Tirar la comida
Despu¨¦s de Francia e Italia, Espa?a puede ser el siguiente pa¨ªs europeo que legisle para reducir a la mitad el desperdicio de alimentos
No hace falta haber tenido abuelos criados en la posguerra para saber que la comida no se tira ni se deja pudrir en la nevera. Pero eso es lo que sucede de forma alarmante en el opulento Occidente que hoy ha de aprender a gestionar una inflaci¨®n en niveles hist¨®ricos y a reajustar las rutinas de compra y gesti¨®n de su alimentaci¨®n diaria. El porcentaje mayor de comida desperdiciada est¨¢ en la gesti¨®n dom¨¦stica de cada familia, y solo despu¨¦s llegan restaurantes y supermercados. Frenar esas pr¨¢cticas casi invisibles es lo que se ha propuesto el Gobierno, en l¨ªnea con uno de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU: reducir a la mitad la comida que actualmente se desperdicia por m¨²ltiples causas. El objetivo estrat¨¦gico ha de permitir superar una gran contradicci¨®n de nuestro tiempo: mientras en las sociedades m¨¢s ricas se malbarata hasta un tercio de los alimentos, cada vez es mayor la proporci¨®n de la poblaci¨®n sin acceso a una alimentaci¨®n b¨¢sica. Gran cantidad de comida sobrante en supermercados y bares y restaurantes acaba en la basura: llega a perderse hasta el 20% del valor. En Espa?a, la mayor parte del desperdicio se produce en la venta al por menor y en los hogares, y alcanza los 1.364 millones de kilos anuales, a raz¨®n de 31 kilos por persona y a?o, seg¨²n estimaciones del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n.
El despilfarro que significan esas cifras resulta ofensivo desde cualquier ¨¢ngulo de visi¨®n y resulta insostenible por razones ¨¦ticas y de estricta solidaridad, pero tambi¨¦n por razones econ¨®micas, sociales y ambientales. Hasta ahora, sin embargo, solo Francia e Italia, en Europa, han adoptado una legislaci¨®n espec¨ªfica que evite el desprop¨®sito. Espa?a podr¨ªa ser el tercer pa¨ªs si prospera el proyecto de ley de Prevenci¨®n de las P¨¦rdidas y el Desperdicio Alimentario, elaborado por el Ministerio que dirige Luis Planas. Obliga a todos los agentes de la cadena alimentaria a elaborar un plan de prevenci¨®n para frenar el desperdicio y reutilizar la comida sobrante con destino al consumo humano a trav¨¦s de las entidades sociales. Su papel es crucial en situaci¨®n de crisis, en particular cuando han lanzado ya numerosas alertas sobre la escasez de alimentos y la creciente demanda de la poblaci¨®n m¨¢s necesitada.
Otras f¨®rmulas complementarias buscar¨¢n destinar los productos agr¨ªcolas sobrantes a conservas o a la alimentaci¨®n animal, pero ninguna normativa podr¨¢ ser efectiva si reh¨²ye un sistema cre¨ªble de control y sanciones contra los incumplidores. Las infracciones m¨¢s graves podr¨¢n ser sancionadas en el caso de bares y restaurantes con hasta 60.000 euros, adem¨¢s de obligarles a tener a disposici¨®n de los clientes los medios necesarios para llevarse la comida que no hayan consumido en el local. En todo caso, la aut¨¦ntica efectividad de la ley depender¨¢ de la capacidad de todos para que cale en la poblaci¨®n la conciencia de un despilfarro inaceptable.
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