Las vacaciones no sirven para nadie
El ocio es tan fundamental para la construcci¨®n de la ciudadan¨ªa que sin ¨¦l la democracia ser¨ªa inviable. El problema es que el tiempo est¨¢ m¨¢s regulado y mercantilizado que nunca
Tengo una amiga que ha decidido irse una semana de vacaciones a su propia casa en el centro de Madrid. Sola. Sin su pareja, sin sus hijos y sin su perro. Su plan, una vez llegue a destino, consiste en cerrar la puerta, encender el aire acondicionado, apagar todos los dispositivos y, a continuaci¨®n, dedicarse a s¨ª misma. Me cuenta que a lo mejor no hace nada o que quiz¨¢ lea o practique yoga. Pero no tiene claro qu¨¦ suceder¨¢: su viaje es pura aventura e incertidumbre, pues mi amiga piensa concentrarse ¨²nica y exclusivamente en su tiempo de ocio. No quiere ir a ninguna parte, se conforma con estar en el mundo de una manera particular: ¡°ociosa y nada m¨¢s¡±.
El viaje que propone no es f¨¢cil porque el ocio no es cualquier cosa ni est¨¢ al alcance de cualquiera por cuanto se trata de ese tiempo que uno utiliza para construirse a s¨ª mismo, para crecer. Ocio, en griego antiguo, se dice skhol¨¨, y significa ¡°tiempo libre¡±, que es ra¨ªz de la palabra latina schola, de donde viene nuestra actual escuela. Y tiene sentido, porque sin ese tiempo dedicado a nosotros mismos y a hacer las cosas que deseamos por nuestra cuenta, no hay educaci¨®n posible ni ciudadanos posibles. As¨ª pues, el ocio es tan fundamental para la construcci¨®n de la ciudadan¨ªa que sin ¨¦l la democracia ser¨ªa inviable. El problema de nuestra sociedad es que el tiempo est¨¢ m¨¢s regulado y mercantilizado que nunca, y la mayor¨ªa habitamos ¨²nica y exclusivamente en el tiempo productivo.
Como todos sabemos, quien mejor regula el tiempo productivo es el trabajo y m¨¢s concretamente el trabajo remunerado que se hace para otros, el que no pertenece a uno. El problema es que desde el fordismo hasta hoy, la regularizaci¨®n del tiempo ha ido en aumento hasta llegar a unos niveles insoportables. Porque en el interior del puro tiempo de trabajo ¡ªlas horas de dedicaci¨®n que firmamos por contrato¡ª se han ido introduciendo nuevas regulaciones, microtiempos que aprietan a¨²n m¨¢s el alma del trabajador contempor¨¢neo. Hablo del tiempo de la productividad, de la eficiencia y la competencia que son nuevas microregulaciones y en consecuencia nuevas maneras de acabar con la posibilidad de cualquier clase de ocio o construcci¨®n personal. El tiempo del trabajo se puede abandonar al terminar la jornada, pero las microregulaciones se meten en el tu¨¦tano mismo de la identidad.
?Qu¨¦ son entonces las vacaciones? Desde este punto de vista, pura recuperaci¨®n de la fuerza de trabajo. ?Y a qui¨¦n sirven las vacaciones? Al trabajo sin lugar a dudas. ?Acaso no podemos dejar de ser productivos ni siquiera cuando no trabajamos? Desgraciadamente es muy dif¨ªcil porque las nuevas tecnolog¨ªas han entrado tambi¨¦n en esta nueva dimensi¨®n de la productividad complicando a¨²n m¨¢s las cosas. Tanto es as¨ª que las redes sociales se han convertido en una nueva extensi¨®n del trabajo. De modo que en nuestra sociedad cada minuto del d¨ªa es potencialmente monetizable, especialmente para las empresas que gestionan y utilizan estas redes para sus objetivos comerciales. Por eso las redes son tan adictivas y sus feeds enganchan tanto. No es una casualidad: est¨¢n dise?adas para ello, ya que los usuarios somos el producto con que comercian y nos necesitan siempre en el escaparate.
Al mismo tiempo, el hecho de que muchas de nuestras interacciones sociales sean virtuales ¡ªconversaciones, bailes, ligues, debates, encuentros¡¡ª propicia que hasta en nuestro tiempo de descanso o intimidad entren los otros de una u otra manera, y con ellos tambi¨¦n sus juicios y sus expectativas. As¨ª, para estar solos y ya no basta con cerrar la puerta o poner tierra de por medio. Viajamos para contarlo a los amigos, para vernos disfrutar y tambi¨¦n para que nos vean, para conseguir eso que llamamos ¡°unas buenas vacaciones¡± que son, en definitiva, unas capaces de cumplir con su objetivo y dejarnos listos para regresar al trabajo con energ¨ªa renovada. En un contexto as¨ª, no hay lugar donde huir o resguardarse y la ¨²nica salvaci¨®n es interna. As¨ª, la idea de mi amiga de quedarse ociosa en su casa es una forma de activismo y de combate, igual que lo ser¨ªa decidirse a no participar de nada que tenga un objetivo¡ Por lo menos en vacaciones. No crean con esto que les estoy invitando a no salir de casa o a apagar sus dispositivos el pr¨®ximo agosto, ni siquiera a borrarse de las redes sociales. El poder de apagar, igual que el de no trabajar est¨¢ reservado a muy pocos privilegiados, que son cada vez menos. Al contrario, la mayor¨ªa necesitamos por unas u otras razones estar conectados, estar informados, conseguir visibilidad para nuestros proyectos, estar disponibles para nuestros amigos, para nuestra familia¡ para nuestro tel¨¦fono despu¨¦s de todo. Sin embargo, algunas cosas s¨ª podemos hacer para no terminar ahogados en el mar del tiempo productivo. Personalmente, no voy a quedarme en casa y mucho menos sola, pero internamente me he prometido una bajada importante en la eficiencia, hacer las cosas solo a medias en los pr¨®ximos d¨ªas, no interesarme demasiado por lo que haga o vaya a hacer y visitar en alg¨²n momento, si la suerte me sonr¨ªe, alg¨²n espacio de no productividad.
No s¨¦ si lo lograr¨¦, pero conf¨ªo en que, est¨¦ donde est¨¦, ser¨¢ divertido intentarlo. Porque el aburrimiento es lo contrario del ocio, el que se aburre es porque no sabe c¨®mo crecer, no sabe qu¨¦ hacer con su vida ni con su tiempo, carece de libertad suficiente y de los conocimientos necesarios para saber qui¨¦n es o qu¨¦ desea. No hace falta, pues, salir del sal¨®n para pasarlo bien, pero es imprescindible conocerse a uno mismo. Visto as¨ª, las vacaciones que tanto deseamos y el descanso que prometen no parecen tarea f¨¢cil. La buena noticia es que, a¨²n siendo dif¨ªcil, este verano podr¨ªa ser nuestro. As¨ª que ya saben, divi¨¦rtanse, reb¨¦lense y a ser posible no se lo digan a nadie, no compartan sus mejores momentos y qu¨¦dense con todo. Me despido de este espacio hasta septiembre no sin antes desearles un agosto carente de objetivo y pleno de sentido.
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