Un discurso socialdem¨®crata para tiempos de desconcierto
Confiar solo en el Estado para que calme nuestras muchas ansiedades no deja de ser ingenuo. Este solo podr¨¢ hacerlo si goza de una sociedad civil din¨¢mica, emprendedora, abierta a nuevas experimentaciones
![40 Congreso del PSOE](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/URDLUOKPL5FMDFE6GATG2PVCPQ.jpg?auth=99e9a4321e41ccc5efc19dc1d051ce047ca3fc553bfb4d8b9928fd89078fa364&width=414)
El 40 Congreso del PSOE est¨¢ resultando un ¨¦xito en todo lo relativo al refuerzo de la organizaci¨®n del partido y la conexi¨®n de este con el Gobierno y el liderazgo de S¨¢nchez. La parte m¨¢s program¨¢tica responder¨¢ tambi¨¦n a las expectativas: reafirmaci¨®n de la identidad socialdem¨®crata cuando esta vuelve a gozar de un momento dulce. Los anuncios de su muerte eran, desde luego, exagerados. En Europa lo est¨¢ pasando mucho peor la derecha conservadora tradicional. Pero no nos enga?emos, ni una ni otra obtienen ya ese ampl¨ªsimo respaldo del que otrora gozaban. Su futuro inmediato, el de la socialdemocracia, va a depender ahora de c¨®mo sepa sintonizar con las nuevas sensibilidades pol¨ªticas que buscan refugio en los nuevos partidos. Algunos de ellos, como los Verdes, ya empiezan a mirarla a los ojos al mismo nivel. Y tampoco puede ignorar el amplio apoyo que los liberales est¨¢n obteniendo en algunos pa¨ªses europeos entre los j¨®venes.
Por otra parte, sin embargo, si se inclina en exceso a competir con su izquierda ¡ªradicaliz¨¢ndose en las guerras culturales, por ejemplo¡ª puede perder pie entre sus votantes tradicionales, que son bastante a?osos. Esta lecci¨®n s¨ª puede aprenderla del centro-derecha, que se est¨¢ buscando la ruina al tratar de competir con el discurso nacionalpopulista. Ya ven, todo un dilema: tiene que abrirse a las nuevas sensibilidades, pero manteni¨¦ndose firmemente a la vez en sus convicciones tradicionales. Por eso mismo, la clave est¨¢ acceder a una adecuada y desapasionada lectura del momento presente, priorizar el riguroso an¨¢lisis de la situaci¨®n sobre el automatismo ideol¨®gico.
A este respecto, me parece que acierta el soci¨®logo alem¨¢n Andreas Reckwitz cuando sintetiza la actual crisis de las sociedades avanzadas a partir de la dial¨¦ctica entre protecci¨®n e innovaci¨®n. El estadio inmediatamente anterior se caracteriz¨® por la hiperdinamizaci¨®n de la econom¨ªa, un gran salto tecnol¨®gico y la aparici¨®n de nuevas sensibilidades culturales, pero tuvo como consecuencia el incremento de la desigualdad, el hiperindividualismo, el descenso social de las clases medias tradicionales, la aceleraci¨®n del cambio clim¨¢tico. Bajo esas condiciones el valor que empez¨® a cotizar al alza fue el de la protecci¨®n, que ya se hizo imperativo con la pandemia. As¨ª se explica este giro neo-keynesiano en el que estamos, y la demanda de regulaciones varias para atar en lo posible la din¨¢mica destructiva de esta nueva fase del capitalismo, sobre todo en la cuesti¨®n verde. Quiz¨¢ por eso mismo el discurso socialdem¨®crata volvi¨® a cobrar protagonismo.
Ahora bien, el Estado por s¨ª mismo no suele ser fuente de innovaci¨®n ¡ªaunque pueda fomentarla mediante pol¨ªticas p¨²blicas¡ª, ni va a desaparecer la fiera competencia internacional ni el pluralismo de valores. Confiar solo en el Estado para que calme nuestras muchas ansiedades no deja de ser ingenuo. Este solo podr¨¢ hacerlo, adem¨¢s, si goza de una sociedad civil din¨¢mica, emprendedora, abierta a nuevas experimentaciones. Apostar en exceso por la protecci¨®n preteriendo al otro valor puede ser pan para hoy y hambre para ma?ana. El nuevo punto arquim¨¦dico de la pol¨ªtica actual consiste en combinar las dos dimensiones. Ambas son reclamadas tambi¨¦n por distintos sectores de la sociedad. Ojo al parche: quienquiera que d¨¦ con la mejor combinaci¨®n de estos valores podr¨¢ pescar tambi¨¦n en distintos caladeros de votos.
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