Libros de derechas, gobiernos de izquierdas
Es un fen¨®meno global: los conservadores producen ideas m¨¢s originales y con m¨¢s tracci¨®n popular que los progresistas adormilados en la torre de marfil
De toda la vida, los templos del saber (bibliotecas, universidades) eran de derechas y la cultura alternativa (panfletos callejeros, obras de culto), de izquierdas. El conocimiento can¨®nico era conservador. Ahora es al rev¨¦s. Las bibliotecas universitarias son m¨¢s de izquierdas que nunca, pero las librer¨ªas son cada vez m¨¢s de derechas. En muchas disciplinas acad¨¦micas, tanto en los campus norteamericanos como aqu¨ª, m¨¢s del 80% de los profesores son progresistas. Pero, en las estanter¨ªas de libros superventas dominan los autores pol¨ªticos de derechas, ya sean iconoclastas como el psic¨®logo Jordan Peterson, sobrios como la economista Deirdre McCloskey, o incalificables como el fil¨®sofo Nassim Taleb.
En Espa?a ocurre lo mismo y cualquier editor te contar¨¢ que venden m¨¢s los libros de derechas. El entretenimiento m¨¢s f¨¢cil de la izquierda es criticar las palabras de Mario Vargas Llosa o Cayetana ?lvarez de Toledo; el m¨¢s dif¨ªcil es crear palabras que tengan el impacto de las de esos escritores.
Es un fen¨®meno global: la derecha produce ideas m¨¢s originales y con m¨¢s tracci¨®n popular que una izquierda adormilada en la torre de marfil. El pensamiento progresista es un di¨¢logo entre se?ores togados, enzarzados en sus cuitas, alejadas de las preocupaciones cotidianas de la ciudadan¨ªa, y que utilizan un lenguaje cr¨ªptico (inclusivo y lleno de tecnicismos), a millas del sentir popular. El pensamiento liberal-conservador dispone de un arsenal de argumentos para, por ejemplo, revitalizar el cristianismo (gracias a Tom Holland) o el capitalismo (gracias a McCloskey).
El drama para la derecha es que tiene mejores ideas, pero peores pol¨ªticos que la izquierda. Sus representantes pol¨ªticos no est¨¢n a la altura de sus intelectuales. En EE UU, las estrellas emergentes del Partido Republicano est¨¢n absolutamente desconectadas del pensamiento conservador cl¨¢sico y, en lugar de defender el sistema capitalista, consideran, como el senador Marco Rubio, que el ¡°big business no es nuestro aliado¡± o que las grandes empresas tecnol¨®gicas son, en palabras de Ted Cruz, ¡°mal¨¦volas¡± y ¡°corruptas¡±. A ambos lados del Atl¨¢ntico, los pol¨ªticos de derechas lanzan ataques al papa Francisco, por decir que el trabajo es un derecho humano o reunirse con Yolanda D¨ªaz. Sin Dios y sin capitalismo, ladrar¨¢n pero no gobernar¨¢n. @VictorLapuente
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