Apropiaci¨®n cultural
Si las caracter¨ªsticas propias de cada cultura solo pueden ser utilizadas con legitimidad por quienes a ella pertenecen, ?no negamos lo que de espec¨ªfico tiene?
El 3 de marzo de 1989, se estren¨® en MTV el v¨ªdeo promocional de la conocid¨ªsima canci¨®n de Madonna Like a Prayer. En ¨¦l, una atractiva Madonna de escaso vestido salva a un joven afroamericano detenido injustamente y transmutado en una suerte de santo o cristo; cruces del Ku Klux Klan ardiendo, interior de una iglesia con cantos g¨®spel, frases lit¨²rgicas, estigmas y beso del santo/cristo negro. Frente al ¨¦xito multitudinario de la canci¨®n, ensalzada por el mundo de la m¨²sica y por el p¨²blico, la Iglesia cat¨®lica y grupos cristianos conservadores iniciaron un feroz ataque, Juan Pablo II la prohibi¨® en el Vaticano y alent¨® una campa?a en su contra. Ante el boicot a las empresas que se anunciaban, finalmente Pepsi Cola abandon¨® el patrocinio de la gira.
Treinta a?os m¨¢s tarde, en el homenaje a Aretha Franklin de los premios MTV, Madonna aparece con un atuendo bereber, m¨²ltiples collares y pulseras, unas trenzas rubias y habla durante 10 minutos comparando su origen y problemas con los de Aretha. Esta vez las cr¨ªticas que recibe son, fundamentalmente, por su af¨¢n de protagonismo, pero ¨Dy esto es lo relevante¨D tambi¨¦n por haber adoptado una est¨¦tica racializada que no le pertenece, por ¡°apropiaci¨®n cultural¡±. Si en el primer caso son los conservadores religiosos los que la atacan mientras los izquierdistas ateos y multiculturales la celebran, esta vez ser¨¢ la izquierda woke quien la vilipendie.
El ejemplo es tra¨ªdo a cuento por Caroline Fourest en su libro Generaci¨®n ofendida. De la polic¨ªa cultural a la polic¨ªa del pensamiento, donde glosa el auge de las cr¨ªticas por apropiaci¨®n cultural.
En el v¨ªdeo de Like a Prayer, el relato racista, con fondo g¨®spel y detenido/santo/cristo negro, no fue entendido como apropiaci¨®n cultural de una cantante blanca, sino como transgresora cr¨ªtica al racismo con relectura multicultural y atrevida puesta en escena de s¨ªmbolos cristianos. Treinta a?os m¨¢s tarde, la utilizaci¨®n por la misma artista de un atuendo ¨¦tnico s¨ª que se considera intolerable. El trenzado del cabello en mujeres blancas representa tambi¨¦n una ofensa. No solo Madonna; igualmente la cantante Katy Perry tuvo que disculparse por haber puesto en Instagram una foto suya con trenzas rubias, cuyo color, adem¨¢s de apropiaci¨®n cultural de los peinados africanos, pon¨ªa m¨¢s en relieve ¡°sus privilegios de mujer blanca¡±.
Actualmente, en Estados Unidos, fiestas de disfraces, de cumplea?os, celebraciones con comida propia de alg¨²n pa¨ªs, negocios que comercialicen productos que no sean identitariamente aut¨®ctonos pasan por el cedazo de la apropiaci¨®n cultural, son denunciados, atacados, masacrados en redes sociales y obligados a excusarse. Basta que una persona sienta que se arranca un trozo de su identidad para que la sociedad norteamericana se apreste a pedir perd¨®n. ?Cu¨¢l es la medida exacta de la defensa de la propia identidad y cu¨¢l es el desprop¨®sito del gueto? Si lo propio de cada cultura solo puede ser utilizado con legitimidad por los que a ella pertenecen, ?no negamos lo que de espec¨ªfico tiene la cultura: la comunicaci¨®n, el intercambio, el cosmopolitismo al fin? Si los usos, los atuendos, las costumbres son intransferibles, ?con qu¨¦ raz¨®n criticaremos la imposici¨®n del burka o la mutilaci¨®n genital, al formar parte de ¡°su cultura¡±? En justo retorno a los or¨ªgenes, el ingl¨¦s deber¨ªa ser prohibido en Norteam¨¦rica, y tanto al Norte como al Sur del continente s¨®lo deber¨ªan hablarse las lenguas ind¨ªgenas. Y nosotros, aqu¨ª en Espa?a, ?habr¨ªamos todos de revestirnos con nuestros trajes regionales para reivindicar nuestra autenticidad? Nada quedar¨ªa de la cultura en s¨ª misma: la m¨²sica, con su fusi¨®n de estilos deber¨ªa proscribirse; los restaurantes de cocinas ex¨®ticas habr¨ªan de prescindir de los cocineros que no fueran nacidos en el pa¨ªs. Yo misma, como valenciana, me ver¨ªa en la tesitura de denunciar a todos aquellos que fuera de las fronteras de Valencia se atreven a hacer paellas. Los hispanistas ser¨ªan despedidos de sus puestos por meter las narices en un pa¨ªs que no es el suyo. E incluso el aprendizaje de idiomas se ver¨ªa con prevenci¨®n. Puestos a ello, para evitar contaminaciones, lo mejor ser¨ªa que cada poblaci¨®n no saliera de su territorio, desde instituciones para preservar la identidad cultural se arbitrar¨ªan medidas para retornar a todas las poblaciones a su lugar de origen. Esta visi¨®n dist¨®pica no es sino la conclusi¨®n l¨®gica de los postulados de la lucha contra la apropiaci¨®n cultural. ?Hay alguna diferencia entre la pureza de la identidad cultural y la pureza racial? ?Entre la negaci¨®n de la apropiaci¨®n cultural y el racismo?
Mientras los sexos son generalmente claros en las especies, macho y hembra, las razas son un gradiente de mestizaje y lo mismo les pasa a las culturas. Necesitamos construir nuestras identidades y frenar todo entrismo que nos disuelva. Quienes no pertenecen a alguna de las identidades que nos constituyen, a la cultura comunitaria que nos define, no pueden ser sus portavoces o sus l¨ªderes, pero pueden ser c¨®mplices, amigos, estudiosos, difusores¡
Despu¨¦s de todo, lo que en los otros nos atrae es precisamente la diferencia.
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