Mosc¨²-Pek¨ªn, el nuevo Eje
Es en la retaguardia donde las guerras se cobran las v¨ªctimas m¨¢s altas. Vlad¨ªmir Putin y Xi Jinping tambi¨¦n se juegan su futuro
A los imperios no les gustan las alianzas permanentes. Prefieren repartirse el bot¨ªn de las guerras y el mundo en ¨¢reas de influencia. Le sucedi¨® a Estados Unidos con la Alianza Atl¨¢ntica, imaginada desde los instintos m¨¢s imperiales como exclusivo instrumento, quiz¨¢s coyuntural, para dominar a Europa y frenar a la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Las alianzas imperiales se piensan desde la sumisi¨®n de los aliados o desde la confluencia estrat¨¦gica pero circunstancial con otros imperios. As¨ª sucedi¨® entre Berl¨ªn, Roma y Tokio en el Pacto Tripartito de 1940 con el que coordinaron sus esfuerzos b¨¦licos y sus ambiciones sobre Europa, el Mediterr¨¢neo y Asia, respectivamente. Y as¨ª est¨¢ sucediendo ahora entre Mosc¨² y Pek¨ªn, nuevo Eje de la guerra mundializada que estamos sufriendo.
Vlad¨ªmir Putin y Xi Jinping son la pareja geopol¨ªtica de moda. Comparten ambiciones imperiales e id¨¦nticos adversarios que se oponen a sus apetencias expansionistas en Europa y en Asia. El cumplea?os del presidente chino, 69 a?os, unos meses mayor que el ruso, nacido en octubre, ha sido ocasi¨®n para que este nuevo Eje se reafirmara en sus prop¨®sitos compartidos, respecto a la soberan¨ªa, la seguridad y, seg¨²n el comunicado oficial, ¡°las cuestiones que m¨¢s les preocupan¡±.
Su conversaci¨®n de cumplea?os es la respuesta al tren nocturno que condujo a Macron, Scholz y Draghi a Kiev, donde Ucrania recibi¨® el espaldarazo a su candidatura europea. El Eje tiene respuestas para todo: una semana antes de la cumbre de la OTAN en Madrid, Pek¨ªn celebrar¨¢ la cumbre de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sud¨¢frica), resucitados coyunturalmente de su marasmo, aunque solo v¨ªa video. A excepci¨®n de Rusia y China, los BRICS son ahora sin¨®nimo de quienes miran los toros desde la barrera, a la espera de los beneficios que puedan sacar de la sangre vertida en la plaza.
La idea que Xi y Putin tienen de la soberan¨ªa y de la seguridad es la misma. Imperiales y con pretensiones de hegemon¨ªa que desbordan sus fronteras. Las rusas se extienden sobre el espacio ex sovi¨¦tico e incluso la entera Europa. Las chinas sobre Taiw¨¢n y el Mar de la China Meridional, es decir, el continente asi¨¢tico. Ambos quieren echar a Estados Unidos de su vecindario y someter a sus vecinos al papel que tuvo Finlandia en la Guerra Fr¨ªa. Esas dos autocracias no soportan el espejo de la democracia y temen su mal ejemplo, especialmente cuando crece demasiado cerca, sea en Ucrania o sea en Hong Kong.
Al alim¨®n trabajan por un nuevo orden mundial autoritario. Pero saben tambi¨¦n que las guerras suelen cobrarse las v¨ªctimas m¨¢s altas en la retaguardia. Putin se juega su presidencia vitalicia y Xi su tercer mandato, que debe renovarse este pr¨®ximo oto?o y ya empieza a suscitar dudas en Pek¨ªn. Para ambos esta es la cuesti¨®n m¨¢s preocupante y de ah¨ª que se sientan hermanados en sus prop¨®sitos de mantenerse y perpetuarse en el poder.
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