Crisis energ¨¦tica y Europa
El ataque de Rusia a Ucrania desnuda las fragilidades de la Uni¨®n y afectar¨¢ a sus planes contra el cambio clim¨¢tico
La debilidad del sistema energ¨¦tico de Europa era una verdad sabida, pero la invasi¨®n de Ucrania por parte de Rusia ha dejado al desnudo la gravedad del problema y su causa central: Europa es tremendamente dependiente del petr¨®leo y el gas rusos, ambos combustibles f¨®siles. La crisis de precios de la energ¨ªa, generada por la guerra, se suma al proceso de transici¨®n energ¨¦tica emprendido por la Uni¨®n Europea, que ha llevado a establecer objetivos de descarbonizaci¨®n del 55% para 2030 y de alcanzar la neutralidad en carbono en 2050. El retraso en poner en marcha esta transici¨®n lo pagamos ahora en dos facturas: la de la crisis clim¨¢tica, que est¨¢ teniendo peores efectos de los previstos, como acaba de se?alar el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim¨¢tico (IPCC), y la derivada de la dependencia rusa.
Las condiciones dram¨¢ticas que vive hoy Ucrania no deben omitir la pregunta latente sobre el efecto que la guerra pueda tener sobre el futuro de la transici¨®n ecol¨®gica. Puede empezar una etapa de retroceso o par¨¢lisis o puede provocar la asunci¨®n definitiva en Europa de un liderazgo firme hacia la transici¨®n en todo el planeta, y en ese sentido se orienta la comunicaci¨®n que hizo p¨²blica la Comisi¨®n el martes. Hoy, Europa tiene tres grandes objetivos en materia energ¨¦tica, que es el elemento clave de la transici¨®n ecol¨®gica: gestionar la crisis de precios y su traslaci¨®n al conjunto de la econom¨ªa, acelerar todo lo posible la transici¨®n energ¨¦tica para cumplir con los objetivos de descarbonizaci¨®n y liberarse de la dependencia energ¨¦tica de Rusia.
El primer objetivo empezar¨¢ a tratarse el jueves en la cumbre de Versalles, donde se espera que haya luz verde a algunas de las medidas que hace unos meses propuso Espa?a. Entonces fueron desatendidas pese a ser viables, como sacar el gas del pool de fijaci¨®n de precios marginalista del mercado mayorista. Los otros dos objetivos pueden caminar en la misma direcci¨®n, multiplicando as¨ª sus posibilidades de ¨¦xito o, por el contrario, escoger caminos divergentes. Si se opta por este segundo camino, la merma de gas ruso puede suplirse diversificando las fuentes de origen del gas e incrementando las interconexiones con Espa?a, pa¨ªs con mayor n¨²mero de regasificadoras, para abastecer desde aqu¨ª a Europa de gas natural licuado una vez tratado. Es una soluci¨®n de tiempo acotado porque podr¨ªa comprometer seriamente los objetivos de reducci¨®n de emisiones y de descarbonizaci¨®n.
Si la Uni¨®n Europea, en cambio, quiere hacer realidad su autonom¨ªa estrat¨¦gica en materia de energ¨ªa y liderar una transici¨®n global, ambiciosa y r¨¢pida, puede hacer de la necesidad virtud y acelerar el ritmo de instalaci¨®n de renovables. Los instrumentos para ello habr¨ªan de ser la simplificaci¨®n de tr¨¢mites administrativos, contratos a largo plazo, la activaci¨®n de medidas de ahorro y eficiencia energ¨¦tica y el incremento de las interconexiones para aumentar la resiliencia energ¨¦tica europea.
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