Aborto sin reflexi¨®n

Cuando tienes cita para hacerte las u?as o para sacarte una muela, si no acudes a tiempo te llaman para preguntarte si llegas m¨¢s tarde o si te lo agendan para otro d¨ªa. Lo s¨¦ porque llego tarde muchas veces al centro de u?as y al dentista. Cuando tienes cita para abortar, si no acudes a tu hora no te llama nadie. Lo s¨¦ porque conozco una ni?a que estuvo a punto de no ser. A una madre que, aterrorizada ante la idea de convertirse en ello, cogi¨® una cita en un centro que practicaba abortos a la que finalmente no acudi¨®.

Cuando me lo cont¨® me pregunt¨® si les pasar¨ªa mucho. Si la recepcionista se alegrar¨ªa de no ver a nadie aparecer por la puerta a la hora acordada. No le respond¨ª, porque se lo estaba preguntando a s¨ª misma aunque me tuviera enfrente. Tampoco le pregunt¨¦ que por qu¨¦ cre¨ªa que nadie te llama cuando faltas a una cita para abortar.

Vuelvo a ello esta semana, porque de entre todas las medidas de la nueva ley del aborto, hay una que ha pasado sin pena ni gloria: la eliminaci¨®n de los tres d¨ªas de reflexi¨®n que, desde la ley de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, se exig¨ªan entre la solicitud de un aborto y su ejecuci¨®n.

¡°Aborto en la p¨²blica para todas, sin sobre y sin reflexi¨®n¡±. As¨ª se congratulaba en Twitter de la medida la secretaria de Estado de Igualdad, ?ngela Rodr¨ªguez Pam. Con lo del sobre se refer¨ªa a un sobre cerrado con informaci¨®n sobre ayudas a la maternidad que, tambi¨¦n hasta ahora, se les entregaba a las mujeres cuando ped¨ªan cita para una IVE ¡ªinterrupci¨®n voluntaria del embarazo¡ª, que es el tecnicismo con el que se nombra frecuentemente el aborto por la misma raz¨®n por la cual a la crisis se la llamaba desaceleraci¨®n econ¨®mica en 2008 o al rescate bancario l¨ªnea de cr¨¦dito diferido.

Irene Montero explicaba as¨ª la medida en rueda de prensa: ¡°las mujeres pueden reflexionar el tiempo que necesiten, pero sabiendo que el Estado respeta su decisi¨®n en el momento que la toman, y no duda de ella¡±. Un argumento curioso, si tenemos en cuenta que su Ministerio s¨ª que contempla un per¨ªodo de reflexi¨®n en otra de sus medidas estrella, incluida en la ley trans: si uno quiere cambiar su sexo en el registro, ha de pensarlo durante hasta tres meses. Y es que la implantaci¨®n de un periodo de reflexi¨®n para ejercer un derecho poco tiene que ver con el cuestionamiento de la decisi¨®n de ejercerlo; m¨¢s bien, es el ¨²nico mecanismo simb¨®lico a trav¨¦s del cual el Estado puede se?alar que estamos ante un uso de la libertad que requiere especial responsabilidad.

Pero este, en el fondo, no es m¨¢s que otro intento de seguir viviendo de los greatest hits de Zapatero. Al final no es m¨¢s que otra medida aparentemente progresista que ahonda en algunas de las l¨ªneas maestras del capitalismo l¨ªquido, como la inmediatez, la desvinculaci¨®n de comunidad e individuo o la l¨®gica del algoritmo que complace al usuario mostr¨¢ndole solo aquello que quiere ver.

Supongo que cuando no acudes a tu cita para abortar nadie te llama por la misma raz¨®n por la que, hasta ahora, la sanidad p¨²blica obligaba a esos tres d¨ªas de reflexi¨®n. Porque abortar no es como sacarse una muela. Porque, tengamos la postura que tengamos en el debate sobre cu¨¢ndo un ser humano merece ser llamado y tratado como tal, todos sabemos que ese burru?o de c¨¦lulas acabar¨¢ siendo un cr¨ªo si lo dejamos.