Bruselas reacciona por fin

Han tenido que pasar largos meses de presi¨®n por parte de Espa?a, la invasi¨®n rusa de Ucrania, el repetido chantaje de Vlad¨ªmir Putin con el suministro de gas y, sobre todo, una disparatada escalada de los precios de la electricidad en todo el continente para que, finalmente, la Comisi¨®n Europea haya asumido que la situaci¨®n del mercado energ¨¦tico europeo es insostenible. ...

Han tenido que pasar largos meses de presi¨®n por parte de Espa?a, la invasi¨®n rusa de Ucrania, el repetido chantaje de Vlad¨ªmir Putin con el suministro de gas y, sobre todo, una disparatada escalada de los precios de la electricidad en todo el continente para que, finalmente, la Comisi¨®n Europea haya asumido que la situaci¨®n del mercado energ¨¦tico europeo es insostenible. La presidenta del organismo comunitario, Ursula von der Leyen, se rindi¨® este lunes a la evidencia y anunci¨®: ¡°Necesitamos un instrumento de emergencia que ser¨ªa activado muy r¨¢pidamente, quiz¨¢ en cuesti¨®n de semanas¡±. Von der Leyen reconoce, a?o y medio despu¨¦s de que lo plantease el Gobierno de Pedro S¨¢nchez, que ¡°en la actualidad, el gas domina el precio del mercado de la electricidad y con estos precios exorbitantes, tenemos que desacoplarlo¡±. Esa propuesta lleg¨® a la UE a trav¨¦s de la ministra Teresa Ribera, pero fue rechazada punto por punto a finales de 2021 por la Agencia Europea de Reguladores (ACER). Los datos en Espa?a han marcado este agosto el precio m¨¢s alto de la electricidad en la historia, pero, aun as¨ª, se sit¨²an muy por debajo de la media europea. La inflaci¨®n, muy influida por la energ¨ªa, dio ayer los primeros indicios de empezar un leve descenso.

No era Espa?a quien ten¨ªa un problema particular, sino Europa la que se adentraba en una circunstancia at¨ªpica que requer¨ªa una reforma urgente. La lentitud de Bruselas, la desfavorable evoluci¨®n climatol¨®gica y una inflaci¨®n desbocada han agravado el deterioro de un mercado energ¨¦tico que resulta ya indefendible desde casi cualquier punto de vista. El encarecimiento del gas, la electricidad y los combustibles acent¨²a el riesgo social de pobreza energ¨¦tica, que ya antes de la crisis actual amenazaba a 34 millones de europeos. Y la especulaci¨®n en los mercados financieros tiene un papel no desde?able en esa coyuntura. Desde el punto de vista industrial, tambi¨¦n es real el riesgo de que un tercio de las empresas alemanas tengan que frenar la producci¨®n en oto?o, con un efecto de arrastre en las cadenas de suministro de todo el continente, mientras que, finalmente, desde el ¨¢ngulo econ¨®mico ya nadie descarta una posible recesi¨®n en la eurozona, aunque no necesariamente prolongada.

La arriesgada y fallida apuesta de la Comisi¨®n hasta ahora era que se trataba de una crisis temporal y que, por tanto, no merec¨ªa la pena embarcarse en cambios de gran calado. Pero el error de c¨¢lculo resultaba evidente ya a finales de 2021, cuando los precios apuntaban claramente al alza a largo plazo y Mosc¨² daba se?ales de su ofensiva energ¨¦tica, dejando sus almacenes de gas en la UE a medio llenar. La entrada de los tanques rusos en Ucrania el 24 de febrero confirm¨® que la UE afrontaba los riesgos asociados a un conflicto en suelo europeo, adem¨¢s de una dr¨¢stica ruptura con su principal suministrador de gas y petr¨®leo. Bruselas se hab¨ªa conformado hasta ahora con recomendar a los gobiernos que adoptasen medidas paliativas para aliviar el impacto de la escalada de precios de la energ¨ªa sobre las familias m¨¢s pobres o sobre las empresas m¨¢s dependientes del consumo energ¨¦tico. Esa receta ha dejado ya una factura de 280.000 millones de euros a los Estados europeos, lo que muestra que la situaci¨®n tambi¨¦n resulta insostenible desde el punto de vista presupuestario.

El plan de ahorro que lanz¨® la Comisi¨®n acertaba al buscar la reducci¨®n en un 15% del consumo de gas, pero su efectividad ha sido insuficiente ante la magnitud de la crisis que se cierne sobre Europa. Se hace imprescindible una reforma del mercado energ¨¦tico que preserve las cualidades del modelo vigente y elimine, al menos temporalmente, los rasgos que est¨¢n permitiendo al gas de Putin empujar el precio de la electricidad hasta cotas insoportables para millones de hogares y miles de empresas. La llamada excepci¨®n ib¨¦rica para poner un tope al precio del gas, que el Gobierno de S¨¢nchez y el portugu¨¦s de Ant¨®nio Costa arrancaron con tantas dificultades, incluida la silla que dej¨® vac¨ªa S¨¢nchez en la cumbre de marzo, puede servir como modelo de intervenci¨®n coyuntural frente a un problema que afecta a todo el continente y, en particular, a Alemania y a Francia. Teresa Ribera defender¨¢ la extensi¨®n del modelo durante la reuni¨®n extraordinaria de ministros de Energ¨ªa de la UE, convocada para el 9 de septiembre.

Pero, adem¨¢s de medidas de emergencia, la UE debe abordar una reforma en profundidad del funcionamiento del mercado del gas y de la electricidad porque los reguladores ya pronostican precios muy elevados al menos hasta 2024. La progresiva integraci¨®n de los mercados de electricidad ha redundado en sustanciales beneficios para los consumidores, pero, como reconoc¨ªa la ACER en julio, el mercado ¡°no est¨¢ dise?ado para una situaci¨®n de emergencia¡± como la provocada por la escalada de los precios del gas. Entre los cambios deseables figura la fijaci¨®n de topes al precio de importaci¨®n de gas para mitigar la volatilidad del mercado, tal y como ha recomendado recientemente la misma Agencia, as¨ª como la imposici¨®n de m¨¢s transparencia en los contratos a largo plazo de los operadores. La mejora de las interconexiones, que Berl¨ªn y Madrid patrocinan, y Francia se resiste a permitir en aras de un nacionalismo econ¨®mico mal entendido, destinado a proteger su industria nuclear, ser¨ªan de gran ayuda. Tambi¨¦n en el mercado de la electricidad, la UE contempla ya la posibilidad de introducir la llamada ¡°v¨¢lvula de alivio¡±, un mecanismo que fija por adelantado las condiciones en que podr¨ªa limitarse temporalmente la tarifa del suministro para capear repuntes acelerados y prolongados en los precios mayoristas. En todo caso, la reacci¨®n de Bruselas ratifica que seguir esperando a que escampe ser¨ªa irresponsable, temerario y suicida econ¨®mica y socialmente.