La libertad y las redes
Los planes de Elon Musk para Twitter tendr¨¢n que adaptarse a las leyes europeas
El debate sobre los l¨ªmites de la libertad en las redes sociales vuelve al primer plano tras la compra de Twitter por parte de Elon Musk, el hombre m¨¢s rico del mundo, por 43.000 millones de d¨®lares (unos 41.000 millones de euros). Musk afirma que su objetivo es restituir la libertad de expresi¨®n en la red social. En la misma semana, la Uni¨®n Europea ha acordado una Directiva de Servicios Digitales pionera en todo el mundo para regular la actividad digital y sanear un ecosistema medi¨¢tico dominado por gigantes de Estados Unidos. Bruselas busca proteger a la ciudadan¨ªa de la manipulaci¨®n de los algoritmos, el acoso de ej¨¦rcitos de cuentas mercenarias y la desinformaci¨®n que contamina el debate p¨²blico. Entre las medidas que prev¨¦ figura la supresi¨®n r¨¢pida de contenidos ilegales. Las multas pueden llegar hasta el 6% de los ingresos globales para empresas como Amazon, Facebook o Google, aunque aspira a regular tambi¨¦n proveedores de internet, compa?¨ªas de registro de dominios o servicios de almacenamiento en la nube.
Musk se declara partidario de la ¡°libertad de expresi¨®n absoluta¡±. Dos de los principales impulsores de la directiva, el ministro franc¨¦s de Asuntos Digitales, C¨¦dric O, y el responsable del Mercado Interior europeo, Thierry Breton, han advertido de que, en la UE, Twitter estar¨¢ sujeto a la nueva ley, ¡°con independencia de la ideolog¨ªa de su due?o¡± y que ¡°tendr¨¢ que adaptarse a regulaciones que no existen en Estados Unidos¡±. Tambi¨¦n Human Rights Watch ha recordado a Musk que ¡°la libertad de expresi¨®n no es un derecho absoluto, por lo que Twitter debe invertir en esfuerzos para mantener a sus usuarios m¨¢s vulnerables seguros en la plataforma¡±. Equivale a decir que no existe una libertad de expresi¨®n absoluta que a la vez secuestre libertades de otros, por ejemplo, a trav¨¦s del acoso de una turba digital o de una campa?a organizada de descr¨¦dito. Compa?¨ªas como Twitter potencian unos contenidos frente a otros a trav¨¦s de reglas privadas que solo se cuestionan en ocasiones, como el veto a Donald Trump, en enero de 2021, cuando su campa?a de desinformaci¨®n masiva para revertir las elecciones deriv¨® en el asalto al Congreso de EE UU. Las decisiones que permiten que se pueda volver a hacer ese uso de la plataforma no pueden depender de Musk, ni de un Gobierno, sino de una legislaci¨®n que reconoce esta realidad y est¨¢ dise?ada para ello. Ha sido el comisario europeo Thierry Breton quien ha enfatizado que ¡°la ley ser¨¢ muy clara, mucho m¨¢s clara ahora en Europa que en Estados Unidos¡±, y con reglas sometidas al control democr¨¢tico para decidir o no el destierro de un usuario de una plataforma.
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