Gobernadoras de la Tierra
La diferencia m¨¢s significativa entre aquellos lugares donde la vida es solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta, y aquellos donde es m¨¢s social, rica, agradable, justa y larga, es la situaci¨®n de la mujer
El Consejo Intergal¨¢ctico te ha nombrado gobernador del planeta Tierra. No te apetece mucho. Es un mundo contaminado y caluroso, cubierto por gases de efecto invernadero. La culpa es de unos espec¨ªmenes b¨ªpedos, los humanos, que se creen animales racionales, pero en su mayor¨ªa contin¨²an dominados por l¨ªderes autoritarios. A pesar de mejoras en las ¨²ltimas 40 o 50 vueltas del planeta alrededor del sol, millones de personas sufren pobreza, violencia, esclavitud y migraciones involuntarias.
?Cu¨¢l ser¨ªa tu primera medida como gobernador planetario? Pongamos que cuentas con un presupuesto generoso, pero no infinito, de varios billones de euros; y con un ej¨¦rcito poderoso, pero no invencible, de arc¨¢ngeles blandiendo espadas flam¨ªgeras. Es decir, tienes m¨¢s o menos el poder econ¨®mico y militar del que gozan las democracias occidentales para influir en el mundo.
Lo l¨®gico es que invirtieras tus recursos en empoderar a las mujeres. Porque la diferencia m¨¢s significativa entre aquellos lugares de la Tierra donde la vida es, utilizando la expresi¨®n de Hobbes, ¡°solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta¡± y aquellos donde es m¨¢s social, rica, agradable, justa y larga es la situaci¨®n de la mujer. Como apunta The Economist, las naciones que fallan a las mujeres, fallan. Las sociedades que oprimen a las mujeres son notablemente m¨¢s violentas e inestables. Como se?ala Christian Welzel, autor de la teor¨ªa de la emancipaci¨®n evolutiva, las naciones progresan si las mujeres progresan, si son capaces de romper los lazos patriarcales que las mantienen atadas a clanes familiares. O sea, si pasan de estar subyugadas en relaciones laborales, personales o matrimoniales forzadas a elegir a su gusto con qui¨¦n y c¨®mo interact¨²an. Si pueden firmar todos los contratos, escritos u orales, que las afectan.
Y el margen de mejora global es gigantesco. En muchos sitios las mujeres siguen siendo un objeto de propiedad que se transmite de padres a maridos. El 20% de las mujeres del mundo se encuentran ya casadas antes de los 18 a?os. Y, en Occidente, las mujeres contin¨²an padeciendo contratos invisibles (por ejemplo, en cuidados familiares) que no hubieran suscrito libremente.
Sin embargo, nuestra pol¨ªtica dom¨¦stica e internacional apenas dedica esfuerzos a combatir estas injusticias. As¨ª que, confiamos en ti, gobernador o gobernadora planetaria. @VictorLapuente
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