Certificado para un dictador
El r¨¦gimen tunecino tiene ahora carta de naturaleza formalmente legal, que culminar¨¢ en las elecciones del pr¨®ximo diciembre con las que Said coronar¨¢ la construcci¨®n del edificio autocr¨¢tico
Desde este pasado lunes se puede dar por concluido definitivamente el excepcional experimento democr¨¢tico tunecino, poco m¨¢s de diez a?os despu¨¦s de la denominada Primavera ?rabe y de la instalaci¨®n en T¨²nez de la ¨²nica y m¨¢s avanzada democracia parlamentaria de la geograf¨ªa ¨¢rabe. La democracia parlamentaria ya qued¨® suspendida hace un a?o, cuando el presidente se consider¨® legitimado para destituir al primer ministro y cerrar el Parlamento, acogi¨¦ndose a un art¨ªculo de la Constituci¨®n que le permit¨ªa tomar medidas excepcionales ¡°en caso de que un peligro inminente amenazara a las instituciones, la seguridad y la independencia del pa¨ªs, obstaculizando el funcionamiento regular de los poderes p¨²blicos¡±.
Kaid Said no cumpli¨® ninguno de los requisitos ni de los l¨ªmites temporales que requer¨ªan las medidas de excepci¨®n. No consult¨® al Gobierno, sino que ech¨® al primer ministro. Tampoco inform¨® al presidente de la Corte Constitucional, porque previamente se hab¨ªa asegurado de que no hubiera consenso parlamentario para elegir a sus magistrados y constituir la instituci¨®n. Ni al presidente del Parlamento, impedido de su obligaci¨®n constitucional de constituirse en asamblea permanente durante la duraci¨®n de las medidas de excepci¨®n, puesto que tambi¨¦n hab¨ªa sido suspendido. Tampoco atendi¨® a los 30 d¨ªas de l¨ªmite de tales medidas excepcionales, sino que las convirti¨® en permanentes, hasta ayer mismo, cuando la Constituci¨®n vulnerada ha sido ya sustituida por otra nueva, redactada siguiendo sus indicaciones y a su conveniencia de presidente acaparador de todos los poderes, el judicial, el legislativo, e incluso el religioso, adem¨¢s del ejecutivo.
Lo m¨ªnimo que se puede decir respecto a los motivos aducidos es que el aut¨¦ntico peligro inminente que amenazaba a las instituciones y al funcionamiento de los poderes p¨²blicos era el que representaba el propio presidente. En el a?o transcurrido entre el golpe anticonstitucional del 25 de julio de 2021 y el refer¨¦ndum de este 25 de julio, Said ha mantenido el rumbo de su presidencia ajena a la legalidad. A los dos meses empez¨® a gobernar por decreto ley, medio a?o despu¨¦s decret¨® la suspensi¨®n definitiva del Parlamento y nombr¨® personalmente el comit¨¦ de juristas que han redactado la nueva Constituci¨®n, sin respetar por supuesto los procedimientos de enmienda y de reforma constitucional legalmente previstos.
Cualquier iniciativa de reforma constitucional deb¨ªa obtener el dictamen favorable de la Corte Constitucional y la aprobaci¨®n por mayor¨ªa de la Asamblea, obligada a aprobar por dos tercios el texto reformado. Era optativo que el presidente sometiera este texto a refer¨¦ndum con el acuerdo de nuevo de los dos tercios de los parlamentarios. La consulta, celebrada este pasado lunes, es la ¨²nica condici¨®n mantenida, aunque con la salvedad de su car¨¢cter no vinculante: en caso de victoria del voto negativo, nada hubiera podido impedir que la nueva Constituci¨®n no entrara igualmente en vigor, como se han encargado de se?alar los juristas.
Gracias al nuevo texto constitucional, el poder se concentra entero en manos del presidente. Nada queda de la divisi¨®n de poderes, todos en sus manos. Las instituciones independientes que garantizaban los equilibrios y los controles han quedado diluidas o han desaparecido. Previamente, ya en febrero, Said cerr¨® el Consejo Superior de la Magistratura y despach¨® a sus 45 miembros, encargados hasta entonces de nombrar a los jueces, tarea que, naturalmente, se arrog¨® a s¨ª mismo.
Si la prueba del dictador es que no respeta ni siquiera las reglas de juego que ¨¦l mismo ha establecido, Said tambi¨¦n la ha superado. El d¨ªa de refer¨¦ndum se permiti¨® dirigirse directamente al pa¨ªs para recabar la participaci¨®n ante la escasa concurrencia a las urnas, en flagrante vulneraci¨®n de las normas de voto. El voto afirmativo fue plebiscitario, un 94,6%, pero la participaci¨®n no super¨® el 28%. La dictadura tiene ahora carta de naturaleza formalmente legal y solo falta celebrar las elecciones del pr¨®ximo diciembre para las nuevas y d¨¦biles C¨¢maras parlamentarias con las que Said culminar¨¢ la construcci¨®n del edificio autocr¨¢tico iniciada desde el momento de su clamorosa victoria en la elecci¨®n presidencial directa en 2019, cuando obtuvo un 72% de los votos populares con la promesa de devolver el poder al pueblo, gobernar con eficacia y terminar con la corrupci¨®n, tareas todas ellas a las que los dictadores no suelen prestar especial atenci¨®n.
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