El juego de la izquierda francesa donde todos pierden
La derecha gala ha podido reconstruirse para las pr¨®ximas elecciones mientras que la izquierda estalla en fracciones irreconciliables
En 2017, Emmanuel Macron barri¨® del campo pol¨ªtico franc¨¦s a la derecha y a la izquierda, aprovechando tanto el hartazgo contra la clase pol¨ªtica como el rechazo monumental al socialista Fran?ois Hollande. La derecha ha podido reconstruirse progresivamente, organizando primarias y eligiendo a una candidata, aunque decepcionante, para dar la cara en los comicios del pr¨®ximo abril. Mientras tanto, la izquierda estalla en fracciones irreconciliables, devor¨¢ndose entre s¨ª y mostrando el p¨¦simo espect¨¢culo de sus divisiones internas.
De los cuatro principales candidatos ¡ªla socialista Anne Hidalgo, el comunista Fabien Roussel, el candidato verde alternativo Yannick Jadot y el ¡°insumiso¡± Jean-Luc M¨¦lenchon¡ª, es este ¨²ltimo el ¨²nico que ha sido capaz de generar aspiraciones y militancia en los j¨®venes y en el electorado popular. M¨¦lenchon ha ganado, de hecho y ampliamente, la batalla interna a la izquierda. Seg¨²n todos los sondeos, se encuentra hoy en el umbral de acceso a la segunda vuelta frente a Macron, un escenario que defenestrar¨ªa, por fin, a la extrema derecha y la presi¨®n del voto del cord¨®n sanitario. Aunque no tiene posibilidades de vencer al actual mandatario, muchos en su bando creen que puede crear la din¨¢mica necesaria para relanzar el debate sobre la recomposici¨®n de las fuerzas progresistas. Con todo, el candidato de Francia Insumisa se convierte ahora en el ¨²nico enemigo de sus competidores de izquierda, que no cejan en el empe?o de destronarlo, sabiendo adem¨¢s que no tiene la m¨¢s m¨ªnima posibilidad de ganar a Macron. ?C¨®mo entender este frenes¨ª?
Los restantes candidatos de la izquierda ya han interiorizado su inevitable ca¨ªda al abismo en las presidenciales, de modo que se preparan para las legislativas, que tendr¨ªan lugar a comienzos de junio. Temen que un buen resultado de M¨¦lenchon permita a su partido conseguir un n¨²mero importante de diputados en la nueva Asamblea Nacional, a costa de debilitar a largo plazo a los dem¨¢s. En otras palabras, el partido socialista (que, seg¨²n los sondeos, obtendr¨ªa como m¨¢ximo un 2,5% de respaldo electoral) y el partido comunista (un 1,3%) se encuentran al borde de la desaparici¨®n del mapa electoral por no haber querido transigir con los verdes (7%), y, con ello, inaugurar un particular compromiso socialdem¨®crata (papel que se otorga brillantemente el propio Macron) id¨®neo para atraer incluso a una parte de afines a M¨¦lenchon. No han barajado la opci¨®n de elaborar un programa com¨²n y organizar unas primarias para que los militantes y los simpatizantes elijan al mejor candidato; en su lugar, estrenan un absurdo baile de l¨ªderes de egos sobredimensionados como fin en s¨ª mismo. Tanto es as¨ª, que varios exministros de Hollande y el exalcalde de Par¨ªs Bertrand Delano?, el apoyo moral de Anne Hidalgo, prefieren pedir el voto para el actual inquilino del El¨ªseo antes de ser compa?eros solidarios de la izquierda. La batalla contra M¨¦lenchon ha alimentado, pues, un juego de masacre de la vertiente progresista que sumar¨¢, una vez m¨¢s, saciedad en el electorado y fuerte dosis de abstenci¨®n.
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