La derecha en el div¨¢n
La derrota del conservadurismo alem¨¢n demanda un rearme ideol¨®gico que neutralice la tentaci¨®n ultra de sus votantes
![El l¨ªder de la CDU, Armin Laschet, el 16 de octubre en Muenster (Alemania).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WVMWCHIW2W2M3WJDFA6NDWXFXQ.jpg?auth=7a04634af5bdb258108805dca59d2a599951555791c2a66273c5c18290e2253a&width=414)
La salida de Angela Merkel de la canciller¨ªa deja un doble rastro de depresi¨®n en el conservadurismo alem¨¢n: la derrota sufrida el pasado 26 de septiembre por la CDU, con Armin Laschet al frente, solo ratifica una segunda crisis ideol¨®gica, program¨¢tica y pol¨ªtica que puede afectar al resto de Europa. El m¨ªnimo hist¨®rico que obtuvo, con el 24,1% de los votos, tras una ca¨®tica campa?a, no es tanto la consecuencia de una mala actuaci¨®n como un s¨ªntoma que delata un vac¨ªo m¨¢s profundo. La batalla por el liderazgo que se ha abierto en el partido para suceder a Laschet no podr¨¢ eludir la reflexi¨®n sobre las respuestas que el conservadurismo ofrece a los nuevos problemas globales que tiene que afrontar Alemania. Pero ata?e tambi¨¦n al resto de Europa.
La Gran Recesi¨®n de 2008 que provoc¨® la posterior crisis de la deuda europea en la d¨¦cada de 2010 se abord¨® desde una visi¨®n ortodoxa de un liberalismo impregnado de penitencia moral para los pa¨ªses menos resistentes a la crisis. La austeridad fue una receta equivocada y su distinta actitud de hoy se parece m¨¢s a una lecci¨®n de experiencia que a una convicci¨®n te¨®rica. Antes de las inundaciones de junio, Laschet crey¨® que no hab¨ªa tanta prisa por actuar contra el cambio clim¨¢tico y hasta critic¨® a la UE por pensar lo contrario. Despu¨¦s de las inundaciones, cambi¨® de actitud, pero sigui¨® creyendo en el futuro de Alemania como fabricante de autom¨®viles, sin necesidad de limitar velocidad ni prohibir el di¨¦sel y menos a¨²n de dejar de fabricar cuanto antes veh¨ªculos de combusti¨®n. Pero no es imputable a Laschet: ni Merkel ni en general el conservadurismo alem¨¢n han ofrecido a su sociedad propuestas consistentes, articuladas y cre¨ªbles para hacer frente al cambio clim¨¢tico. El pragmatismo de Merkel prefiri¨® concentrarse en gestionar las crisis y defender presupuestos equilibrados. Desde el poder bastaba con defender el libre mercado y un sistema integral de bienestar social (adoptado de la socialdemocracia). La vida en la oposici¨®n, sin embargo, exigir¨¢ una definici¨®n m¨¢s precisa de su oferta alternativa en materia de crecimiento econ¨®mico combinado con la aspiraci¨®n a una sociedad m¨¢s sostenible.
Merkel abandona su partido sin haberlo dotado de un programa para definir el futuro en ¨¢mbitos tan centrales como la lucha contra el cambio clim¨¢tico y el impulso al desarrollo. Pero tampoco hay en el programa con el que la CDU se present¨® a las elecciones respuestas claras a temas que afectan a derechos individuales y libertades, como sigue sin haber respuesta conservadora para combatir la injusticia de g¨¦nero y el racismo. Son carencias que hoy dejan a la CDU cerca de un vac¨ªo ideol¨®gico y pol¨ªtico que tiene consecuencias en el resto de Europa. Su liderazgo y su rearme program¨¢tico son piezas centrales del equilibro pol¨ªtico interno de la Europa conservadora. Durante mucho tiempo, el centroderecha de Konrad Adenauer y Helmut Kohl supuso un modelo para los conservadores de todo el continente. Su implosi¨®n puede ser una gran fuente de desestabilizaci¨®n y podr¨ªa ser aprovechado por la extrema derecha ¡ªcomo est¨¢ sucediendo en Francia e Italia¡ª para atraer a votantes descontentos hacia partidos ultras de corte populista. La ausencia de la voz de la democracia cristiana alemana dejar¨ªa el camino libre en Europa a los populismos nacionalistas como el Fidesz de Viktor Orb¨¢n en Hungr¨ªa o Ley y Justicia de Kaczynski en Polonia. Lo m¨¢s grave, con todo, ser¨ªa que el vac¨ªo ideol¨®gico de la moderaci¨®n alemana propiciase la radicalizaci¨®n de su discurso p¨²blico como estrategia que compensase la ausencia de propuestas pol¨ªticas. El atajo no es inveros¨ªmil, o al menos no lo ha sido en la derecha espa?ola.
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