Pan o libertad
Desde la revoluci¨®n neol¨ªtica, el dilema de la humanidad ha sido si mantenemos la capacidad de elegir o se la damos al tirano a cambio de una hogaza
?Cu¨¢l es el primer valor para todo el mundo? La libertad ?Y qu¨¦ es lo primero que estamos dispuestos a sacrificar para mantener nuestro bienestar? La libertad, la propia o la de otros. Ahora, la de los ucranios. Que se sometan a Putin, pedimos muchos, antes que tener que subir dos grados el aire acondicionado o quedarnos sin pan.
Desde la revoluci¨®n neol¨ªtica, el dilema de la humanidad es pan o libertad. ?Mantenemos la capacidad de elegir o se la damos al tirano a cambio de una hogaza? La cuesti¨®n clave no es libertad o igualdad. Ah¨ª siempre nos inclinamos, voluntariamente, hacia la libertad. Pero con el pan, no.
Por eso, esa disyuntiva es el n¨²cleo de algunas grandes narrativas colectivas. Y es lo que, a su vez, las hace atractivas, porque no presentan soluciones simplonas a esa pregunta. En el ?xodo, Mois¨¦s no libera a los israelitas del yugo egipcio para llevarlos a la Tierra Prometida, sino para vagar antes 40 a?os por el desierto. L¨®gicamente, algunos echaban de menos el l¨¢tigo del fara¨®n que, al menos, daba pan. 40 d¨ªas y 40 noches pasa tambi¨¦n Jes¨²s en el desierto, donde el diablo le tienta para que convierta las piedras en pan. Pero, como se?ala el cardenal de la Inquisici¨®n en Los hermanos Karamazov de Dostoievski, Jes¨²s marca un elevado est¨¢ndar moral a toda la humanidad: no entregu¨¦is vuestra libertad de conciencia al poderoso que os ofrezca pan. No s¨®lo de pan vive el hombre. Un mensaje que, como se queja amargamente el viejo inquisidor, perjudica a toda la arquitectura pol¨ªtico-ideol¨®gica que ha montado la Iglesia de Roma durante siglos para dar pan y circo, o pan y cilicio, a sus s¨²bditos.
Hoy la libertad cotiza de nuevo a la baja y el pan al alza. Hace una d¨¦cada, la mitad de la poblaci¨®n mundial viv¨ªa bajo dictadura. Ahora, es el 70%. Las autocracias m¨¢s emblem¨¢ticas, como China, Arabia Saud¨ª o Rusia, no s¨®lo afilan los cuchillos de la represi¨®n y ampl¨ªan los hornos de pan, sino que cada vez cuentan con m¨¢s propagandistas, ah¨ª y aqu¨ª, de su modelo de ¡°paz¡±.
En Occidente, cada familia ideol¨®gica tiene sus miembros m¨¢s a favor de la libertad (la izquierda a los socialdem¨®cratas, la derecha a los liberales) y del pan (comunistas y conservadores, respectivamente). No por casualidad, los primeros est¨¢n m¨¢s con el pueblo ucranio. Afortunadamente, no s¨®lo de pan viven todos los pol¨ªticos. @VictorLapuente
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