?Viva el caos!
El Estado auton¨®mico despierta los p¨¢nicos ancestrales en las fuerzas dominantes de la villa y corte. En la derecha, el terror a los separatismos y en la izquierda, el miedo a las resistencias contra los planes ilustrados
?Y si el caos auton¨®mico pone orden en la pol¨ªtica? ?Y si no es una estructura infernal con 17 legalidades distintas, sino un laboratorio paradis¨ªaco para saber qu¨¦ impuestos o ayudas funcionan y cu¨¢les no?
El Estado auton¨®mico despierta los p¨¢nicos ancestrales en las fuerzas dominantes de la villa y corte. En la derecha, el terror capitalino a los cantonalismos y separatismos. En la izquierda, el miedo jacobino a las resistencias regionales contra los planes ilustrados, de Carlos III a Pedro S¨¢nchez. Aunque, eso s¨ª, todos enarbolan la bandera del autonomismo cuando conviene. Y es que tanto cr¨ªticos como aduladores del modelo auton¨®mico asumen que este sirve para vertebrar las diferencias regionales, ya sean folkl¨®ricas o socioecon¨®micas.
Pero es justo lo contrario. La virtud del Estado auton¨®mico no radica en el hecho diferencial, sino en el hecho similar. En que poblaciones, como Murcia y Valencia, Madrid y Catalu?a o Galicia y Asturias, son pr¨¢cticamente hermanas, pues tienen ingresos, tejidos productivos, valores y hasta gustos televisivos asombrosamente parecidos ¡ªen comparaci¨®n con las divergencias entre, digamos, un alem¨¢n y un dan¨¦s o un franc¨¦s y un italiano¡ª. Hasta las Comunidades Aut¨®nomas m¨¢s te¨®ricamente distantes, como Pa¨ªs Vasco o Andaluc¨ªa, poseen m¨¢s parentesco entre ellas que con sus vecinos al otro lado de la frontera. Eso ocurre en otros pa¨ªses, s¨ª, pero con una diferencia crucial: en Espa?a, las Comunidades Aut¨®nomas tienen margen para adoptar pol¨ªticas muy distintas.
Hasta hace poco, la variaci¨®n en la acci¨®n p¨²blica era balad¨ª. Las reformas en, por ejemplo, el mercado del alquiler, se decid¨ªan con l¨¢piz y papel, como el arquitecto que dibuja un plano, por expertos en el tema. Pero, al comprobarse que muchas pol¨ªticas fallaban en la realidad, hoy las mejores intervenciones pol¨ªticas son las que se prueban experimentalmente, como el m¨¦dico que testea una vacuna con roedores id¨¦nticos. Y esa es la ventaja de Espa?a: las Comunidades Aut¨®nomas son ratones que permiten comprobar qu¨¦ medida se adapta mejor a un mismo contexto.
Como dir¨ªan los economistas Card, Angrist e Imbens, galardonados este lunes con el premio Nobel, Espa?a es un ¡°experimento natural¡±. Por eso, benditas sean las ¡°rebeliones¡± de las Comunidades Aut¨®nomas populares contra la ley de la vivienda. Bendito si aciertan Ayuso y Ma?ueco. Y bendito si fracasan. Todos aprenderemos de su experiencia ?Viva el caos! @VictorLapuente
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