva edad, seguro que no estar¨ªa lejos de los escandalosos y sobre todo y ante todo, de las escandalosas. De modo que contest¨¦ que no, que el diablo me lleve si a¨²n me busca. Me niego a asumir el destino de los viejos: dar buenos consejos a falta de poder dar malos ejemplos. En las plagas de las que se guarda memoria, y ya van siendo muchas, los j¨®venes se han dedicado antes o despu¨¦s a la org¨ªa y los viejos a la oraci¨®n. Bajas abundaron en todas las franjas de edad, hasta el punto de que nadie sabe qu¨¦ es mejor, si ser joven desenfrenado o viejo implorante...
Al severo Otegi no le gustan los botellones vascos donde se rompe mobiliario urbano y se agrede a los ertzainas. Le parecen formas de diversi¨®n neoliberales (los neoliberales son los que confunden libertad y libertinaje, como D¨ªaz Ayuso). ?l prefiere los homenajes a los viejos etarras, los que asesinaron polic¨ªas y volaron Hipercores. Aquellos muchachos eran m¨¢s responsables. Lo cant¨® Rub¨¦n Dar¨ªo: ¡°Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver. Cuando quiero llorar no lloro y a veces lloro sin querer...¡±. Pues ser¨¢ eso.
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