Usted perdone

Ha ca¨ªdo del cielo una culpabilidad universal para todos aquellos que hayan hecho algo en el pasado y tambi¨¦n en el presente. Quiz¨¢s sea una admonici¨®n para que lo aconsejable, a partir de ahora, sea no hacer absolutamente nada. As¨ª lo recomienda la ley Cela¨¢ y las instrucciones de Castells para los estudios en Espa?a. No hay futuro, pero si lo hubiera, estate quieto y callado o acabar¨¢s pidiendo perd¨®n.

La culpabilidad est¨¢ mal repartida. Los espa?oles hemos de pedir perd¨®n por la colonizaci¨®n de Am¨¦rica, pero los presidentes mexicanos no han de pedir perd¨®n por el sinn¨²mero de cr¨ªmenes que se cometen all¨ª todos los d¨ªas desde los aztecas. Tampoco recuerdo yo que los rusos hayan pedido perd¨®n por los millones de asesinados durante el estalinismo y sus secuelas. O los chinos, o los de Pol Pot, o (m¨¢s chocante a¨²n) los caudillos cubanos. Como dijo Sloterdijk, la izquierda se perdona a s¨ª misma siempre y sin necesidad de decirlo.

A¨²n m¨¢s raro es que nadie le pida a ninguna rep¨²blica o mafia isl¨¢mica que se disculpe por las matanzas terroristas o por su financiaci¨®n. Quiz¨¢s ser¨¢ para que los cristianos no pidamos perd¨®n por las cruzadas. Todo lo cual est¨¢ muy bien y no lo critico, Dios me libre, pero me gustar¨ªa saber qu¨¦ Se?or (o Se?ora) ordena la selecci¨®n. Se dir¨ªa que, si el agredido pertenece a lo que Fanon llamaba ¡°los condenados de la tierra¡±, el agresor debe golpearse el pecho aunque haga siglos de ello, pero ahora mismo Venezuela, por ejemplo, es un ¡°pueblo condenado¡± gracias a su fornido s¨¢trapa y nadie de nuestro Gobierno y asociados le exige disculpas al colonizador chavista.

Tambi¨¦n los varones espa?oles somos culpables de un tal acopio de atrocidades machistas desde Mio Cid y Don Pelayo que hemos de ir pidiendo perd¨®n a todas horas. Habr¨¢ que reinventar La Tebaida y sus anacoretas.