Cierra al salir, Zuckerberg

Meta ha intentado meter miedo a sus usuarios europeos, pero no le ha salido bien. La empresa ha explicado que el futuro de Facebook e Instagram en Europa se complicar¨ªa si las autoridades obligan a la empresa a cumplir la ley y a alojar los datos de sus usuarios europeos en la UE. Es decir, que no descarta largarse. Pero el anuncio se ha recibido con alegr¨ªa y se ha vivido m¨¢s como una promesa que como una amenaza.

De entrada, la advertencia no llegaba ni a farol. Lo recordaba este jueves Pablo Xim¨¦nez de Sandoval en el bolet¨ªn de Opini¨®n de EL PA?S: ¡°La compa?¨ªa no tiene ninguna intenci¨®n de irse de Europa. Solamente lo ha puesto por escrito entre los riesgos para su modelo de negocio¡±. Pero a muchos tuiteros solo les ha faltado poner el cava a enfriar. Por ejemplo, @cracacraca recordaba que estamos preparados para sobrevivir a esta p¨¦rdida: ¡°Zuckerberg, en este pa¨ªs se han cerrado los bares. ?LOS BARES!¡±. Otra tuitera, @algaraabia, recurr¨ªa al meme de la serie The Office en el que Michael Scott amenaza con saltar desde la azotea y Dwight Schrute, en lugar de calmarle, le sugiere que d¨¦ una voltereta. A otros, como @Concejajala, el anuncio les sab¨ªa a poco: ¡°Zuckerberg, por favor, cierra tambi¨¦n los grupos de WhatsApp de padres de 5?B¡±.

Al final, ?qu¨¦ puede pasar si nos quedamos sin Facebook? ?Que no recordemos el cumplea?os de un primo del pueblo? ?Que nos perdamos la ¨²ltima publicaci¨®n de Terraplanismo avanzado (no me lo invento)? Como mucho, los tuiteros temen que Twitter se llene de aficionados a fotografiar desayunos, rebotados de Instagram. O que los nuevos no est¨¦n preparados para el nivel de agresividad habitual en esta red, donde es peligroso dar los buenos d¨ªas sin casco.

A pesar de esta euforia, la marcha de Facebook e Instagram tiene riesgos: muchas empresas dependen de estas redes para llegar a sus clientes. Esta fue una de sus jugadas maestras y uno de los principales errores que cometimos los dem¨¢s. Facebook ofrec¨ªa una sola parada para todo: trae a tus amigos, a tus lectores y a tus clientes, nos dec¨ªa, y as¨ª te resultar¨¢ m¨¢s f¨¢cil ofrecerles tus productos. Y se los llevamos. Y se los qued¨®, claro, que los millonarios no son tontos.

A?os m¨¢s tarde, la empresa pide dinero para promocionar los contenidos que publicamos, o recomienda un r¨¦gimen de publicaciones para que el algoritmo nos preste atenci¨®n, oblig¨¢ndonos a trabajar para ¨¦l. Por supuesto, se habla de este algoritmo como si fuera una fuerza divina e ingobernable, pero en realidad est¨¢ dise?ado y calibrado por estas redes a su conveniencia y no a la de sus usuarios. Y, por si fuera poco, a todo esto se suma el riesgo de que nos pueden echar en cualquier momento: un ejemplo es el de M¨®n Orxata, una empresa valenciana que logr¨® llevar a juicio a Facebook despu¨¦s de que la red cerrara su perfil sin dar explicaciones.

Dicho lo cual, ?podr¨ªamos vivir sin Facebook e Instagram? Muchos creen que s¨ª: uno de los pioneros de internet, Jaron Lanier, propon¨ªa en un libro que todos deber¨ªamos dejar las redes sociales. Todas. Para recuperar algo de la empat¨ªa que anestesian, del tiempo que perdemos y de la libertad que nos roban. No soy tan pesimista como Lanier: seguro que las redes deber¨ªan estar mejor dise?adas, pero creo que ayudan a descubrir ideas, lecturas y a gente interesante y graciosa.

Aun as¨ª, si Facebook e Instagram dejan Europa, no llorar¨¦. No ser¨¢ dif¨ªcil encontrar alternativas mejores. Es m¨¢s, creo que la empresa no tiene valor para irse. Mark Zuckerberg ni me lees ni sabes que existo, pero te reto a dejar Europa. Te reto dos veces. Y lo celebrar¨¦ con horchata.