China es el peligro
Putin act¨²a de rompehielos, pero Xi Jinping es quien se ha propuesto construir un nuevo orden internacional autoritario
Vlad¨ªmir Putin no lo tiene f¨¢cil. Sabe lo que quiere, pero no cuenta con los medios para obtenerlo. Habla por s¨ª sola la marcha de su invasi¨®n. Son p¨ªrricas sus victorias, con costes alt¨ªsimos en vidas y material militar, y escasos y limitados avances. Fracas¨® su ambicioso plan de decapitar Ucrania en un santiam¨¦n. Ha necesitado 100 d¨ªas para ocupar solo una quinta parte del pa¨ªs. Sus fuerzas est¨¢n exhaustas. Tambi¨¦n est¨¢ perdiendo pol¨ªticamente: la OTAN se ampl¨ªa y refuerza; no se quiebra la unidad de los aliados, a pesar del veto de Hungr¨ªa a algunas sanciones de la UE, y de Turqu¨ªa al ingreso de Finlandia y Suecia en la OTAN; y crece el sentimiento nacional ucranio como nunca en la historia, incluso entre los rus¨®fonos.
Con su guerra no pretende tan solo recuperar la hegemon¨ªa del Kremlin sobre un pa¨ªs que form¨® parte de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, el anterior avatar imperial de Rusia. Tambi¨¦n quiere extender una especie de derecho de veto sobre la entera esfera de influencia concedida por Roosevelt y Churchill a Stalin en la cumbre de Yalta, pocos meses antes de que terminara la Segunda Guerra Mundial. Y en el caso improbable de conseguirlo, cambiar as¨ª la correlaci¨®n de fuerzas internacional, de forma que Estados Unidos se desentienda de los asuntos europeos, y una Uni¨®n Europea dividida y debilitada se vea desbordada por la Rusia victoriosa.
Su prop¨®sito es revolucionario, puesto que trata de cambiar el orden internacional, pero no tiene ni los instrumentos ni el poder suficiente para conseguirlo. Solo China lo tiene todo, voluntad, poder y medios, seg¨²n ha reconocido el secretario de Estado Antony Blinken en su discurso sobre la pol¨ªtica de la Casa Blanca respecto a Pek¨ªn. No es lo mismo combatir el cambio clim¨¢tico y las pandemias, mantener las cadenas internacionales de valor o estabilizar la econom¨ªa global, cuestiones que exigen la concertaci¨®n con China, que garantizar el suministro de energ¨ªa a Europa o de cereales a los pa¨ªses africanos y asi¨¢ticos, todav¨ªa controlados por Rusia, que los utiliza en su guerra contra Ucrania.
Blinken habl¨® de China pero pensaba en Rusia. No quiere para China un cambio de r¨¦gimen. Tampoco le conviene un conflicto con China o una guerra fr¨ªa. Ni siquiera le interesa obstaculizar su ascenso como superpotencia. No teme a una China fuerte, sino lo que China haga con su fortaleza. De ah¨ª que la considere un peligro mayor que Rusia. Una forma de decir que es a Pek¨ªn a quien teme y no a Mosc¨².
Ante la guerra en Ucrania, China mantiene una calculada ambivalencia. T¨¢cticamente, le interesa el destrozo que Putin est¨¢ perpetrando, y de ah¨ª su apoyo impl¨ªcito a la invasi¨®n. Estrat¨¦gicamente, piensa en c¨®mo aprovecharse de la invasi¨®n y de una Rusia derrotada, quiz¨¢s incluso ofreci¨¦ndose como art¨ªfice de la paz. Putin es el rompehielos, pero es Xi Jinping quien cuenta con la capacidad para construir un nuevo orden internacional autoritario.
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