El bosque se mueve, Macbeth/Putin
Como el personaje shakespeariano, el l¨ªder ruso debe de estar notando oscuros presagios de derrota, en su caso geopol¨ªtica
Al paranoico, ambicioso y criminal Macbeth, las brujas le dijeron que no ser¨ªa vencido hasta que el gran bosque de Birnam avanzara contra ¨¦l hacia la elevada colina de Dunsinane. Lo que parec¨ªa imposible acab¨® ocurriendo, en forma de soldados enemigos camuflados con ramas del bosque que desde ah¨ª se movieron contra un l¨ªder injusto. A Vlad¨ªmir Putin tambi¨¦n parecen mov¨¦rsele unos cuantos ¨¢rboles del bosque. Nadie va a atacarle a ¨¦l o a Rusia, ni nadie tuvo intenci¨®n de hacerlo en este siglo. Pero en t¨¦rminos pol¨ªticos se delinea de forma cada vez m¨¢s clara el perfil de una derrota, la sensaci¨®n de que ser¨¢ vencido, disminuido.
En t¨¦rminos militares, despu¨¦s de repeler la ofensiva rusa contra Kiev, las fuerzas ucranias tambi¨¦n han forzado la retirada de los enemigos que asechaban la segunda ciudad del pa¨ªs, J¨¢rkov. Mosc¨² finalmente ha conquistado Mariupol, o m¨¢s bien sus escombros, casi tres meses despu¨¦s. Pero es un logro que no sabe a gran victoria en un contexto de ingentes p¨¦rdidas contra un adversario con mucha menos potencia de fuego. El ministro de Defensa ruso afirm¨® el viernes que la ¡°liberaci¨®n¡± completa de la provincia de Lugansk se lograr¨¢ pronto. Sin embargo, en la din¨¢mica de fondo, se nota que las fuerzas ucranias tienen moral alta, s¨®lido apoyo occidental de armas e informaci¨®n, amplia capacidad de reclutar; que las rusas no deben de ba?arse en el entusiasmo, y su industria de defensa bajo sanciones tiene serias dificultades para seguir produciendo armamento de calidad.
En t¨¦rminos geopol¨ªticos, Finlandia y Suecia han solicitado formalmente su adhesi¨®n a la OTAN, en lo que constituye un serio rev¨¦s para el Kremlin. Suecia fue neutral durante dos siglos, y lo ha sido con especial convicci¨®n ideol¨®gica desde la II Guerra Mundial; Finlandia se mantuvo no alineada por necesidad. El ingreso de ambas en la UE ya cambi¨® las cosas, pero el de la OTAN tiene un profundo valor pol¨ªtico, adem¨¢s de militar. Simboliza la creciente unidad de Occidente y de algunas importantes democracias de otros lares, como Jap¨®n, Corea del Sur o Australia.
En t¨¦rminos geoecon¨®micos, la desconexi¨®n de Occidente de Rusia est¨¢ en marcha. La econom¨ªa rusa no ha colapsado, y el Banco Central ha incluso rebajado algo los tipos de inter¨¦s ¨²ltimamente. Los ingresos por ventas energ¨¦ticas son altos. Pero no cabe enga?arse: el dolor ser¨¢ intenso. La contracci¨®n del PIB prevista por las autoridades rusas para 2022 es del 8% mientras la inflaci¨®n crecer¨¢ un 17%; mucha materia gris ha salido del pa¨ªs; y a medio-largo plazo es probable que el acorralamiento a la industria energ¨¦tica pase factura, as¨ª como la falta de componentes occidentales golpear¨¢ varios sectores. El descontento se propagar¨¢, por mucho que los medios amaestrados traten de cambiar el foco y la represi¨®n acalle el disenso. El trato b¨¢sico que sostiene los reg¨ªmenes autoritarios es proporcionar cierta prosperidad y estabilidad a cambio de p¨¦rdida de libertad. Si falla la primera parte, tienen un problema.
Por supuesto, el bosque se mueve lento, y con dificultades. Tiene miembros que no pierden ocasi¨®n para aprovechar el poder de veto. El h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n est¨¢ frenando la implementaci¨®n de las medidas de la UE contra el petr¨®leo ruso; el turco Recep Tayyip Erdogan pone trabas a la adhesi¨®n de Finlandia y Suecia a la OTAN. Pero no es razonable pensar que bloqueen ad libitum; lo es m¨¢s pensar que tienen un precio ¡ªdinero para Hungr¨ªa, armas sofisticadas de Estados Unidos para Turqu¨ªa¡ª. Puede que haya que pagarlo ahora en nombre de un inter¨¦s superior. Ser¨¢ preciso anotarlo en la hoja de cuentas y recobrar el chantaje en cuanto se pueda.
Por supuesto, hay mucho mundo que no es hostil a Putin y esto puede darle algo de ox¨ªgeno. Pero conviene no sobreestimar hasta qu¨¦ punto est¨¢n dispuestos a ayudarle ¡ªen realidad, m¨¢s bien tratar¨¢n de aprovechar su debilidad¡ª. Tampoco conviene olvidar la perspectiva de que Occidente imponga sanciones secundarias a quienes traten con Rusia, una aut¨¦ntica bomba arrasadora geoecon¨®mica.
Sobre todo, cobra cuerpo una sensaci¨®n. Despu¨¦s del escu¨¢lido papel de las fuerzas rusas en Ucrania; a medida en que se consolide un menor grado de dependencia europea de su energ¨ªa; y conforme una econom¨ªa ya d¨¦bil sufra una hemorragia, muchos en el mundo le perder¨¢n el miedo a Rusia. Mala noticia perder el respeto del miedo para quienes no tienen el de la auctoritas. Seguir¨¢ disponiendo de bombas nucleares y grandes recursos naturales. Nadie le atacar¨¢. Ni tampoco necesariamente est¨¢ cerca su fin pol¨ªtico. Pero Putin debe estar viendo el bosque moverse.
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