Am¨¦rica Latina debe aprovechar la pandemia para transformar su educaci¨®n
Con el coronavirus, que golpe¨® con particular fuerza a nuestra regi¨®n, las brechas que ya arrastr¨¢bamos en educaci¨®n se hicieron m¨¢s visibles y profundas.
A medida que los cambios en el mundo se aceleran y nuestro futuro se torna m¨¢s complejo e incierto, contar con los valores, conocimientos y herramientas para entenderlo y transformarlo, ya no es solo un prop¨®sito aspiracional, sino de supervivencia. Y aunque todos los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe conocen la importancia de que las ni?as, ni?os y j¨®venes accedan a una educaci¨®n de calidad para adquirirlos, aportar al desarrollo equitativo y sostenible de sus pa¨ªses y convertirse en la persona que quieren ser, estamos lejos de lograr ese objetivo.
En las ¨²ltimas d¨¦cadas, la regi¨®n dio grandes pasos para ampliar la cobertura de sus sistemas educativos, desde los niveles de preescolar hasta la educaci¨®n superior. No obstante, a pesar de los esfuerzos e inversiones, persistieron la desigualdad y las brechas en el acceso, permanencia y logro educativo para los grupos con mayor vulnerabilidad y marginalizaci¨®n. Con la pandemia, que golpe¨® con particular fuerza a nuestra regi¨®n, estas brechas que ya arrastr¨¢bamos se hicieron m¨¢s visibles y profundas. Cientos de miles de ni?as, ni?os y j¨®venes que no contaban con las condiciones familiares, socioecon¨®micas, o de acceso a la conectividad se desvincularon de manera temporal o permanente de la escuela. Quienes pudieron mantenerse a trav¨¦s de opciones a distancia o en l¨ªnea, lograron aprender tan solo una m¨ªnima parte de lo esperado. Sabemos que los impactos del cierre de las escuelas durante casi dos ciclos escolares completos no se limitaron a lo educativo, sino que tambi¨¦n afectaron la seguridad, la salud f¨ªsica y mental y el bienestar general de gran parte del estudiantado.
Esta situaci¨®n est¨¢ poniendo en riesgo las posibilidades de millones de ni?as, ni?os y j¨®venes de poder garantizarse una vida digna, aportar a su familia y a su pa¨ªs y realizarse personal y socialmente. No actuar con sentido de urgencia para una recuperaci¨®n y una transformaci¨®n de la educaci¨®n es renunciar al principal dinamizador de nuestro crecimiento, de nuestra convivencia, de la sostenibilidad de nuestro desarrollo y hasta de nuestra identidad colectiva.
El panorama educativo no podr¨ªa ser m¨¢s desafiante, m¨¢s a¨²n de cara a una nueva crisis econ¨®mica que afecta a toda la regi¨®n. Am¨¦rica Latina ya vivi¨® algo parecido en la crisis de los a?os 80, cuando no solo cay¨® la producci¨®n y el empleo, sino que se redujeron los presupuestos educativos. Esto llev¨® a una ca¨ªda en la cobertura y a que cerca de la mitad de una generaci¨®n se quedara apenas con una d¨¦bil educaci¨®n primaria.
Hoy, 40 a?os m¨¢s tarde, seguimos pagando el costo de haber recortado ayer nuestra inversi¨®n educativa. No nos puede volver a pasar. Hoy sabemos que no hay ahorro m¨¢s caro que el ahorro en educaci¨®n y, por eso, m¨¢s que volver atr¨¢s, necesitamos aprovechar esta crisis como una oportunidad para realizar los cambios que no dan m¨¢s espera; porque la pandemia tambi¨¦n ¡ªun poco a la fuerza¡ª hizo evidente que hab¨ªa otras formas de hacer educaci¨®n.
Tal es el sentido de la Cumbre por la Transformaci¨®n de la Educaci¨®n convocada por el Secretario General de las Naciones Unidas, Ant¨®nio Guterres, que llama a colocar la educaci¨®n como una prioridad fundamental. Es urgente comprender que, sin una transformaci¨®n profunda de la forma en que operan nuestros sistemas educativos, ser¨¢ imposible alcanzar el objetivo de garantizar una educaci¨®n inclusiva, equitativa y de calidad a lo largo de la vida, que sea habilitante para avanzar en los objetivos que nos hemos trazado como humanidad en la Agenda 2030.
En d¨ªas pasados, en el marco de la III Reuni¨®n regional de ministras y ministros de Educaci¨®n de Am¨¦rica Latina y el Caribe, los ministros de educaci¨®n de la regi¨®n ratificaron su compromiso con la recuperaci¨®n y la transformaci¨®n de los sistemas educativos. Con este prop¨®sito priorizaron el pleno retorno presencial a los entornos educativos, la recuperaci¨®n de aprendizajes, la reintegraci¨®n de quienes abandonaron la escuela, el cuidado del bienestar socio emocional e integral de la comunidad educativa y el apoyo y formaci¨®n para las y los docentes. Reconocieron adem¨¢s que ¡°la recuperaci¨®n no puede significar volver a lo mismo¡± y que es necesario ¡°priorizar la educaci¨®n en la agenda p¨²blica de nuestras naciones, garantizando el adecuado financiamiento estatal de la educaci¨®n para poder realizar los objetivos propuestos¡±.
Estas conclusiones, que se presentar¨¢n como un mensaje de la regi¨®n en la pre-cumbre educativa que se realizar¨¢ en Par¨ªs el 29 y 30 de junio, en preparaci¨®n para la Cumbre sobre la Transformaci¨®n de la Educaci¨®n, son una se?al de aliento para la regi¨®n.
El reto, sin embargo, va m¨¢s all¨¢ de cualquier declaraci¨®n y de la cumbre misma: el reto est¨¢ en cumplirle a cada ni?a, ni?o y joven latinoamericano su derecho de tener acceso a una educaci¨®n de calidad. Ellos ser¨¢n los jueces de lo que nosotros hagamos o dejemos de hacer hoy. No podemos fallarles.
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