Catalu?a: minuto y resultado
La reuni¨®n de la mesa de di¨¢logo, la suspensi¨®n de Laura Borr¨¤s como presidenta del Parlament y el m¨ªnimo hist¨®rico de los favorables a la independencia en un sondeo oficial apuntan a que el ciclo que viene ser¨¢ diferente
La pasada semana hemos conocido tres importantes noticias que ayudan a rastrear la evoluci¨®n del contencioso catal¨¢n, tanto por su relaci¨®n con el conjunto del contexto espa?ol, como en referencia a la situaci¨®n pol¨ªtica interna catalana.
La primera es la reuni¨®n de la mesa de di¨¢logo, de la cual han salido acuerdos en torno a la desjudicializaci¨®n del proc¨¦s, y a la implementaci¨®n de mejoras en la defensa y promoci¨®n de la lengua catalana, dos carpetas extremadamente importantes. La normalizaci¨®n de las relaciones institucionales ¡ªque de hecho ha ido avanzando a lo largo de todos estos meses a pesar de los obst¨¢culos m¨¢s dif¨ªciles de obviar, como el caso Pegasus¡ª no podr¨¢ completarse del todo hasta que no se encuentre una soluci¨®n viable para las personas que siguen encausadas por hechos vinculados al proc¨¦s. No se trata ¡ªtal y como vienen repitiendo desde posiciones diferentes los independentistas m¨¢s encendidos y la derecha pol¨ªtica y medi¨¢tica para erosionar al Gobierno de coalici¨®n progresista¡ª, de decretar una amnist¨ªa, pero s¨ª de poner en la agenda los cambios legislativos que, mientras redise?en algunas previsiones legislativas en l¨ªnea con lo que est¨¢ previsto en otros pa¨ªses europeos, puedan acabar teniendo impactos en las causas abiertas. Por otro lado, los acuerdos en torno a la lengua tocan uno de los elementos a la vez concretos y simb¨®licos que est¨¢n en el trasfondo de las convulsiones de los ¨²ltimos a?os. No solo, o no tanto, por el contencioso en torno a la lengua vehicular de la escuela que se pretende atajar definitivamente, sino porque la reclamaci¨®n de una traducci¨®n pr¨¢ctica de la previsi¨®n constitucional de defensa y promoci¨®n de las lenguas cooficiales por parte del Estado (en las C¨¢maras legislativas y tambi¨¦n en los organismos internacionales, incluida la UE), aparte de ser de justicia, ya que reflejar¨¢ la realidad del pa¨ªs en su diversidad, ayudar¨¢, m¨¢s de lo que se pueda imaginar, a una percepci¨®n distinta de sectores importantes de la sociedad catalana sobre el respeto de su identidad cultural.
La segunda noticia importante es la que ata?e a la vicisitud de Laura Borr¨¤s, que ha dejado su funci¨®n de presidenta del Parlament de Catalu?a, en aplicaci¨®n de un art¨ªculo del reglamento de la C¨¢mara que prev¨¦ la suspensi¨®n autom¨¢tica en el momento en que se abra un juicio oral por una imputaci¨®n por delitos vinculados a la corrupci¨®n. En su caso, concretamente, por el fraccionamiento fraudulento de contratos en su etapa al frente del Instituci¨® de les Lletres Catalanes (ILC). Evidentemente, se puede debatir en torno a hasta qu¨¦ punto el citado art¨ªculo (introducido en 2017 con el aval del partido de la misma Borr¨¤s), sea garantista con respeto a la presunci¨®n de inocencia de los diputados y las diputadas. Sin embargo, aqu¨ª lo que parece relevante es que la dur¨ªsima campa?a de Borr¨¤s y sus seguidores (especialmente en redes) para presentar su caso como una persecuci¨®n pol¨ªtica por su condici¨®n de l¨ªder carism¨¢tica de un sector independentista a la hora de la verdad no ha surtido efecto. La decisi¨®n de suspender a la presidenta ha sido avalada en la mesa del Parlament por los representantes de ERC, de la CUP y del PSC. Y, algunos dirigentes importantes de Junts per Cat, a pesar de que el partido ha manifestado su apoyo aparentemente un¨¢nime a la dirigente independentista, han sugerido, aunque fuera con la boca peque?a, que hubiera sido mucho mejor que la propia Borr¨¢s diera un paso atr¨¢s para no desgastar a las instituciones. Todo ello muestra dos cosas. La primera es que ni ERC ni la CUP ya est¨¢n dispuestos, en aras de una pretendida unidad y so pena un linchamiento tuitero, a re¨ªrle todas las gracias a los sectores m¨¢s integristas y desaforados (e incluso un tanto freak) de un cierto trumpismo nacionalista que campa en los alrededores y dentro de Junts. Y aqu¨ª va el segundo elemento: la derrota de Borr¨¤s se fragua tambi¨¦n dentro de su mismo partido, primero en el congreso celebrado ahora hace pocas semanas (en el que los candidatos m¨¢s afines a Jordi Turull han desbancado a los ¡°independientes¡± capitaneados por la ya expresidenta), y despu¨¦s con la decisi¨®n por parte de la direcci¨®n de que la suspensi¨®n de Borr¨¤s no implicar¨ªa la ruptura de la coalici¨®n con ERC. Esto ¨²ltimo habla de una reconfiguraci¨®n del espacio de Junts que apunta m¨¢s a la tradici¨®n convergente que a las ret¨®ricas revolucionarias octubrinas. Habr¨¢ concesiones narrativas barricaderas y esencialistas (¨¦stas ¨²ltimas ya presentes en el pujolismo) pero se recuperar¨¢ una propuesta pol¨ªtica que apele a los sectores moderados y conservadores y promocione perfiles solventes en la gesti¨®n, como la consellera de Exterior, Vict¨°ria Alsina, o el de Econom¨ªa, Jaume Gir¨®.
La tercera noticia es el sondeo del CEO (el CIS catal¨¢n): m¨ªnimo hist¨®rico de los favorables a la independencia, consenso a los partidos que han protagonizado la apuesta por el di¨¢logo y repunte del PP. Muchos elementos apuntan a que el ciclo que viene ser¨¢ muy diferente.
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