Por sus obras los conocer¨¦is
El Gobierno de coalici¨®n ha funcionado bien, el PSOE se ha legitimado como partido de izquierdas y Podemos se ha comportado con responsabilidad. Para revalidar sus resultados, tienen que cumplir lo acordado
Se cumplen dos a?os de la formaci¨®n del Gobierno de coalici¨®n. Parece un milagro que haya sobrevivido este tiempo. Varios factores se conjuraron en su contra desde el primer momento. En primer lugar, la gesti¨®n se ha visto alterada por la pandemia, que comenz¨® tan solo dos meses despu¨¦s de la constituci¨®n del Ejecutivo.
En segundo lugar, el Gobierno ha sufrido una oposici¨®n destructiva desde el primer instante (como le sucedi¨® a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en su primera legislatura, 2004-2008, y a Felipe Gonz¨¢lez en la ¨²ltima, 1993-1996). Pablo Casado ya hab¨ªa declarado presidente ileg¨ªtimo a Pedro S¨¢nchez en 2018, tras la moci¨®n de censura, y ha continuado haciendo oposici¨®n en la misma l¨ªnea, como si el PSOE no hubiera ganado las dos ¨²ltimas elecciones generales. Santiago Abascal, por su parte, dijo nada m¨¢s formarse el Gobierno que este era legal pero ileg¨ªtimo por haber incluido a Unidas Podemos. Las derechas han creado un ambiente pol¨ªtico irrespirable, virulento y truculento, que contribuye decisivamente a la mala impresi¨®n de la pol¨ªtica que tiene la mayor¨ªa de la opini¨®n p¨²blica.
Tercero, porque este es el Gobierno de la democracia con menor apoyo parlamentario (155 diputados), lo que le obliga a buscar permanentemente el acuerdo con m¨²ltiples partidos nacionalistas peque?os. Gracias a ello, los conflictos territoriales son hoy menos intensos que en los a?os del PP, pero la derecha ha reaccionado desempolvando la idea excluyente de la anti-Espa?a.
Y, finalmente, porque nadie daba un duro por el entendimiento entre PSOE y Unidas Podemos. Recordemos que incluso dentro del PSOE hab¨ªa dirigentes que prefer¨ªan una gran coalici¨®n con el PP antes que el acuerdo con UP (de ah¨ª aquella expresi¨®n del ¡°Gobierno Frankenstein¡± que invent¨® Alfredo P¨¦rez Rubalcaba en su d¨ªa). Tambi¨¦n se dijo que una coalici¨®n entre dos partidos de izquierda estaba condenada al fracaso porque en Europa la socialdemocracia se al¨ªa con liberales o verdes, no con la izquierda radical.
Pese a todas estas condiciones tan desfavorables, el Gobierno no s¨®lo ha sobrevivido, sino que ha sido capaz de aprobar un buen n¨²mero de medidas, incluyendo dos Presupuestos Generales despu¨¦s de a?os con presupuestos prorrogados. A mi juicio, dos de las medidas m¨¢s importantes son la reforma laboral y la reforma de las pensiones; ambas corrigen las reformas regresivas que aprob¨® el PP durante la etapa anterior. A esto hay que sumar el ingreso m¨ªnimo vital, la subida del salario m¨ªnimo, el uso de los ERTE para amortiguar el impacto de la crisis econ¨®mica causada por la pandemia, la ley de eutanasia, la mesa de di¨¢logo con las autoridades catalanas (m¨¢s el indulto de los l¨ªderes independentistas) y la ley de cambio clim¨¢tico. Como dir¨ªa Mariano Rajoy, este es un Gobierno que ¡°hace cosas¡± y que ha devuelto cierta normalidad a la pol¨ªtica espa?ola tras unos a?os de provisionalidad y par¨¢lisis. La encuesta de 40dB. publicada por EL PA?S muestra que la opini¨®n p¨²blica tiene una valoraci¨®n positiva de la mayor¨ªa de estas iniciativas.
No es mi intenci¨®n hacer balance de estos dos a?os de Gobierno ni analizar en detalle las pol¨ªticas realizadas. En cambio, s¨ª me gustar¨ªa ofrecer una breve reflexi¨®n sobre lo que supone que una coalici¨®n como esta est¨¦ funcionando, con sus broncas y divisiones internas, por supuesto, pero funcionando al fin y al cabo. Esto es tanto m¨¢s extraordinario si recordamos la campa?a de los medios y de la inmensa mayor¨ªa de analistas contra Unidas Podemos (UP). No s¨¦ cu¨¢ntos art¨ªculos se publicar¨ªan, ni cu¨¢ntas horas de tertulia se dedicaron, a insistir en que UP era un partido antisistema, un peligro para la democracia, que pod¨ªa poner en riesgo los principales logros de los ¨²ltimos 40 a?os.
En la pr¨¢ctica, UP se ha comportado como un partido responsable. Colabor¨® en la moci¨®n de censura de Pedro S¨¢nchez de 2018 ante una necesidad sist¨¦mica de m¨¢xima urgencia, echar a Rajoy del Gobierno tras una ristra interminable de esc¨¢ndalos y abusos de poder sobre los que el entonces presidente nunca quiso dar explicaci¨®n alguna. En comparaci¨®n, la irresponsabilidad pol¨ªtica fue la del PSOE de la gestora, absteni¨¦ndose en la votaci¨®n de investidura para que el PP pudiera seguir gobernando tras las elecciones de 2016, cuando la corrupci¨®n ya le llegaba a Rajoy al cuello. Eso s¨ª que fue prolongar una agon¨ªa pol¨ªtica que puso el pa¨ªs al l¨ªmite.
Celebradas las elecciones generales de abril de 2019, UP apost¨® por el Gobierno de coalici¨®n con el PSOE. S¨¢nchez no estaba convencido y prefiri¨® ir de nuevo a elecciones, quiz¨¢ el mayor error de su carrera pol¨ªtica. Con el hundimiento de Ciudadanos y el ascenso de Vox en las elecciones de noviembre de ese mismo a?o, la ¨²nica opci¨®n de Gobierno pasaba por la coalici¨®n con UP y los apoyos parlamentarios de los partidos nacionalistas. As¨ª se hizo, afortunadamente, y el pa¨ªs ech¨® a andar de nuevo tras unos a?os terribles de caos pol¨ªtico (2015-2018) que incluyeron la profunda crisis constitucional del oto?o de 2017 en Catalu?a.
Una vez formado el Gobierno, Podemos ha tenido salidas de tono, ha aireado desacuerdos que deber¨ªan haberse quedado en el interior del Ejecutivo y ha cometido errores t¨ªpicos de quien no tiene experiencia de gesti¨®n. Pero, a la hora de la verdad, ha terminado colaborando con el PSOE, tratando de que el acuerdo de gobierno original se lleve a la pr¨¢ctica. En los temas m¨¢s pol¨¦micos e inc¨®modos para el PSOE, UP no ha querido dar la batalla. As¨ª, ni ha insistido en la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum de independencia en Catalu?a, ni ha armado mucha bulla con los esc¨¢ndalos econ¨®micos y personales del rey em¨¦rito. Y, encima, ha sido una ministra de UP, Yolanda D¨ªaz, quien ha conseguido relanzar el di¨¢logo social y culminarlo con la reforma laboral, que marca un cambio claro de tendencia con respecto a las reformas de los anteriores Gobiernos.
El PSOE, evidentemente, se sentir¨ªa m¨¢s a gusto si pudiera gobernar en minor¨ªa. Pero creo que, en realidad, se beneficia tanto de la coalici¨®n como pueda hacerlo Podemos, si no m¨¢s. Nadie puede afirmar seriamente que las pol¨ªticas del actual Gobierno sean radicales, ni que se desv¨ªen mucho de lo que se hace en otros pa¨ªses europeos. La presencia de Podemos en el Ejecutivo hace m¨¢s cre¨ªbles las credenciales socialdem¨®cratas del PSOE, pues, tanto con Gonz¨¢lez como con Zapatero, la principal v¨ªa de agua en el partido fue el abandono del electorado de izquierdas (que se desmovilizaba o se iba a IU) ante la percepci¨®n de que el PSOE, una vez en el poder, hac¨ªa pol¨ªticas m¨¢s liberales que las prometidas estando en la oposici¨®n. Esa fue la principal causa de p¨¦rdida de votos para la socialdemocracia en el pasado. Y la coalici¨®n es una buena oportunidad para corregir ese problema.
En medio de una suerte de creciente derechizaci¨®n cultural del pa¨ªs, el Gobierno de coalici¨®n no tiene m¨¢s opci¨®n para revalidar sus resultados electorales que ofrecer una hoja de servicios intachable. Por eso mismo, el exceso de prudencia para tratar de tranquilizar a la derecha es una mala soluci¨®n. Al Gobierno no le queda otra que cumplir el acuerdo firmado entre PSOE y UP. Si lo hace, creo que tendr¨¢ una oportunidad.
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